La ganadería ovina de Castilla-La Mancha se prepara para recibir el golpe del coronavirus
Pese a las ayudas prometidas, se prevé que la crisis del sector se acentúe en torno a mayo o junio
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![José Luis Pérez, ganadero de Carrión de Calatrava (Ciudad Real), posa con la mascarilla puesta, con su rebaño](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2020/04/04/joseluis-kvZB--1248x698@abc.jpg)
«No paramos, somos el sector que estamos sacando adelante España. Sin nuestro trabajo, los alimentos no llegarían hasta los hogares». Así de contundente se expresa José Luis Pérez Madrid , un joven ganadero ovino de Carrión de Calatrava (Ciudad Real) que estos días trabaja a destajo, como siempre, previendo la que se avecina porque, en su opinión, «lo peor para nosotros está por llegar, en torno a mayo o junio lo veremos, con la sexta paridera de mis ovejas manchegas».
El coronavirus no ha cambiado la rutina diaria de José Luis, salvo en una cosa, las medidas de seguridad que ahora son necesarias. Por eso, ahora, cada día, se enfunda su mascarilla y sus guantes y madruga, como viene siendo habitual en este oficio, para ordeñar hasta las 10 de la mañana a su rebaño de ovejas manchegas , a las que cuida y alimenta como si de su propia familia se tratara. «Me paso más tiempo con ellas que con nadie», señala.
La leche de oveja manchega sigue teniendo una buena demanda por el momento. Así, aunque inició el año 2020 con un descenso en su precio respecto a diciembre de 2019, según muestran las cotizaciones que marca semanalmente la Lonja Agropecuaria , su valor continúa en torno a los 8,50 euros por hectogrado, es decir, 14,03 pesetas por grado de extracto quesero (suma de los porcentajes de grasa y proteína).
Del resto del rebaño de ovejas, las que no se utilizan para extraer leche, se encargan otros dos trabajadores a los que José Luis tiene contratados que, mientras él se queda en la explotación ovina, caminan a diario unos nueve kilómetros para buscar pastos por la zona. «No hay que olvidar que el ganado hace un papel fundamental para prevenir el terreno contra los incendios forestales, ya que se comen las hierbas que luego en verano son las que más rápidamente arden en caso de declararse un fuego», señala.
La carne, la gran perjudicada
Sin embargo, la carne de ovino , al igual que la de caprino, debido a la crisis del coronavirus, se ha visto especialmente afectada por el rápido deterioro del mercado, dado que su producción es estacional y está vinculada a su consumo en restaurantes y hostelería, canales que han tenido que cerrar por las medidas de confinamiento decretadas, lo que ha generado un gran excedente.
José Luis Pérez Madrid vendía sus corderos lechales a un cebadero nodriza en la provincia de Murcia, desde donde se repartían a restaurantes y otro tipo de establecimientos para su consumo. Pero lamenta que el coronavirus está causando «graves perjuicios» en su actividad, puesto que a la bajada de demanda de su producto, también se está sumando la «especulación».
Según denuncia, un ganadero como él ha pasado de vender esos corderos lechales de unos 60 euros a unos 30 euros en la actualidad, es decir, la mitad de su precio habitual debido a esta situación, cuando el precio de mercado es el mismo. «Alguien está haciendo negocio y se está beneficiando de esta situación», asegura.
Otro ejemplo de esta difícil situación que vive el sector ovino lo representa el caso de Luis Mansilla , ganadero en el pequeño municipio conquense de La Frontera , donde tiene una explotación de corderos de cebo, que vende cuando llegan a alcanzar los 25 kilogramos. De momento, su trabajo diario tampoco se ha visto afectado por el coronavirus, a excepción de la compra de repuestos y maquinaria, ya que las comunicaciones sí que se han visto resentidas por el decreto de estado de alarma.
![Luis Mansilla, ganadero ovino, en su explotación de corderos de cebo en La Frontera (Cuenca)](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2020/04/04/luis-kHU--510x349@abc.jpg)
Sin embargo, este ganadero sí que está a la expectativa de las «nefastas» consecuencias económicas que puede sufrir en un futuro no muy lejano. «El mercado está parado, muchos contratos se han roto y los mataderos están desbordados y no recogen la materia prima porque no hay demanda para tanto excedente como el que hay», señala.
Aún no dispone de datos concluyentes de lo que va a acarrear esta situación, pero informa de que un cordero de cebo como los que el vende ha pasado de costar 75 euros, su precio habitual, a unos 60 euros. Pero, tal y como subraya, «no hay cotización en la Lonja Agropecuaria y muchas veces te pagan lo que te quieran dar».
«Este sector es muy vulnerable porque el consumo no tiene mucho consumo, y el que tiene es estacional, ligado a las fiestas de Navidad y a la temporada de invierno sobre todo, o en los restaurantes, que ahora están cerrados», afirma este ganadero conquense, que dice que «cualquier contratiempo afecta bastante y al final esto del coronavirus es un caos para el sector».
Desceso de las exportaciones
La exportación, que también era una vía alternativa para el sector de carne de ovino y caprino, sobre todo a países como Francia o Italia, «ahora se ha reducido drásticamente», se lamenta Luis Mansilla, que espera que las administraciones puedan ayudar a ganaderos como él para mantener o reflotar negocios como el suyo.
De la misma opinión es José Luis Pérez Madrid, que subraya que «si el mercado interno ha sufrido una fuerte bajada, la exportación, que en su caso suponía un 40% del total de sus clientes, ahora no es una alternativa real por el cierre de fronteras». «Todo va en cadena», afirma este ganadero, que dice que la única solución es congelar carne, pero hasta un cierto límite. En cualquier caso, quiere ser positivo y manifiesta con optimismo: «Tranquilos, que entre todos vamos a vencer al coronavirus ».
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