El Rey, a la Princesa: «Tu deber será actuar con coraje y valentía, creciendo en bondad y responsabilidad»
Don Felipe elude la actualidad de Cataluña en la entrega de los premios Princesa de Asturias
El Rey no ha querido que el barro de la política catalana salpicara el estreno de la Princesa de Asturias y, en lugar de hacer un llamamiento más a la convivencia o una condena de la violencia, que los violentos tampoco escucharían, ha preferido inspirarse en valores y principios éticos y culturales, y evitar que el contexto enturbiara el tono de su discurso.
Por ello, Don Felipe ha optado por preservar el carácter institucional de un acto con el que llevaba años soñando: el primer discurso de su hija la Princesa de Asturias, en el mismo lugar y a la misma edad que tenía él cuando pronunció sus primeras palabras en público. Él sabe como nadie que transcurridos unos años, todo el mundo se acordará del estreno de Leonor, y ha preferido que estos recuerdos vayan vinculados a una reflexión noble y profunda sobre lo que significa servir a los españoles.
Por ello, tras elogiar a los premiados, el Rey se dirigió a su hija con un «querida Leonor» y le transmitió las siguientes palabras: «La obligación de servir a España y a los españoles debe ser el mayor orgullo y el máximo honor que puedas alcanzar. Tu deber será actuar siempre con el ánimo esperanzado, con coraje y con valentía; creciendo en responsabilidad, en bondad, y en ejemplaridad».
Así, Don Felipe le recordó a su hija que su presidencia de honor de la Fundación Princesa de Asturias «corresponde al compromiso personal e institucional que tienes con España como Heredera de la Corona» y que la entrega de los galardones «es muestra de ese compromiso con los españoles que deberás renovar permanentemente con dedicación, espíritu de servicio, lealtad y responsabilidad; siempre con humildad, y consciente de tu posición institucional, haciendo de la Corona día a día una referencia de servicio a nuestro país, porque eso es lo que de ella esperan nuestros ciudadanos».
También aludió a las palabras que pronunció cuando entregó a su hija el Toisón de Oro: «Recordarás que te dije que deberías amar la cultura, las artes y las ciencias, pues ellas nos dan la dimensión humana para ser mejores y para ayudar a progresar a nuestra sociedad».
El Rey añadió que su deseo y el de la Reina es que «todo lo que vivas esta tarde —y muchas más tardes a partir de ahora— te ayude a ello; que todos estos sentimientos e ideas te acompañen a lo largo de los años, a lo largo de la vida; que las obras y sus protagonistas premiados cada año por la Fundación, jalonen tu vida con referencias profundas y duraderas de cultura, conocimiento, valores e inspiración intelectual, en un mundo en el que inevitablemente tendrás que vivir desencuentros e incertidumbres».
Tras hacer estas reflexiones, el Rey terminó su intervención transmitiendo «un mensaje de confianza» a la Princesa, a la Infanta y «a toda vuestra generación». «Esa confianza tan necesaria que cada año sentimos renacer en este Teatro gracias a nuestros galardonados, a su gran ejemplo y a su extraordinaria obra, a su entrega a las causas más nobles, a su amor por la solidaridad y por la libertad. Gracias, en definitiva, a su nobleza de espíritu, que tanto deseo que se fortalezca día a día en tu corazón».