Viaje de cooperación española
La Reina, en Paraguay: una intensa agenda para poner en valor el trabajo de los cooperantes españoles
En menos de 48 horas, Doña Letizia ha realizado diez visitas, centradas en su gran mayoría en el empoderamiento de las mujeres, la cultura para el desarrollo y la educación
La estancia de la Reina en la República del Paraguay no ha llegado ni a las 48 horas, pero Doña Letizia puede volver a casa con la convicción de haber hecho los deberes. Con visitas programadas al minuto y sin excederse ni un segundo de los tiempos marcados para poder cumplir con la agenda prevista, el viaje de la Reina a Paraguay ha supuesto todo un conflicto interno de sentimientos.
Por un lado, la satisfacción de saber que la cooperación importa, que España ha invertido más de 200 millones de euros en la República del Paraguay desde hace más de treinta años que han dado sus frutos y han contribuido a reducir el índice de pobreza del país. Tanto es así que desde 2003 la pobreza total y extrema han disminuido en 49 y 65 por ciento, lo que permitió un aumento de la clase media, que se ha duplicado hasta alcanzar el 38 por ciento de la población total. Al otro lado de la balanza, sin embargo, la desigualdad sigue siendo un desafío que combatir, por lo que persiste la triste convicción de que todavía queda mucho por hacer en Paraguay.
El sexto viaje de cooperación de la Reina se ha centrado en las áreas de salud, género, agua y saneamiento, educación y cultura para el desarrollo. El primer día sus actividades estuvieron enfocadas a la salud -con la visita a un centro de salud integral para la mujer, donde se trabaja en la prevención y tratamiento del cáncer de mama y de útero, las dos primeras causas de muerte de las mujeres en Paraguay-; y la formación, con la visita de la Escuela Taller de Encarnación y cultural, donde recorrió las misiones jesuíticas- guaraníes .
En su segundo y último día en Paraguay, las citas de Doña Letizia también se han enfocado en la cultura para el desarrollo, con una visita al centro español Juan de Salazar . En funcionamiento desde hace 45 años, es el decano de la red exterior de centros culturales de España, lo que lo convierte en el foco fundamental del movimiento cultural del país. Y también en la igualdad de género. A primera hora de la mañana, la Reina se ha desplazado hasta la región del Bañado Sur en compañía de la primera dama de Paraguay, Silvana López.
5.000 personas viven de la basura
El Bañado Sur es una de las zonas más pobres de las afueras de Asunción. Se sitúa en el cauce del río Paraguay y sufre inundaciones con bastante frecuencia. Su extensión total es de 200 hectáreas y se divide en dos partes: el vertedero de Cateura y un poblado chabolista, que se distribuye en siete barrios y en los que viven 25.000 personas. De ellas, un total de 5.000 viven de recoger la chatarra del vertedero.
Es el caso de Blásida, que vive en una chabola en primera línea al vertedero y que vive del plástico, aluminio, chatarra, trapos, cartón... «Se recicla todo», explica en el salón de su casa, al que se accede después de atravesar una nube de moscas dentro de un recibidor lleno de objetos que ha sacado del vertedero.
Con bastante naturalidad, comenta que en la basura ha encontrado de todo, «incluso un bebé muerto y un feto» . Blásida selecciona lo que encuentra y lo vende. «Para mí Cateura es mi vida. Me genera un ingreso muy importante, que me permite dar educación a mi hijo, alimentación, vivir mejor…», cuenta. Y añade: «Siempre dicen que lo van a cerrar, pero yo espero que eso no lo hagan porque yo vivo de reciclar lo que encuentro».
La Reina se ha desplazado hasta una zona del Bañado Sur, donde se encuentra el Centro de Atención Familiar en el que coopera la Aecid desde hace 20 años. En el jardín de la entrada, un cartel con toda una declaración de intenciones: «Aquí las chicas luchan»... contra la violencia de género y, sobre todo, la trata de blancas .
«Esta es una zona muy difícil para salir del círculo de la pobreza y la violencia, y este centro ayuda a las mujeres para no caigan en la trata, porque las mafias buscan caladeros como éste», explicaba Mar Humberto , responsable de programas de la Aecid . Desde aquí, combaten contra uno de los principales problemas que existen en Paraguay: la alta tasa de embarazos en adolescentes.
Un programa del Aecid permite a jóvenes adolescentes con niños fabricar a mano joyas con material reciclado del vertedero que luego venden
Una de cada cuatro niñas de entre 10 y 14 años se queda embarazada. En la mayoría de estos casos, los embarazos son consecuencia de abusos sexuales a las niñas, provocados además por su entorno inmediato. En este centro las ayudan a estudiar o les enseñan un oficio, que suele ser de los más demandados en el mercado laboral paraguayo.
Es el caso de Yanira, de 17 años , que tiene un hijo de un año y medio. Puede compaginar sus estudios en Derecho gracias al Centro de Atención Familiar, donde cuidan a su hijo mientras ella acude a la universidad. Ella forma parte del proyecto español Renacem.
Alicia, Cinthia, Sabina y Tomasa forman parte de otro programa de la Aecid que se llama Cateura. Se trata de una marca de joyas que se fabrican a mano con materiales reciclados del vertedero. Mientras esperaban a la Reina, las tres trabajaban en cadena despiezando un generador de electricidad. Ellas forman parte de la primera fase para la confección de estas joyas. Seleccionan todo lo que pueda servirles: cables, latas, hilos de cobre, cristales de colores… Después, otras cuatro mujeres darán forma a estos materiales para convertirlos en complementos. Su lema es toda una declaración de principios: «Transformamos la basura en belleza y el estigma en dignidad».
La salida de la Reina está prevista para las cuatro de la tarde (20h. en España). Antes de subir al avión oficial y quitarse el chaleco rojo de cooperante, Doña Letizia ha visitado el programa de capacitación, nutrición y seguridad alimentaria Ñapu’ake, promovida por la oficina de la primera dama.
Al finalizar se trasladó a la residencia presidencial, donde el presidente Mario Abdo y Silvana López ofrecieron un almuerzo en su honor. Allí, como recuerdo de su sexto viaje de cooperación, la primera dama le regaló un vestido diseñado por la paraguaya Gaba Esquivel.
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