Importante premio para una investigadora del Hospital de Parapléjicos de Toledo
Juliana Martins ganó un oro en los premios de la Federación Alemeriense de Asociaciones de Personas Con Discapacidad por su estudio sobre los efectos de la lesión medular en la corteza cerebral
Desde que entró en el Laboratorio de Neurofisiología Experimental del Hospital Nacional de Parapléjicos en Toledo , la investigadora brasileña Juliana Martins Rosa (Laguna, 1981) no ha parado de recibir reconocimientos por su estudio sobre los efectos de la lesión medular en la corteza cerebral.
El último de ellos ha sido en forma de galardón, en concreto uno de oro, que recibió el pasado martes en el Paraninfo de la Universidad Almería en la décimo sexta edición de los premios de la Federación Alemeriense de Asociaciones de Personas Con Discapacidad (FAAM), que esta organización entrega con motivo del Día Internacional de la Discapacidad, el cual se conmemora cada 3 de diciembre, fecha proclamada por las Naciones Unidas en 1992.
Un premio que le ha sido otorgado a Juliana Martins por su investigación, que pretende abordar de manera novedosa el fenómeno conocido como «reorganización cortical», es decir, en la corteza del cerebro, que se produce después del daño medular. La investigadora brasileña subraya que «la importancia de este estudio radica en que este tipo de lesión afecta directamente tanto a estructuras cerebrales encargadas del movimiento y que envían conexiones neuronales hacia la médula espinal, como estructuras que reciben la información sensorial, como el tacto, el dolor o la temperatura, que se originan en nuestro cuerpo».
Los efectos de la lesión medular sobre el cerebro se manifiestan en patologías sensoriales crónicas , como el dolor neuropático y la sensación de «miembro fantasma», que afectan a más de dos tercios de estos pacientes, reducen su calidad de vida y cuyos tratamientos actuales solo son paliativos, señala Juliana. «De ahí, la necesidad de investigar en su origen, para aumentar el pronóstico de recuperación de los pacientes, así como disminuir los gastos públicos asociados al tratamiento», afirma la investigadora.
«La base fisiológica de la reorganización cortical está en la capacidad que tienen las neuronas de adaptarse a nuevas condiciones», apunta Juliana, un proceso denominado «plasticidad neuronal» y que, de forma natural, se da durante el desarrollo y crecimiento del cerebro, así como durante el aprendizaje y la memoria.
Además, la plasticidad neuronal se produce tras diferentes patologías como ictus, lesión medular, alzheimer o traumatismo craneoencefálico, y, según explica la investigadora brasileña, «es el mecanismo por el cual ocurre la recuperación funcional del cerebro en los pacientes». La gran dificultad de estudiar este fenómeno —destaca— está en que «la corteza cerebral, que es la parte más superficial del cerebro, es una estructura que consta de diversas capas, cada una de las cuales tiene su propia composición celular que finalmente determina su función».
Por lo tanto, cada capa tiene una forma de plasticidad diferente que dependen de las células que la componen y las conexiones que hacen entre ellas . «Si podemos desvelar los mecanismos que subyacen a la plasticidad en cada subestructura del cerebro, seremos capaces en un futuro de inducir y/o modificar las redes neuronales óptimas para el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso asi como la recuperación funcional tras lesiones cerebrales», asegura la científica brasileña.
Beca Marie-Sklowdoska Curie
La investigación, que se está desarrollando con una beca dentro de las acciones Marie-Sklowdoska Curie, cuenta con un plazo de dos años y una inversión de 175.000 euros de la Unión Europea y presenta como novedad el estudio simultáneo de las neuronas de toda la corteza cerebral. «La idea es determinar si hay capas más propensas a modificaciones fisiológicos que otras durante los cambios que se produzcan en el cerebro tras la lesión medular», desvela Juliana.
Y también, por primera vez, el proyecto propone estudiar en este ámbito el papel de los astrocitos, que son el tipo celular más abundante del cerebro con funciones conocidas de nutrición y soporte estructural de neuronas, descritas por primera vez ya por Santiago Ramón y Cajal. Sin embargo, recientemente se ha descubierto que los astrocitos participan también en el proceso de transmisión de información entre neuronas y pueden modular la plasticidad neuronal, lo que les convierte en una diana de estudio que podría abrir nuevos horizontes terapéuticos.
En este sentido, el objetivo de este proyecto es desarrollar una medicina o terapia personalizada en el caso de cada paciente con lesión medular, lo que supondría, en opinión de la investigadora brasileña, «un gran ahorro para las arcas públicas en cuestión de tratamientos sanitarios».
Pero, como se suele decir y como reza el refrán, «del dicho al hecho hay mucho trecho», ya que para ver los resultados reales de una investigación científica tienen que pasar muchos años y, para su aplicación práctica en las personas, pueden pasar incluso décadas. A ello hay que sumar, además, los p roblemas de financiación con los que cuentan los laboratorios e investigadores para desarrollar su trabajo en España.
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