Expectación ante las nuevas ferias post Covid de este verano en Castilla-La Mancha
A pesar de su difícil situación, los feriantes de Castilla-La Mancha esperan que vuelva la «normalidad». Ya se están organizando las primeras ferias, incluso la de Albacete, y critican que Toledo no lo vaya a hacer
Últimamente la palabra feria está en boca de mucha gente. Así se titula un libro de los que más se habla en el último año. En él, su autora, Ana Iris Simón , una joven castellanomanchega, que se ha dado a conocer por poner los puntos sobre las ies a los gobernantes sobre la difícil situación de las nuevas generaciones, recuerda con nostalgia a sus antepasados. Entre ellos, se encuentra la rama materna de su familia, conocida como los Bisuteros en Campo de Criptana (Ciudad Real), que se dedicaba a ir de feria en feria para ganarse la vida.
Esta es la rutina que durante más de un año, por culpa de la pandemia, han visto truncada todos los profesionales, entre ellos los más de 1.200 que viajaban con sus camiones y furgonetas por las tierras que vieron nacer a Ana Iris Simón y a los Bisuteros, hasta que llegó el dichoso coronavirus. Durante este tiempo ha quedado silenciado el sonido de los coches de choque y de otras atracciones de fondo, mezclado con el gentío o con los gritos de los feriantes micrófono en ristre. Escenas del imaginario colectivo de los que hemos acudido en alguna ocasión a las grandes fiestas de nuestros pueblos y ciudades.
Sin embargo, parece que todo ello puede volver a llegar a nuestros oídos este verano, si no hay ningún contratiempo. Esto es, al menos, lo que se extrae de los anuncios de muchos ayuntamientos, como el de Albacete , donde tiene lugar la feria más importante de todas las que hay en Castilla-La Mancha. Allí, su actual alcalde, el socialista Emilio Sáez , que sucede a Vicente Casañ tras el acuerdo de gobierno con Ciudadanos, habló en su toma de posesión de esta semana de la posibilidad de que en septiembre se recupere el evento más importante del año para los albaceteños, que en 2020 se suspendió debido al coronavirus.
Por lo tanto, en los próximos días del mes de junio, tras la celebración de una reunión esta semana en busca de consenso entre todas las partes implicadas, se conocerá cuál es la decisión del Ayuntamiento de Albacete sobre la celebración de la feria de 2021. Expectantes ante lo que se decida están los feriantes que, aunque miran al futuro a corto-medio plazo con más esperanza, aún tienen alguna duda sobre cómo se celebrarán y organizarán las ferias en muchas localidades de la región.
Así se lo explica a ABC el presidente de la Asociación de Feriantes de Castilla-La Mancha , Manuel Martínez , que asegura que «la cosa se está empezando a animar y ya hay varios ayuntamientos que están empezando a organizar sus espacios municipales para acoger de nuevo ferias con las medidas de seguridad oportunas». Para ello, los representantes de este sector tan castigado durante la pandemia están manteniendo numerosas reuniones, tanto con los consistorios como con las autoridades sanitarias, para planificar la temporada alta de este tipo de eventos, que va desde el mes de julio hasta octubre.
Preparación desde mayo
Toda esta planificación comenzó a fraguarse ya en mayo, en la asamblea de trabajadores del sector que tuvo lugar el día 16, cuando la situación de la pandemia comenzaba a mejorar gracias a la campaña de vacunación. De esa reunión salieron dos propuestas: la posibilidad de volver a la normalidad de las ferias anterior al 2020 o una celebración más contenida y siguiendo una serie de restricciones en coordinación con las autoridades. «En eso están trabajando, de momento, los ayuntamientos y feriantes, pero si la situación se complica, se contempla un protocolo de actuación avalado por Sanidad», apunta Martínez.
El presidente de esta asociación espera que pronto se llegue a una «cierta normalidad» en cuanto a la celebración de las ferias en Castilla-La Mancha. En el horizonte más cercano se vislumbra la primera de las citas más importantes, en La Roda (Albacete), que comienzan a finales de julio y que reúnen a más de 100.000 personas de la comarca durante la semana que dura. Tras ella, deberían llegar, entre otras destacadas, las de Socuéllamos a principios de agosto o la de Ciudad Real, a mediados del mismo mes.
«Pero aún son varios los pueblos y ciudades que aún están esperando con expectación para ver cómo y cuándo podrán volver a ver las luces de los puestos y atracciones de los feriantes», afirma el representante del sector de feriantes de la región. Por eso, urge a los consistorios a que se pongan a trabajar codo con codo junto a ellos «para sacar adelante sus ferias y no tirar por la borda otro año». Especialmente crítico se muestra con el Ayuntamiento de Toledo , que —según cuenta— de momento se niega a la celebración de las ferias del barrio de Santa María de Benquerencia y habrá que ver qué pasa con las de agosto. «Si al final no las hay aquí o en cualquier otro lugar, convocaremos alguna manifestación o caceroladas para protestar por esta situación», avisa.
Manuel Martínez agradece el apoyo económico concedidas por las administraciones públicas para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, tanto del Gobierno de España como de Castilla-La Mancha. Eso sí, critica que ha habido falta de concreción en muchas de esas subvenciones y problemas burocráticos. «Muchas veces llegan más a las grandes empresas que a las pymes y autónomos este tipo de ayudas», se queja.
Unas ayudas que, en su opinión, son más que necesarias, puesto que durante este más de un año más de un 90% de los feriantes han estado parados y hay que tener en cuenta que esta actividad da de comer a muchas familias. «Los trabajadores de este sector están descapitalizados porque han perdido toda la inversión que realizaron en sus puestos y atracciones», señala Martínez. Gran parte de ellos se han tenido que poner a trabajar en otras actividades para poder ganar algo de dinero que llevar a sus hogares, como en logística gracias a sus furgonetas y camiones, en construcción debido al conocimiento de muchos de ellos en este mundo o en la instalación de paneles solares, un negocio al alza en Castilla-La Mancha.
Dudas e incertidumbre
Aun así, los feriantes siguen teniendo sus serias dudas ante la temporada de ferias que se prevé para este verano y ven con incertidumbre el desarrollo de los acontecimientos. Así lo atestigua Isabelino Tena, que junto con su mujer son dos autónomos que poseen dos casetas —una de coches de choque y otra de pequeñas motos quad— con las que viajan por la geografía castellanomanchega y por otras regiones, acompañados también por las camas elásticas de su madre, para entretener a los más pequeños durante las fiestas de sus localidades.
Con residencia en Talavera de la Reina , este matrimonio no ha parado de echar cuentas durante casi dos años, desde octubre de 2019, cuando terminó la última temporada de ferias que pudieron hacer antes de la pandemia. «En una feria normal sacamos unos 2.000 euros, aunque de ahí hay que quitar el coste de la luz, las tasas municipales, los seguros y el sueldo de las personas que tendríamos que haber contratado, pero durante este tiempo lo hemos perdido todo», dice resignado.
Isabelino apunta que de cara a esta nueva temporada de ferias habían invertido varios miles de euros en reparar los coches y las motos de las atracciones, además de otros preparativos y arreglos en las casetas. «Sin embargo, toda esa inversión no la vamos a recuperar. El dinero que tenemos solo nos va a dar para comer y poco más», se lamenta.
«En un año normal, cada uno de esos feriantes podía llegar a ganar entre 30.000 y 40.000 euros durante los tres meses de verano, con lo que si nos guiamos por esas cifras el montante total de beneficios sería de entre 45 y 60 millones de euros», calcula el presidente de la Asociación de Feriantes de Castilla-La Mancha , quien asegura que por culpa del coronavirus, se encuentran «al límite».
A pesar de este sentimiento de desánimo de muchos de estos feriantes, el representante de ellos en la región no pierde la esperanza y se marca finales de julio como plazo para volver a funcionar con normalidad. Eso sí, ante el deseo de suerte, Manuel Martínez responde contundente: «No necesitamos suerte, necesitamos trabajar. Sanidad no tiene la culpa, como se dice, porque es quien marca las normas, y tienen que ser los ayuntamientos los que han de adaptar los espacios municipales y la normativa para que nosotros podamos trabajar sin problemas».
Noticias relacionadas