CASTILLA-LA MANCHA

El coronavirus deja en la estacada a 1.500 familias que viven de las ferias

El presidente de la Asociación de Industriales Feriantes, Manuel Martínez, cifra en cientos miles de euros las pérdidas del sector este año

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Caseta de coches de choque de Isabelino Tena, instalada en el Parque de la Alameda de Talavera de la Reina Isabelino Tena
Mariano Cebrián

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¡Qué alegría, qué alboroto, otro perrito piloto! Esta es una de las frases más típicas de las que se podía escuchar en cualquier feria que se tercie, con el sonido de los coches de choque y de otras atracciones de fondo, mezclado con el gentío o con los gritos de los feriantes micrófono en ristre. Escenas del imaginario colectivo de los que hemos acudido en alguna ocasión a las grandes fiestas de nuestros pueblos y ciudades. Pero este año, quizá, todo ello quede silenciado por culpa del coronavirus .

«Esto es algo histórico y que va a hacer mucho daño a la gente que vivimos de las ferias», afirma a ABC Manuel Martínez, presidente de la Asociación de Industriales Feriantes de Castilla-La Mancha , que estas semanas no para de atender los ruegos y preguntas de todos aquellos cuyo oficio es alegrar la vida de las localidades durante sus fiestas. Una actividad que no está incluida, de momento, en las ayudas contempladas por las administraciones para contrarrestar los efectos de la crisis del Covid-19 y de la que viven unas 1.500 familias que residen en la región, más otras tantas que acuden de otras provincias para instalar sus puestos y atracciones.

Como ejemplo, estos días, con motivo de la festividad de San Isidro , del 15 de mayo, se tendría que haber celebrado una de las grandes ferias de Castilla-La Mancha en Talavera de la Reina, localidad toledana donde esta efemérides se vive especialmente. Allí, cada año acuden unos 150 feriantes, que este año no podrán disfrutar del calor de los talaveranos, que se reúnen en el recinto ferial de la Ciudad de la Cerámica.

Isabelino Tena es uno de esos feriantes que estos días debería haber montado sus atracciones en la Feria de San Isidro, pero no ha podido ser. Él y su mujer son dos autónomos que poseen dos casetas —una de coches de choque y otra de pequeñas motos quad — con las que viajan por la geografía castellanomanchega y por otras regiones, acompañados también por las camas elásticas de su madre, para entretener a los más pequeños durante las fiestas de sus localidades.

Con residencia en Talavera de la Reina, donde ahora mismo están instalados en el Parque de la Alameda desde las fiestas de Las Mondas , que tampoco se celebraron, este matrimonio no para de echar cuentas durante estos días en los que deberían haber montado sus atracciones en el recinto ferial talaverano. «En una feria como la de San Isidro, desde el 15 al 17 de mayo, habríamos sacado unos 2.000 euros, aunque de ahí hay que quitar el coste de la luz, las tasas municipales, los seguros y el sueldo de las personas que tendríamos que haber contratado, pero este año lo damos por perdido», dice resignado.

«Para comer y poco más»

Isabelino apunta que de cara a esta temporada de ferias habían invertido unos 10.000 euros en reparar los coches y las motos de las atracciones, además de otros preparativos y arreglos en las casetas. «Sin embargo, toda esa inversión no la vamos a recuperar este año. El dinero que tenemos solo nos va a dar para comer y poco más», se lamenta.

Una opinión que comparten otros compañeros de batallas de Isabelino, como Jesús Fernández, responsable de la churrería «La Talaverana» , que cada año vende miles de churros y porras a lo largo y ancho de la geografía castellanomanchega y provincias limítrofes a su Talavera de la Reina natal. Un producto con mucho éxito en las ferias y, prueba de ello, es que su negocio da trabajo todas las temporadas a ocho personas, entre ellas su hijo. Ahora todos ellos están parados. Incluso, en algunas fiestas importantes —como Las Mondas, el Corpus Christi o la Feria de Agosto en Toledo capital— se veía obligado a contratar a unos 30 empleados, apunta el churrero.

Una empleada recorta porras en la caseta de la churrería Maya Balanya

Jesús tiene que mantener a su familia con los 800 euros que recibe de ayuda para trabajadores autónomos que se han visto obligados al cese de actividad. «Este año lo damos ya por perdido», reconoce este feriante que, aparte de solicitar a las administraciones públicas u otras instituciones alguna pequeña ayuda más para hacer frente a la crisis del coronavirus, pide al Ayuntamiento de Talavera de la Reina la opción de instalar su churrería ambulante en algún punto de la ciudad para poder seguir funcionando.

La incertidumbre es la tónica dominante en muchos de estos profesionales que estos días están parados, a la espera de que la pandemia afloje y puedan encontrar una solución a su difícil situación. Y más, teniendo en cuenta que justo en estas fechas, a partir de abril, es cuando tendría que haber empezado su temporada alta de ferias, hasta octubre. Por eso, desde la Asociación de Industriales Feriantes de Castilla-La Mancha insisten en que alguien atienda sus súplicas y puedan recibir una pequeña ayuda para afrontar este «año perdido».

Reclaman ayudas

Así lo evidencia el presidente de esta asociación, que pide que se tenga en cuenta a este sector. «Los feriantes pagamos impuestos, igual que el resto de ciudadanos y trabajadores, y no recibimos ayudas de ningún tipo», se queja Manuel Martínez , que cifra en cientos de miles de euros las pérdidas que van a tener los 1.500 profesionales que viven de las ferias y que este año perderán las inversiones hechas para preparar atracciones y casetas.

En respuesta a las peticiones que este sector planteó a través de un escrito, la consejera de Economía, Empresas y Empleo del Gobierno regional, Patricia Franco, les ha mostrado su apoyo. «Somos conocedores del papel importante que las empresas de este colectivo jugáis en la vida de nuestros municipios, bien por la celebración de ferias en los días festivos o bien por la venta ambulante, tan necesaria para el aprovisionamiento de los bienes más básicos en las zonas rurales más despobladas de nuestra región», manifiesta.

En este sentido, la consejera recuerda que tanto el Gobierno de Castilla-La Mancha como el nacional han puesto en marcha una serie de medidas que pueden servir de ayuda a los feriantes, que incluyen la anulación o aplazamiento en el pago de determinados tributos, una convocatoria de ayudas para autónomos o líneas ICO (Instituto de Crédito Oficial).

En todo caso, el representante de los feriantes castellanomanchegos dice que están dispuestos a colaborar y seguir funcionando con las medidas de seguridad oportunas «para recuperar parte o algo del dinero invertido de cara a esta temporada». «No nos podemos quedar de brazos cruzados. Aunque sea de forma diferente —señala—, estamos comprometidos a empezar a trabajar cuando tengamos el visto bueno de las autoridades sanitarias, no ya por nosotros, sino para no privar de la diversión y el ocio a muchas localidades de la región».

Ojalá que pronto volvamos a repetir la frase que dicen en muchos pueblos de un año para otro: «Nos vemos en la feria».

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