«Mi padre fue un hombre bueno, dispuesto a ayudar a los demás»
Miguel Ángel Espadero recoge hoy la Medalla al Mérito Civil, concedida a su padre a título póstumo
Cuenta Miguel Ángel Espadero que la muerte de su padre, José Luis Espadero , y su ausencia aún les resulta «demasiado doloroso», pero también a su madre María Teresa Sánchez, que estuvo casada con él 21 años y al que conoció cuando apenas tenía 14 años. José Luis Espadero, que será reconocido este jueves con la Medalla al Mérito a título póstumo , fue voluntario de Protección Civil de Ciudad Real durante 30 años, 21 años como responsable de esta formación.
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La muerte de José Luis Espadero Casero —ocurrida en abril de 2020— provocó consternación y un profundo dolor entre sus compañeros de Protección Civil y las autoridades del Ayuntamiento de Ciudad Real . Una semana antes de fallecer, José Luis ofrecía a ABC su última entrevista , en la que hablaba de sus vivencias personales y de su trabajo al frente de esta agrupación en plena virulencia de la pandemia del Covid-19.
Humano y positivo
Este miñercoles, su hijo Miguel Ángel, con profundo agradecimiento por el reconocimiento que se le concede a su padre, le define como un hombre jovial, alegre, humano, positivo pragmático, responsable y «un luchador nato, de esas personas que para nuestra desgracia, hace buena la frase: siempre se van los mejores. Es muy difícil intentar hacer entender la inmensidad de la pérdida que nos ha supuesto su muerte tanto para mi madre, mi hermana Nerea y para mí», asegura Miguel Ángel.
Su hijo reconoce que su padre era un gran apasionado de las motos , pasión que supo transmitirle y «tantas cosas por las que estoy agradecido. Compartimos muchas rutas y antes de volver a casa tomábamos una cerveza, veíamos las carreras juntos o incluso teníamos tiempo de jugar a la videoconsola», afirma.
La familia Espadero reconoce que la entrega de José Luis a Protección Civil era total. Su hijo asegura que no fue solo durante la pandemia, siempre estaba disponible. «No sabemos de dónde sacaba las horas al día. Daba igual si era Semana Santa, Navidad, si le llamaban por cualquier urgencia, se vestía y se iba porque aunque fuese el jefe de Protección Civil, quería predicar siempre con el ejemplo».
Finalmente, Miguel Ángel explica que pese a que su progenitor no era muy partidario de recibir reconocimientos, es indudable que era un hombre «muy querido y admirado por su dedicación, entrega y por lo buena persona que era». Desde su fallecimiento —recuerda— han sido innumerables las muestras de cariño y las cartas de apoyo. «Estamos agradecidos porque sabemos que son sinceras. Desde su muerte no hemos dejado de recibirlas», dice para insistir en que ellos todavía esperan que un día aparezca por la puerta de su casa porque para José Luis, la familia siempre era lo primero.
