CASTILLA-LA MANCHA
Los agricultores, a pie de campo contra el coronavirus
Las organizaciones agrarias aseguran que el abastecimiento de productos agrícolas está más que garantizado y se ofrecen para ayudar en la desinfección de pueblo
Última hora del coronavirus
Si hay un sector económico que lo está pasando mal en los últimos años, es el agrícola. Prueba de ello son las multitudinarias manifestaciones pidiendo ayudas y precios más justos para los productos del campo, que recorrieron la geografía española en fechas recientes.
Sin embargo, cada día los agricultores han seguido levantándose a primera hora de la mañana para trabajar durante largas horas para buscarse la vida. Y ahora más que nunca, ya que la población precisa, si cabe aún más, de las materias primas del campo para poder seguir abasteciendo los supermercados y tiendas donde encontrar los productos de primera necesidad, más que necesarios durante la crisis del coronavirus.
Uno de esos luchadores que siguen dando el callo a diario es José María Gómez Mayordomo , un agricultor del pequeño pueblo de Albalate de las Nogueras, que se encuentra a poco más de 40 kilómetros de Cuenca capital, en plena Alcarria conquense, una de las zonas más castigadas por la despoblación.
Algo que no es casual, si se tiene en cuenta lo que dice José María, uno de los 253 habitantes con los que cuenta este pequeño municipio, donde se dedica al cultivo del cereal, las oleaginosas y el olivar. Este agricultor de 55 años lleva trabajando desde joven en el campo, una labor que corre peligro debido a la situación actual que vive el sector primario.
Aun así, en estos tiempos difíciles, no ha dejado su trabajo ni un solo momento, e incluso trabaja más, ya que muchos agricultores se han sumado durante los últimos días, de manera altruista, a las labores de desinfección de sus pueblos con sus tractores y materiales. «Si hay que echar una mano, seremos los primeros en estar ahí», asegura de manera rotunda.
Limitación de movimientos
Pero, por lo que se refiere a su trabajo, este agricultor conquense explica a ABC que es el mismo que venía haciendo hasta ahora, a pesar del estado de alarma. «El tiempo no se detiene, ya que el campo y las plantas no entienden de restricciones», afirma José María, quien señala que los únicos contratiempos que pueden sufrir, aparte del riesgo de contagio, es alguna avería o la falta de algún componente por la limitación de movimientos y el cierre de algunas empresas mecánicas o distribuidoras.
En cualquier caso, insiste, los agricultores tienen que seguir trabajando porque el consumo es el mismo y hay que abastecer a los ganaderos de alimentos para sus animales y a las empresas agroalimentarias, para que fabriquen los productos que más tarde llegan a los supermercados y otros establecimientos. «Si dejamos de trabajar el campo —apunta—, las existencias se acabarían y los alimentos no llegarían hasta nuestras casas».
Una opinión que comparte el secretario general de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Castilla-La Mancha, José María Fresneda, que expresa que «la situación es de mucha alarma y dolor, pero también de responsabilidad». Es por ello que destaca que, «incluso durante esta emergencia sanitaria, los productores siguen todos los días desempeñando sus labores en las explotaciones, pues el campo no entiende de teletrabajo».
Apoyo de la sociedad
A juicio del representate de Asaja en Castilla-La Mancha, «tras la crisis del coronavirus va a cambiar mucho todo y creemos que la Política Agraria Común (PAC) debe poner en valor el trabajo que realizamos los agricultores de la Unión Europea, en contra de los alimentos de terceros países». Por eso, hace un llamamiento a la sociedad, de la que han recibido el apoyo durante las recientes manifestaciones del sector primario, para que consuman los productos de nuestra tierra.
Igual de preocupado se muestra Julián Morcillo, el secretario regional de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), que informa de que en los últimos días son un gran número de asociados y trabajadores del campo los que les están llamando para saber cuál es la situación. Preguntas como: ¿Puedo salir de casa a podar? ¿A regar? ¿Puedo llevar en mi furgoneta de ocho personas a dos detrás, bien separados? ¿Puede llevarme mi hijo porque yo estoy mayor para ir con la furgoneta?, y así un sinfín de preguntas similares son las que están llegando a los técnicos de esta organización agraria.
«A simple vista podríamos decirles a todos: quedaos en casa, lo primero es la salud personal y colectiva. Es el pensamiento que viene a la cabeza de cualquiera pero cuando hablamos de agricultores y ganaderos hablamos de las personas que se encargan de la alimentación de todos nosotros», responde Morcillo. Pero, en cualquier caso, les pide que se haga caso de las órdenes y recomendaciones de las autoridades pertinentes del Gobierno de España, de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y de las organizaciones agrarias, «nunca de los mensajes rápidos y malintencionados».
«La sociedad entera, castellano-manchega y española en su conjunto, ya mostró su comprensión, cercanía y complicidad con los agricultores y ganaderos al límite, unas reivindicaciones que no se han parado, se han quedado en cuarentena», manifiesta el secretario regional de UPA. Mientras, señala, siguen ofreciendo a la población las máximas condiciones de seguridad alimentaria porque considera que «campo somos todos porque a Castilla-La Mancha lo representan 919 pueblos, en su mayoría, dependientes del sector social, cultural y económico más importante de la región».
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