Castilla-La Mancha abre sus puertas para un viaje a través del tiempo

La Comunidad ofrece innumerables atractivos turísticos del pasado que invitan a un paseo inolvidable

Tolmo de Minateda en la localidad de Hellín © Turismo de Castilla-La Mancha / David Blázquez

Parques arqueológicos y yacimientos visitables, castillos, lugares Patrimonio de la Humanidad, molinos de viento y plazas para transportarte a otros tiempos te están esperando. ¿De verdad te lo vas a perder?

Si realmente existiera el 'Ministerio del Tiempo' no te quepa la menor duda de que en cada rincón de Castilla-La Mancha habría una puerta por la que viajar al pasado. La región emana historia y su mapa está salpicado de lugares monumentales en los que prosperaron civilizaciones, convivieron culturas, se libraron grandes batallas o se forjaron mitos literarios. ¡Elige qué puerta quieres abrir, que empezamos nuestro viaje!

«Todos los caminos (en Castilla-La Mancha) conducen a Roma». El esplendor de la antigua Roma pervive todavía en tierras castellanomanchegas. Testigos del imponente poder territorial del Imperio Romano y con numerosos y bien conservados restos son el parque arqueológico de Segóbriga, con sus impresionantes teatro y anfiteatro, la ciudad romana de Noheda , que alberga los mosaicos figurativos más espectaculares de todo el Imperio, el parque de Carranque, donde en su villa se puede admirar una de las más importantes colecciones de mosaicos del país, Valeria, Ercávica y las minas de «lapis specularis» –hoy visitables como 'La Condenada'”- de la provincia de Cuenca que nutrían de este material a todo el imperio para cubrir los vanos de las ventanas, son los ejemplos más destacados de la presencia de Roma en nuestra región.

El Parque Arqueológico de Tolmo de Minateda (Hellín) es el conjunto arqueológico más importante de Albacete (con diferentes estratos arqueológicos), provincia en la que también encontramos la monumental ciudad iberorromana de Libisosa.

Pero en Castilla-La Mancha puedes descubrir también otras culturas ancestrales. Una visita al Parque Arqueológico de Recópolis (Zorita de los Canes, Guadalajara) te transportará a la época de los visigodos , mientras que para sumergirte en la íbera tendrás que viajar a Cerro de las Cabezas (Valdepeñas, Ciudad Real), una de las pocas ciudades íberas íntegramente conservadas.

Un imprescindible es también la Motilla del Azuer, en Daimiel , una excepcional construcción que data de la Edad de Bronce y que es hasta la fecha el pozo de agua más antiguo de la Península Ibérica.

En el Parque Arqueológico de Alarcos (Ciudad Real) podrás aprender cómo fue la batalla medieval con la última gran derrota cristiana antes de Navas de Tolosa, y que pone a disposición del viajero un interesante recurso interpretativo de realidad aumentada.

«No se ganó Toledo en un credo» . En el año 1085, y tras 374 años de dominio musulmán, los cristianos tomaron Toledo tras un largo asedio. «Emperatriz de Europa, Segunda Roma y Corazón de España» en palabras de Tirso de Molina…; Ciudad de las Tres Culturas porque en ella cohabitaron cristianos, judíos y musulmanes en tiempos de paz y prosperidad, y Ciudad Imperial de Carlos I, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (1986) y es parada obligatoria. También lo es Cuenca, la segunda ciudad declarada Patrimonio de Castilla-La Mancha (1996) , en la que el casco antiguo es ejemplo de ciudad medieval fortificada que ha conservado su paisaje urbano original. Ambas ciudades además te conquistarán si eres amante del arte moderno, ya que son sede de la colección Roberto Polo (CORPO), que exhiben obras de las vanguardias europeas de principios del siglo XX nunca expuestas hasta ahora.

El recorrido por lugares Patrimonio de la Humanidad te llevará también a Almadén. Su mina, que se formó hace millones de años , es hoy un Parque Minero visitable en el que se puede descender a las entrañas de la tierra, hasta 50 metros de profundidad. Podrás visitar también el Hospital de San Rafael y la Cárcel de Forzados, para conocer el esforzado y duro trabajo de la minería.

El Arte Rupestre del Arco Mediterráneo , también declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, está abierto a la visita turística para que descubras cómo el hombre prehistórico hace miles de años ya sentía sensibilidad por la belleza y la plasmación artística… en Hellín, Nerpio, Ayna, Fuencaliente, Alpera, Riba de Saelices…

En Talavera de la Reina , además de su Domus romana y las imponentes murallas medievales, es imprescindible que conozcas y adquieras como recuerdo de tu viaje su cerámica, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, declaración que comparte con la de Puente del Arzobispo.

«¡El cuerno suena y hay que defender las murallas!» Castillos, castillos y más castillos … ¡tantos son los que se reparten por las cinco provincias de Castilla-La Mancha! Si lo tuyo es lo medieval estás de enhorabuena porque algunos de ellos se encuentran en un magnífico estado de conservación.

Es el caso del Castillo de Belmonte (Cuenca), construido por el Marqués de Villena en 1465 y reconstruido en el siglo XIX por Eugenia de Montijo, esposa del emperador Napoleón III, está restaurado por completo y acoge recreaciones históricas y combates medievales.

Si lo que te apetece es hacer noche, los castillos de Oropesa (Toledo), Sigüenza (Guadalajara) y Alarcón (Cuenca) albergan actualmente Paradores de Turismo, y si quieres convertirte en un auténtico guerrero medieval no dudes en visitar el castillo de Consuegra: si haces la visita teatralizada, tendrás que coger la espada.

En Guadalajara encontrarás Torija, un castillo que fue construido antes del uso de la artillería y que por eso presenta unas altas murallas construidas para dificultar el acceso de los asaltantes; y en Ciudad Real te sorprenderá el ingenio de la Orden de Calatrava para dominar los territorios si visitas la fortaleza de Calatrava la Nueva, en Aldea del Rey.

Finalmente, en Yeste (Albacete) hay un monumental castillo de origen andalusí, de imprescindible visita si quieres conocer cómo disponían sus ciudades los musulmanes en torno a una fortaleza, y su evolución hasta convertirse en residencia palaciega tras la conquista cristiana.

«Mire vuestra merced que aquellos que allí se parecen no son gigantes». Efectivamente, amigo Sancho, eran molinos y los había por cientos. Actualmente, son más de 50, muchos de ellos visitables. Si quieres contemplarlos y conocer su funcionamiento tendrás que ir a Campo de Criptana, Alcázar de San Juan, Consuegra, Puerto Lápice, Herencia, Madridejos, Tembleque, Belmonte, Mota del Cuervo, El Romeral, Los Yébenes, Munera…

«Nos vemos en la plaza». Las plazas han sido siempre el corazón neurálgico de pueblos y ciudades. ¿Sabías que fueron los Reyes Católicos en 1480 quienes decretaron que la «plaza mayor»; fuera el lugar de una población con suficiente espacio abierto para celebrar el mercado y en el que debía instalarse el Ayuntamiento?

Si vienes a Castilla-La Mancha no puedes dejar de visitar algunas tan singulares como l as plazas barrocas de Ocaña -la tercera plaza más grande de España-, y de Tembleque ; las renacentistas de Sigüenza, Alcaraz o de San Clemente; la plaza triangular de Atienza, la típica plaza castellana de Puebla de Montalbán o la neoclásica de Villanueva de los Infantes.

¿Has elegido ya tu puerta? Conviértete en un viajero del tiempo y empápate de historia, en Castilla-La Mancha tenemos las puertas abiertas a tu mundo interior.

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