La recogida del espárrago verde en Guadalajara peligra por la falta de mano de obra
El cierre de fronteras debido al coronavirus ha provocado un «parón» de casi el 70 por ciento en la llegada de extranejeros
Productores del espárrago verde de Guadalajara hacen un llamamiento «urgente» a los desempleados de toda España que quieran trabajar en la recogida de un producto que este año peligra por el «parón» en la mano de obra extranjera al cerrarse las fronteras con otros países europeos debido al coronavirus. En concreto, el parón es de casi el 70 por ciento .
El presidente de la Asociación de Productores del Espárrago Verde en Guadalajara, Jaime Urbina, reconoce que a ello se suma que entre los trabajadores españoles también hay problemas, ya que se han limitado los desplazamientos por la crisis sanitaria y «muchos de ellos no tienen vehículo propio cuando, además, ahora solo pueden ir dos por cada coche».
La recogida ya ha comenzado a pequeña escala y se presenta «buena, normalizada, como otros años». La estimación es de unos 15 millones de kilos, similar a la del 2019. Los precios son más bajos y, de momento, solo cuentan con el 30 por ciento de las cuadrillas que esperaban. Esto supone que pese a que quieren continuar con la recogida, porque no pueden desabastecer al mercado, «algunos agricultores ya se han dado por vencidos y han renunciado a recoger sus explotaciones».
«Más de ocho horas al día no se puede trabajar y eso significa que no se van a poder recoger algunas explotaciones porque no hay mano de obra», afirma, y añade que «las cuadrillas tenían vuelos reservados, el billete comprado y todo preparado».
Por otro lado, Urbina asegura que los almacenes están preparados con las medidas que se recomiendan desde Sanidad porque «todas son pocas». Hay espacio suficiente para trabajar separados, cuentan con controles de temperatura, guantes, geles y también mascarillas, y desinfectan con lejía todos los días.
A la falta de mano de obra se unen los bajos precios y las escasas ventas, teniendo en cuenta que gran parte de su producción es para la hostelería y los mercadillos. «Esto es un sinvivir«, reconoce Urbina.
«Todos estamos concienciados y dispuestos a ayudar todos en lo que podamos porque hay que salir de ello», concluye, resignado a dejar de recoger parte de sus fincas si no hay mano de obra.
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