ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Los Goya 2022: de su padre y de su madre

«¿Realmente se merecía salir de vacío el último Almodóvar? ¿O La hija, de Martín Cuenca?»

Cuánto cuesta el palacio de Valencia donde durmió Cate Blanchett

Cate Blanchett junto a Pedro Almodóvar en la entrega del Goya Internacional ABC

POR ANTONIO LÁZARO

Fue una noche Goya que casi recordó los tiempos anteriores a 2020 . El guión parece más abierto ahora al no fiar la conducción de la gala a un solo presentador/presentadora, lo que pudiera hacer más deslavazado e incluso desvertebrar el nuevo formato. Aunque puede también ahorrar monólogos y parlamentos escritos en ocasiones por guionistas en horas bajas o interpretados en una mala noche.

Merecidamente, Valencia, capital cinematográfica del Mediterráneo, acogió el evento dedicado en su Centenario al gran Luis García Berlanga. Recuerdos de Valencia, personales (en Cuenca teníamos el corazón partío entre Madrid y Valencia): cine de verano en Las Arenas (allá en la infancia), mucho arte y ensayo en mi juventud y siempre la Cartelera Turia (referente para cinéfilos). Ya trabajando en Gestión Cultural, varios años de presencia institucional con el programa 'Hecho en Castilla-La Mancha' en Cinema Jove y en el Mercat aledaño. Noches de Agua de Valencia en el barrio del Carmen, danzas al borde del mar y paellas en La Pepica, en la Playa de Neptuno, camino de la Malvarrosa, donde mi padre me arrojó de niño a una ola y me enseñó a nadar . Hay que recordar la Mostra de Cine que dirigiera en sus más glamurosas ediciones Jorge Berlanga , gran escritor prematuramente desaparecido, autor del guión de 'Todos a la cárcel' , galardonado con un Goya el año en que la película dirigida por su padre arrasó. Ahora se puede visitar en Valencia la magna exposición itinerante 'Berlanguiano' , que se inauguró en Madrid y comenzó su itinerancia en Sevilla.

En cuanto a la gala en sí, muy acertado el premio a la superelegante y enigmática Blanchett, quien recordó haber visionado el cine de Buñuel en su Instituto australiano , y muy acertado el premio en sí, que globaliza a los Goya, tras consolidar sus modalidades iberoamericanas y europeas. La acumulación de premios para un solo título no me parece acertada como criterio; igual que no me lo parece el café para todos. Buscaría un cierto equilibrio. ¿Realmente se merecía salir de vacío el último Almodóvar? ¿O La hija, de Martín Cuenca? La gala, salvo algún intervalo de humor, los números musicales y el discurso de Mariano Barroso , cada vez más metido en su rol y con mayor aplomo, resultó un tanto plana y hasta tediosa por momentos, con demasiado exhibicionismo y subrayados (innecesarios, creo) de género. No me refiero desde luego a esas piernas bellas e interminables como la Ruta 66 que asomaban con elegancia un par de segundos y se escondían luego, misteriosas, tras el telón de exclusivos modelos. También hubo gente que parecía sacada de una fiesta de disfraces o un carnaval de colegio. Pero yo no soy estilista ni crítico de moda. Cada uno o una se engalana como quiere, puede o sabe. Faltaría más.

Castilla-La Mancha tenía la nominación de Nacer, corto de animación del consaburense Roberto Valle, además de un corto de ficción, Yalla. Se quedaron sin premio . Hay que recordar Goyas obtenidos en la época de 'Hecho en CLM' en diferentes modalidades con los largometrajes de Javier Rebollo, Camino de Fesser (parcialmente rodada en Ciudad Real con una ayuda de la Junta) o con Bruxa, una animación de Pedro Solís. Es de esperar que un pronto restablecimiento pleno de las líneas de subvenciones desde la Consejería, por el que tenazmente se postula APACAM (la asociación regional de productores), ofrezca en un futuro inmediato más salidas y opciones para la creación audiovisual y para el sector en la región.

En cuanto a localizaciones, el cortometraje de ficción ganador, Totem Loba , de la también actriz Verónica Echegui, producido por el cómico y presentador Arturo Valls, ha sido íntegramente rodado en bellos escenarios de la provincia de Cuenca : la villa monumental de Cañete y los pintorescos pueblos de Huerta del Marquesado y Campillos-Sierra.

Los agradecimientos, comprensibles y necesarios, se prolongaron hasta lo insoportable : a las personas espectadoras no nos interesan las catarsis familiares. Es complicado dedicarse al arte en cualquier latitud, quizá en España un poco más que en otras. Se proceda de familia humilde, media o rica. Si se logra llegar es por talento propio y, no siempre, también, en parte, por el apoyo y respaldo familiar. Habría que limitar el espacio lacrimógeno de las dedicatorias porque parece casi un subgénero protagonista de los Goya y pocas veces consigue interesar y ni siquiera emocionar (salvo a los interesados y su entorno, claro). Se come muchos minutos de la gala y rompe el ritmo.

En los recuerdos paternos, predomina la gratitud pero a veces se detectan un cierto reproche o, incluso, atisbos de venganza. Papá quería ser trompetista de jazz pero tuvo que ser funcionario del Trigo para sacarnos adelante. Apoyó mi carrera y aquí estoy. Y al tiempo que se abraza al Cabezón como si alguien fuera a quitárselo, la persona galardonada plantea radicales reivindicaciones y hasta homologar salarios con Hollywood. Otras veces, al padre o a la madre ya ausentes de este mundo, se les viene a decir «no creiáis en mí pero aquí estoy, después de 30 años en el oficio, levantando un Goya». Todo esto es muy legítimo pero no debería entrar en la gala, al menos con la prolijidad y amplitud que lo viene haciendo.

Todos tenemos padre y madre. En España con los estatutos de hidalguía y la obsesión racista de la limpieza de sangre se reinventó la etimología de la palabra hidalgo: 'hijo de algo', pero ¿quién no lo es? Cualquier persona que tenga algún fundamento de Fonética Histórica sabe que esa etimología es inventada, falsa. Hidalgo viene de itálicum (doblete culto, itálico; vulgar, hidalgo) y significaba pertenecer a la élite hispánica (celtíbera) a la que los romanos aplicaron el derecho romano. Simplificando, los que no pagaban impuestos. Punto. Hijo o hijo de algo lo son todos los seres vivos.

Pero hubo excepciones. Javier Bardem incluyó un emotivo recuerdo de su madre , la gran actriz, y una bella y sintética declaración de amor a Pe y a sus hijos. No suele mencionar en estos eventos a su padre, Carlos Encinas , que aparentemente no tuvo mucho que ver con el mundo del cine, aunque su vida tuvo mucho de película. Lo traté bastante en los cafés de Chueca a finales de los 80 y comienzos de los 90 (todavía no era distrito gay). Él vivía en la misma plaza de Chueca, encima de una tienda de patatas fritas, y era un hombre culto, cosmopolita y afable . Contaba historias trepidantes, casi bondianas, que había vivido en Oriente Medio y otros lugares. Me consta que adoraba a sus hijos y Javier, que empezaba entonces a ser conocido, lo visitaba a menudo.

Entiendo que el parlamento de los premiados con los Goya debería centrarse en su trabajo, merecedor de tan alta distinción, en la película y en el cine, español o general. Es lo que los espectadores esperamos y daría ritmo y agilidad a la gran fiesta anual de nuestro cine.

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