La Princesa, contra la despoblación: «Los pueblos como Asiego son un tesoro de España que hay que querer, cuidar y proteger»
El Rey anima a «solventar un problema tan grave» como el despoblamiento y el envejecimiento de las zonas rurales
« En este pueblo hay vida, hay belleza y hay futuro ». Así lo ha afirmado la Princesa de Asturias, que este sábado ha entregado su primer premio al Pueblo Ejemplar a una pequeña aldea de menos de cien vecinos situada en los Picos de Europa que se llama Asiego y que ha conseguido hacer frente al despoblamiento mediante el aprovechamiento de sus recursos naturales. Una población que el Rey puso como «ejemplo de convivencia pacífica» y como modelo para «solventar un problema tan grave» como es el «despoblamiento y el envejecimiento de las zonas rurales».
«Que vuestro ejemplo se extienda como algo prioritario a otros pueblos y a otras zonas de España», animó Don Felipe. Y es que las iniciativas puestas en marcha por este municipio, como el turismo rural, la producción de queso de Cabrales, el cuidado del ganado, la mejora de los cultivos... « han hecho nacer en vosotros la esperanza de que el campo tiene futuro y nos hacen creer a los demás que es posible revitalizar la vida rural y revertir las circunstancias negativas de su estado actual», afirmó el Rey.
Durante dos horas y media bajo una incesante lluvia, la Heredera de la Corona recorrió la aldea acompañada por los Reyes y por su hermana, la Infanta Sofía, sin parar de saludar a los cientos de personas que acudieron de toda la comarca y de otras zonas a recibirles, incluso una pareja de mexicanos cuyos antepasados eran de este pueblo.
Además de las autoridades -la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, y el presidente del Principado, Adrian Barbón- se sumó la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, que es asturiana y llevaba unos zapatos de alto tacón con los que era difícil bajar por las empinadas cuestas del pueblo. También se acercaron a Asiego , como «dos españoles más», Ivan Espinosa de los Monteros, portavoz de VOX en el Congreso, y su esposa, Rocío Monasterio, que se protegía de la lluvia con un paraguas con los colores de la bandera de España. Ambos saludaron al Rey y felicitaron a la Princesa por su debut en la entrega de los premios que llevan su nombre. Además, se sumó a la visita el diputado de Ciudadanos Ignacio Prendes.
Protegida por un paraguas, Leonor mantuvo su gesto amable y sonriente durante toda la visita y atendió con mucho interés «las cosas bonitas» que le mostraron. En esta aldea, la Princesa tuvo la oportunidad de pronunciar su segundo discurso en público e, igual que ocurrió la víspera en el Teatro Campoamor, cuando terminó recibió un cariñoso abrazo de su hermana. «A mi hermana Sofia y a mí nos encanta vivir tantas emociones en esta tierra que desde siempre hemos aprendido a querer», dijo Leonor y añadió: «Me hizo mucha ilusión que mi padre me dijera que podría hablar hoy aquí y que pasaríamos los cuatro unas horas con vosotros».
Durante la jornada, Leonor descubrió su primera placa, que era conmemorativa de la visita , y los cuatro miembros de la Familia Real visitaron una quesería y recorrieron el barrio histórico del pueblo, donde se encuentra la casa de El Cueto de las Abellotas, del siglo XV, que es una de las construcciones más antiguas que se conservan. También visitaron un llagar de sidra artesanal, donde recibieron de regalo una cesta de manzanas ecológicas, y pasaron por la casa de Chelo y Primitivo, donde unas mujeres estaban tejiendo un tapete de ganchillo y terminando un cesto de mimbre. Allí también les regalaron unos cestos con tapetes de sobremesa elaborados por ellas mismas.
Después pasaron por la casa de la Mayorazga, del siglo XVII, y visitaron otra quesería artesanal. Allí les regalaron un queso. Continuaron hacia otra joya de la arquitectura tradicional, propiedad de la familia de Manolita Viejo . En el llamado barrio de La Vera, la Familia Real recibió el saludo de Leonor Niembro Bueno, de 88 años, y de un grupo de niños naturales de Asiego, ocho en concreto, y dos hermanos interpretaron una pieza musical con gaita y tambor. Luego, se incorporaron otros 18 niños que no son de este pueblo, pero tienen familia en él, y dos de ellos entregaron dos camisetas a la Princesa y a la Infanta.
También contemplaron un baile folclórico , presenciaron la Ofrenda del Ramu y visitaron la Iglesia de San Miguel, del siglo XVI y de estilo ecléctico manierista y protobarroco. Estaba previsto que visitaran el mirador de Pedro Udaondo, desde el que se observa el Naranjo de Bulnes y las cimas de los Picos de Europa, un paisaje de enorme belleza. Allí iban a saludar a un grupo de pastores que siguen pasando largas temporadas en la montaña con sus rebaños. Sin embargo, tuvieron que suspender este visita por el mal tiempo y, como dijo la Princesa, «creo que tendremos que volver para verlo».
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