EL GORDO DE LA LOTERÍA DE NAVIDAD

Una afortunada con el Gordo en Las Palmas: «Grité y luego llamé a mi jefa para decirle que seguía trabajando»

Lali es técnica sociosanitaria, trabaja con personas con dependencia y asegura que ya llamó a su jefa para decirle que no iba a "dejar de trabajar".

Mapa | ¿Dónde han caído los premios de la Lotería de Navidad 2021?

Comprueba si tu boleto ha sido premiado

Lali muestra en el móvil su boleto premiado, que comparte con otra persona ABC

Laura Bautista

Pasan los minutos y Lali, de Agüimes asegura que «me sigo pellizcando por si es un sueño». No compró ese número por ningún motivo en especial, «pedimos un boleto ¿te gusta? pues venga, para los dos», y así ha llegado el Gordo a la vida de esta sanitaria de atención a domicilio.

«Estaba desayunando con un usuario y escuché que había caído el premio en la administración del Centro Comercial Mirador, me levanté, lo miré en el móvil y sí, era mi número».

Lali es técnica sociosanitaria y cada miércoles desayuna con uno de sus usuarios en el centro comercial de Las Palmas de Gran Canaria, donde compró un boleto a medias que ha resultado agraciado con el Gordo de la Lotería de Navidad . Ella es una de las afortunadas de esta lluvia de millones en Gran Canaria, que ha repartido 160 millones de euros en las 40 series del número más deseado: 86148.

El Gordo reparte cuatro millones de euros. 400.000 euros al décimo o 20.000 euros por euro jugado. «Grité como una loca allí en la cafetería», asegura, y es que su energía es contagiosa.

Se acercó a la administración a comprobar, «he preguntado dos veces, porque no me lo creía», y es que «aún lo estoy digiriendo», explica emocionada y con las palabras atragantadas aún. «Ya llamé a mi jefa para decirle que voy a seguir trabajando, que no piense que por esta suerte voy a dejar yo a mis usuarios», alega firme.

Ella ya se sentía afortunada de antes, confiesa porque «gracias a Dios no he tenido nunca problemas económicos» y «en la rama sanitaria no hemos dejado de trabajar en todo este tiempo», pero claro «ahora vamos a poder vivir mi familia y yo más holgadamente».

Ahora «un poquito aquí, un poquito a este y al otro, porque repartir es la mejor parte», afirma, «no va a ser todo para mi», al contrario, y es que de lo primero que se acuerda es «de una finquita para mi hijo, un barco para mi marido y bueno... algún capricho para mi».

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