La mitad de los afectados por el volcán no tienen escrituras
Cien notarios solidarios trabajan en la isla con los palmeros que han visto cómo la lava sepultaba sus hogares
«Llegan a la notaría, se sientan y nos preguntan ¿qué puedo hacer? ¿por dónde empiezo?», y a partir de ahí la máquina se pone en marcha. «No se preocupe, que esto se va a solucionar, estamos aquí para eso», les responden. El decano del Colegio Profesional de Notarios de Cataluña, José Alberto Marín, ha sido de los primeros en viajar a La Palma dentro del servicio de emergencia que se ha habilitado desde las sedes de toda España. « La mitad de los afectados no tienen escrituras de sus casas », a veces están desactualizadas, o son propiedades compartidas, nadie se esperaba que un volcán las sepultase en lava.
«Muchos piensan que no hay esperanza, pero estamos aquí para abrirles una puerta y buscar una solución» y « peleamos hasta el último resquicio expediente a expediente para darles esperanza y acreditar lo que ahora está bajo 20 metros de lava». El objetivo es que, cuando llegue el momento, puedan cobrar las indemnizaciones o las expropiaciones si se da el caso gracias a este servicio que ofrecen de manera gratuita. Ya han recibido más de 400 visitas de personas que «se han quedado sin nada».
Es «habitual que falten escrituras en zonas más dispersas, tradicionales y rurales, con poco intercambio de población», porque las propiedades se transmiten de generación en generación y no hay conflictos de propiedad. «Todos se conocen y se respetan, muchos de ellos sin las garantías de una escritura».
Llegan a la notaría habilitada en Tazacorte «casos muy complicados que tardaríamos meses en resolver» de forma ordinaria, pero ahora la emergencia es otra. Lo que buscan todos los métodos para darles una salida, afirma Marín. «Es importante que no pierdan la esperanza, que no les digamos que no hay nada que hacer , esperan ayuda y estamos para eso», decididos a permanecer en la isla «el tiempo que haga falta hasta responder al último ciudadano de La Palma que nos necesite».
En La Palma hay más de una decena de notarios, canarios, valencianos y catalanes en esta primera tanda, pero ya hay turnos establecidos y grupos voluntarios por al menos seis meses más . Ellos lo hacen sin cobrar nada, y los afectados no pagarán nada por este servicio. «La respuesta ha sido unánime, y ha tenido muy buena acogida», por lo que los palmeros pueden estar tranquilos de que «nosotros no les vamos a dejar solos». La red la integran más de 100 personas en toda España , en la isla y fuera en las diferentes sedes y despachos a los que se derivan los expedientes. «Tenemos espalda para resolver muchos expedientes de una forma rápida» a través de pruebas como fotos aéreas, testigos, empadronamientos, pagos de impuestos, catastro, edictos para emitir un juicio de notoriedad, que a efectos de acreditación para indemnizaciones o ayudas tiene «efectos limitados pero suficientes» en este caso de emergencia.
«La piel de gallina y el corazón encogido»
La fortaleza del palmero es lo que más ha impresionado a José Alberto Marín. Cuando te cuentan lo que están pasando « se te pone la piel de gallina y el corazón encogido ». En las visitas, «se echan a llorar, y te piden disculpas por hacerlo», algo que le parece impresionante teniendo en cuenta la situación. «Emocionalmente tratamos de hacerlo lo mejor posible», pero en este caso « es duro y complicado » porque «es un dolor colectivo». Para Marín, la empatía del equipo es fundamental para que noten que tienen un hombro en el que apoyarse. Son personas que «lo han perdido todo y viven con miedo», y sienten ansiedad por el futuro. Ellos van identificados y «nos paran por la calle continuamente para preguntarnos dudas». En general, ha confesado « el miedo es que les digamos que no hay solución ».
Los que han viajado a la isla «lo hacemos también para dar ejemplo, de que aquí se puede trabajar y es seguro» y aunque a él le quedan aún unos días por delante «ya estoy pensando en volver en enero, porque aquí hay mucho por hacer». La situación económica « es crítica, viven dónde pueden y cómo pueden , gracias a que los amigos les han abierto las puertas de su casa» por lo que cree que es más necesario que nunca «darles el rayo de luz y de esperanza que necesitan».
Además, ha puesto en valor otra de las funciones de esta iniciativa, el crear conciencia y valores sociales. Son un centenar las personas de una forma u otra involucradas en este causa, con sus entornos familiares y de amigos. Como ha valorado, también sirve para acercar este drama a los que les rodean. En su caso, «esto es lo que sé hacer y es lo mejor que puedo aportar» con su experiencia «al servicio de los vecinos de La Palma, en lo que sea posible».
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