El Cerro de las Cabezas, listo para ser el séptimo parque arqueológico de Castilla-La Mancha en otoño

Así lo anunció este miércoles el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en el Debate del Estado de la Región

Se une así a Alarcos (Ciudad Real) Carranque (Toledo), Recópolis (Guadalajara), Segóbriga (Cuenca), El Tolmo de Minateda y Libisosa (Albacete)

El Cerro de las Cabezas, en Valdepeñas, es considerado una de las pocas ciudades íberas mejor conservadas JCCM
Mariano Cebrián

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En otoño, precisamente cuando las sombras van ganando poco a poco la batalla al sol, será cuando vea la luz finalmente el proyecto el yacimiento íbero del Cerro de las Cabezas de Valdepeñas , que se convertirá, después de muchas gestiones y muchos anuncios prolongados en el tiempo, en el séptimo parque arqueológico de Castilla-La Mancha. Esto es, al menos, lo que anunció el pasado miercoles el presidente Emiliano García-Page en el Debate del Estado de la Región.

De este modo, este yacimiento, punto de referencia en la cultura íbera por la monumentalidad de sus sistemas defensivos, la excelente conservación de sus restos arquitectónicos y arqueológicos, y por su excepcional singularidad, al ser una de las escasas ciudades íberas conservadas en su integridad en la Península Ibérica, se unirá a la Red de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha . Un selecto grupo del que ya forman parte Carranque (Toledo), Alarcos (Ciudad Real), Recópolis (Guadalajara), Segóbriga (Cuenca), El Tolmo de Minateda (Albacete) y Libisosa (Albacete).

De esta noticia estaría especialmente orgulloso Orisón, el guerrero y régulo íbero que habitó esta zona del Cerro de las Cabezas allá por el siglo III a.C., época en la que pugnaba contra los cartagineses y ponía orden en la región de Oretania —entre las provincias de Jaén, Albacete y Ciudad Real—, donde destaca una ciudad por encima de las demás, la que en teoría esconde este yacimiento que se convertirá pronto en parque arqueológico. Aunque se desconoce su nombre originario, allí ha aparecido un importante «oppidum», término genérico en latín que se refiere a un lugar elevado, una colina o meseta, cuyas defensas naturales se han visto reforzadas por la intervención del hombre.

Habrá que esperar pues un poco más, pero en Valdepeñas ya se frotan las manos porque ello puede suponer un importante reclamo turístico para la localidad. La declaración del Cerro de las Cabezas como parque arqueológico conllevaría además la posibilidad de indicar con señalética su ubicación desde la A-4 —por la que circulan a diario unos 20.000 vehículos—.

Imagen cenital tomada con un dron de las edificaciones del Cerro de las Cebezas JCCM

A unos 7 kilómetros de distancia al sur de la localidad de Valdepeñas, el yacimiento del Cerro de las Cabezas fue un poblado ibérico de la Edad del Bronce y se ha convertido en toda una referencia de la cultura íbera, al ser una de los «oppida» de ese periodo que se conservan en su integridad. Su importancia fue tal, según dice John Lynch en su libro Historia de España , que «llegó a ser la ciudad más poblada de la Oretania septentrional, puesto que sus habitantes sumaban el 1% de la población de toda la Península Ibérica, siendo además un importantísimo enclave que jamás llegó a ser romanizado ni, más tarde, arabizado».

Nuevas investigaciones

Aun así, todavía se sabe una pequeña parte de lo que esconde esta ciudad íbera. Para ello, es esencial continuar con las campañas arqueológicas, una tarea que afortunadamente no ha parado durante el coronavirus, que sí ha afectado a las excavaciones realizadas en otros yacimientos de Castilla-La Mancha. De hecho, El Cerro de las Cabezas sigue abierto para todas aquellas personas que deseen visitarlo y continúa con su actividad gracias a los trabajos de consolidación.

Por otra parte, tampoco han cesado los trabajos de investigación que se vienen desarrollando y buen ejemplo de ello son dos nuevas publicaciones sobre El Cerro de las Cabezas, que vienen a complementar la ya densa bibliografía de este excepcional yacimiento en pleno corazón de La Mancha. Las excavaciones realizadas han revelado gran cantidad y riqueza de restos de alfarería con dibujos llevados a cabo mediante técnicas de estampillado, utensilios metálicos de uso doméstico, aceite, vino, ...

En 2010, por ejemplo, se hallaron en la calle principal, los restos de dos cadáveres decapitados, se creyó que pudo ser un sacrificio humano para fundar la ampliación de la ciudad hacia el río. Cuatro años después, el análisis antropológico determinó que eran dos adultos de entre 30 y 50 años que quizá eran ladrones o enemigos del pueblo. Pero nuevas investigaciones y proyectos verán pronto la luz y permitirán hacer más comprensible este yacimiento, cuya futura declaración como parque arqueológico no hace más que corroborar su importancia histórica, arqueológica y patrimonial.

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