Castilla-La Mancha, un territorio clave en las elecciones generales
Las principales incógnitas son si el PSOE repetirá como el más votado y si Vox se quedará con los escaños de Ciudadanos
Castilla-La Mancha, como el resto de España, vota este domingo en unas nuevas elecciones generales en las que las incógnitas se imponen a las certezas. Si se hace caso (no mucho) a las encuestas, todas prevén una nueva victoria del PSOE, una subida de PP y Vox y un desplome de Ciudadanos.
En la región se eligen 21 escaños al Congreso de los Diputados , además de 20 senadores. En los últimos comicios, celebrados a finales de abril, el PSOE logró nueve escaños (con un 32,37% de los votos), el PP seis, Ciudadanos cuatro (uno por provincia salvo en Cuenca) y Vox dos (en Toledo y Ciudad Real). Mientras, en el Senado, los socialistas lograraron 15 plazas y las cinco restantes fueron para los populares.
Ahora, según la encuesta de ABC/GAD-3, el PSOE volvería a ganar en la región y obtendría ocho escaños (perdería uno), el PP siete (ganaría uno) y Vox se elevaría hasta los seis (se apropiaría de los cuatro de Ciudadanos).
Sin embargo, estas previsiones hay que ponerlas siempre en cuarentena por la complicada aritmética electoral. Castilla-La Mancha es una comunidad pequeña, dividida en cinco provincias, lo que hace que, con frecuencia, los escaños bailen de un partido a otro por escasos miles de votos.
Un ejemplo. En las elecciones de abril, Ciudadanos logró cuatro diputados con un 17,47% de los apoyos; Vox se quedó en la mitad con un poquito menos, un 15,29%; y Unidas Podemos no sacó ningún diputado pese a tener un 10,15% (120.224 votos).
Otro ejemplo. En las elecciones de 2016, Podemos logró dos diputados con un 14,64% y Ciudadanos ninguno con un 13,06% (144.986 votos). Lo cual significa que quien sea el más votado entre Ciudadanos, Vox y Unidas Podemos puede lograr hasta cinco diputados, mientras que los otros dos se pueden quedar sin representación.
Hay que tener en cuenta otros dos factores singulares de Castilla-La Mancha. El primero es que se trata de una comunidad que vota diferente en función de si son elecciones generales, autonómicas y municipales. Por ejemplo, aquí el PSOE llevaba sin imponerse en unas generales desde 1993 y, sin embargo, siempre ha gobernado la comunidad salvo el periodo 2011-15. El segundo es que la participación suele ser más alta que la media nacional (en las últimas fue de un 78,02 frente a un 75,75%). Si ahora se incrementa la abstención, ¿a quién beneficia y a quién perjudica? Lo dicho: demasiadas incógnitas.
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