Rescatando animales del volcán 'a tiro de cerbatana': «Me he hinchado a llorar»
Con el arma, experiencia y mucha puntería, el rescate de animales en las zonas de exclusión del Cumbre Vieja de La Palma ha vuelto a las técnicas aborígenes
Los equipos de emergencia encontraban cientos de animales dentro de las zonas de exclusión, esos 2,5 kilómetros alrededor de la colada de lava y al borde de lo sepultado por el volcán. Gases, cenizas y piroclastos, y una lengua de magma incandescente que amenaza por llevárselo todo a su paso, rescatarlos y llevarlos a lugar seguro es una prioridad también para los efectivos , pero no siempre es fácil. Imposibles de capturar , de seguir y de encontrar, los bomberos de Gran Canaria y Lanzarote tenían un as en la manga.
El director técnico de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, tras varios días luchando con su equipo por no solo encauzar la lava sino rescatar animales de estos pueblos fantasmas levantó el teléfono para consultar al veterinario y biólogo, Pascual Calabuig .
«Si no se dejan coger, hay que anestesiarlos con cerbatana » pero en La Palma no hay ninguna. En el primer barco viajó Calabuig.
El veterinario y director del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Gran Canaria, no solo es un amante de los animales, referencia en la isla por su experiencia personal y profesional, sino una persona con una « muy buena puntería », como él mismo confiesa, especialmente con la cerbatana que usa como herramienta para sedar animales. La compró en Alemania, hace años, y ahora vuelve a ser la clave para que los animales puedan salir del peligro sanos y salvos .
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«Los animales estaban allí, en las zonas donde ya no puede entrar nadie, solos, apegados a su casa que es lo que conocen y a las que se iba a comer la lava en cuestión de horas», relata.
Una cierta distancia, el momento perfecto y un dardo somnífero que dispara Calabuig como ya hacían los aborígenes de las tribus del continente americano.
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También se ocuparon del ganado, en zonas diseminadas a las que ya no pueden entrar los pastores a ponerles agua y comida . «Los pastores nos dejaban su dirección o venían con nosotros y nos encargábamos de que pudiesen sobrevivir», ha celebrado.
Decenas de perros, gatos, gallinas, conejos, cobayas, pájaros, y animales de mayor tamaño como cabras o cerdos que fueron sedados con el disparo certero de Calabuig han logrado salir de estas zonas negras desahuciadas, pero no solo eso. «Entramos en una casa a rescatar una serpiente y hasta un cocodrilo » y es que el propietario avisó que tenía animales exóticos que habían quedado atrás en la evacuación.
Al peligro del volcán se unía la lluvia de cenizas y piroclastos , además de « el peligro de ir por esos caminos con un remolque lleno de animales », usando carreteras secundarias «cubiertas de lava, donde no se va nada» y entre plataneras.
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«Me he hinchado a llorar»
A pie de volcán, en primera línea «hemos hecho un buen trabajo», asegura Calabuig, en un «corre que te corre detrás de los animales» en un trabajo que le apasiona pero que se une con «la tristeza y la impotencia de ver las fincas, las carreteras…». Y es que « me he hinchado a llorar », confiesa.
El equipo que trabaja en esta segunda oportunidad para los animales de las zonas de colada « es una gran cadena », compuesta por equipos de emergencias junto al Colegio de Veterinarios de Tenerife, al mando de César Bravo y sus compañeros, las protectoras y los voluntarios, piezas clave en este dispositivo.
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