ENTREVISTA

Beatriz Gómez Lorenzo: «Ojalá los discursos xenófobos, clasistas y misóginos se queden solo en las novelas»

La escritora toledana, aunque guadalajareña de adopción, habla a ABC de su última novela, «Serendipia», un «thriller» psicológico con tintes de género negro

Beatriz Gómez Lorenzo, la autora de «Serendipia»
Mariano Cebrián

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Según la definición de la RAE ( Real Academia de la Lengua Española ), serendipia es un hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. Pero « Serendipia » (Grupo Tierra Trivium) es también el título de la última novela de Beatriz Gómez Lorenzo (Toledo, 1980). En esta historia, un «thriller» psicológico con tintes de género negro, la escritora toledana, pero guadalajareña de adopción, agarra de pechera al lector de la primera a la última página.

¿Puede existir reparación? ¿Puede el destello de la serendipidad, a través de un crimen ajeno, reconfortar caminos? A estas preguntas que surgen en la novela son a las que intenta responder Beatriz Gómez Lorenzo. Xoxé Avellaneda no tiene elección. La de la inspectora Elena Márquez está condicionada. El día de su regreso como inspectora, Elena Márquez observa impotente el suicidio de un anciano, a sus pies, mientras requiere su ayuda.

Portada de la novela

Esa misma mañana, Xoxé Avellaneda , policía retirado de Lugo, se presenta ante ella con un audio de voz y su vida comprometida. Ambos hombres parecen conectados por un hilo invisible que conducirá a Elena Márquez por los caminos secundarios de crímenes inconexos. Incluso hacia el que lleva su propio apellido.

Mientras, a su alrededor, todo parece una broma pesada que sirve para azuzar los daños que cada uno lleva en la sangre y sacarlos a un exterior donde es bastante improbable encontrar consuelo. Con las investigaciones oficiales suspendidas, deberá conducir una senda paralela, junto con Avellaneda, en busca de una verdad que parece demasiado sucia y demasiado importante .

El título de su novela, «Serendipia», es ya una declaración de intenciones. No sé si la historia que en ella se narra es fruto de la serendipidad o ya la tenía clara en su mente antes de ponerse a escribirla.

Aunque el concepto de serendipia está presente en las vidas de sus personajes, no en todos de igual forma. La novela es fruto del trabajo y no de ella… jaja. Yo escribo detallando sobre el papel todas las posibles conexiones de trama y los análisis de personajes antes de llevarlos a la novela, el trabajo previo para mi es fundamental y más en una novela como «Serendipia», que aunque cuenta dos personajes principales, Elena Márquez y Xóxe Avellaneda, tiene a su alrededor una coralidad de personajes que son sumamente importantes para el devenir de la trama principal.

Lo que está claro es que la protagonista, la inspectora Elena Márquez, es el centro de una serie de hechos que confluyen en ella para que explote la serendipia. ¿Ha sido difícil engarzar una novela con tantos personajes y tantas historias para que tengan un hilo conductor común?

La novela se sostiene en una gran tela de araña que atrapa diferentes aristas y personajes para llegar a un final redondo. No se podía escapar nada porque se resquebrajaría ese final. Ha sido muy laborioso engarzar todas las subtramas de la novela y, sobre todo, los detalles que podían desencajar esa tela de araña. Creo que hasta la última revisión de la novela estuve detallando en papel todos esos elementos para que no se escapara ninguno. Trabajo y trabajo… no nos queda otra.

No sé si le gustan los calificativos, pero de su novela se dice que es un «thriller psicológico con tintes de género negro». No sé si está de acuerdo con esta definición.

Siempre he definido mis novela como «thriller» psicológicos. Para mí, la gestión psicológica de las personas es fundamental para enfrentar sus vidas. No todos reaccionamos de la misma manera ante situaciones importantes ni mantenemos el mismo nivel de control. El suspense psicológico supone un enfrentamiento mental, poner sobre la mesa nuestras capacidades intelectuales o emocionales. Pero, sobre todo, mi interés es intentar describir cómo nos afectan las sociedades en las que vivimos y qué hace la sociedad como ente político, social y económico, con sus gentes.

Sus personajes son individuos oscuros y atormentados por su pasado e incluso por su presente, y la novela destila un olor a muerte, miedo y sufrimiento que echa para atrás. De hecho, la novela acaba con la siguiente frase: «El dolor es una muestra más de nuestra humanidad». De cerrar así su historia, supongo que estará de acuerdo con esta afirmación, ¿o no?

«Serendipia» es una historia de personajes que podrían ser nuestros vecinos, no muy alejados de nosotros, de nuestras vidas. Tienen cada uno de ellos sus mochilas cargadas con vidas duras y complejas y sus puntos de sutura emocionales. Todos nosotros, cuando alcanzamos cierta edad, los tenemos. Todos hemos pasado por épocas complicadas. Los personajes que entrelaza la novela viven su punto de inflexión en sus vidas, algunos intentan recuperar o escapar, y otros gestionar lo que les ocurrió en el pasado. Pero no creo que sean tan oscuros, son víctimas en muchos casos de vidas elegidas o impuestas. Para mí, son personas honestas a las que les ha tocado vivir momentos muy complicados.

La primera víctima es Tomás, un anciano que se suicida a los pies de la inspectora Márquez y que sirve de señuelo para que se desencadene la sucia trama en la que están implicadas muchas personas, entre ellos incluso peces gordos. El hombre pide ayuda a Elena con la palabra «ética», a la que luego seguirán «respeto» y «dignidad». ¿No cree que estos son valores de los que adolece la sociedad actual?

Creo que adolecemos, en muchos casos, de ellos y, ademá,s que vivimos un momento en el que se hace radicalmente necesario defender estos conceptos. El respeto por el otro, la ética por encima de la economía, la dignidad como personas y la defensa de nuestros derechos. «Serendipia», además, se adentra en esos submundos de entes económicos y políticos dominantes que son muy difíciles de digerir para las personas honestas.

Como escritora y directora del certamen literario «Guadalajara en Negro», aparte de otras muchas cosas, conocerá el mundo editorial. ¿Es difícil publicar una novela en una pequeña editorial, más allá de las grandes, y más ahora con el coronavirus?

Vivimos tiempos difíciles para la literatura, la pandemia ha supuesto un duro revés para un mercado, el nuestro, que ya venía arrastrando crisis latentes por otros factores. El mercado editorial en España vive de las ventas y en estos momentos los grandes grupos han cerrado filas en torno a sus grandes nombres, por lo que es difícil que den cabida a autores nóveles. También ocurre algo bastante difícil de digerir, el espacio para el desconocido o profesional ajeno que tiene un gran número de seguidores por las redes sociales. ¡Importa ese número de seguidores! En este sentido, para mí, la gran derrotada en esta situación es la propia literatura. Es la derrota de la calidad literaria en términos generales. Publicar hoy no depende de lo bien que lo hagas. A pesar de ello, siempre hay resquicios y se puede ver luz en editoriales más pequeñas o independientes, con todo el esfuerzo que supone para ellas estar presentes en el tablero de juego de un mercado dominado por grandes.

He leído en una entrevista que le han hecho que está trabajando en una novela con una trama de connotación política. Supongo que sacará de la chistera su formación en Ciencias Políticas y de la Administración. Pero, teniendo en cuenta lo aburridos que son casi todos los políticos actuales, ¿en qué se basará?

Bueno, aquí si diferencio entre los políticos, que no incluiré en mi novela, y la propia narración y contexto histórico o político. No sé si de la chistera, jaja, pero es cierto que mi otro gran espacio vital es el análisis político y sobre todo las consecuencias que las decisiones políticas tienen sobre sus poblaciones. Desde las pequeñas decisiones hasta las consecuencias devastadoras que puede traer tener un país en guerra o las crisis económicas. Para mí es más importante como narradora poner de relieve el «sufrir político del pequeño».

En cualquier caso, ¿a qué político/s le/s daría un papel en la historia que tiene en mente?

Jajaja, esta es una respuesta difícil. En cualquier caso, la visceralidad del odio y la falta de respeto por los derechos del otro tendrán un eslabón importante. Ojalá los discursos xenófobos, clasistas y discriminatorios y misóginos no calen y se queden solo en las páginas de las novelas para exponer los terribles daños que causan.

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