La familia de Yeremi señala varios indicios que apuntan a 'El Rubio', el principal sospechoso: «El niño estaba azul»

Este es uno de los indicios que presenta el escrito de solicitud de apertura del caso de desaparición de Yéremi Vargas, entre otros que apuntan a Antonio Ojeda como autor de los hechos

Yéremi Vargas desapareció el 10 de marzo de 2007 en Vecindario, Gran Canaria, mientras jugaba con algunos de sus primos en un solar cercano a su domicilio familiar en torno a las 13,30 de la tarde

Caso Yeremi Vargas: claves y preguntas que quedan por responder

Imagen de Yéremi difundida para su localización Archivo

Laura Bautista

El abogado de la familia de Yéremi Vargas, Marcos García Montes , enumera en la solicitud de apertura del caso de desaparición del pequeño una serie de indicios, a su juicio suficientes para que se reanude la investigación. En este sentido, en el escrito al que ha tenido acceso ABC recalca algunos detalles que apuntan nuevamente a Antonio Ojeda, alias «El Rubio» como principal sospechoso.

García Montes, tal y como ha confirmado a través de redes sociales la madre del menor, Ithaisa Suárez, presentó ante el Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana este escrito en el mes de julio, y en sus 45 páginas se solicita a través de varios indicios la reapertura del caso. A esta solicitud se suma la recusación del juez instructor Juan Manuel Hermo Costoya , quien llevó la instrucción del procedimiento en su fase final y decretó el sobreseimiento.

Entre los indicios apuntados destaca un detalle. Antonio Ojeda «El Rubio» le dijo a su compañero de celda que Yéremi «estaba azul» por lo que «lo tuvo que desaparecer». Esta declaración apunta a que se pudo usar algún tipo de producto o disolvente para adormecer al niño que le causó la muerte, y es que Yéremi sufría de insuficiencia respiratoria desde su nacimiento, un dato que solo conocía la familia cercana y no había sido comentado.

Tal y como versa el escrito « solo pudo saber de la enfermedad si participó de la desaparición » ya que ese dato no fue publicado ni comentado.

Además, recalca el escrito, la declaración de su compañero de celda incluye expresiones lógicas en el lenguaje de «El Rubio» como «el chiquillo», «maestro», «metiendo fuego», que a juicio del bufete «concuerdan perfectamente con la forma de hablar, acento, expresiones y palabras» de este y solo podían ser conocidas fruto de una conversación ya que el reo es de origen peninsular y no conoce las formas de expresión habituales en Canarias. El hecho de que no se lo contara de un día para otro sino con el tiempo, es síntoma de que fue una confesión hecha en el seno de la confianza.

Estas declaraciones de los compañeros de módulo penitenciario de «El Rubio» fue debilitada ya que el magistrado instructor Hermo Costoya alegó que los reos gozaron de permisos penitenciarios y su declaración no era libre sino para obtener unos beneficios. A juicio del bufete que representa a la familia del menor esto no se ajusta a la verdad.

Las gafas de Yéremi

No es el único indicio. «El Rubio» habló sobre las gafas que portaba el menor en la desaparición, un modelo de color azul en el frontal y «pistacho» en las patillas. La expareja de «El Rubio» recuerda que este le dijo el color de las gafas , diciendo que incluso se había equivocado en un primer momento. El escrito apunta a lo curioso de este dato ya que no se había hecho público este detalle y en la foto difundida para su localización, Yéremi lleva otras diferentes .

Además, «El Rubio» se sitúa en el lugar de los hechos , al presentarse a sí mismo como testigo de lo ocurrido y tal y como fue grabado incluso en video en una entrevista del programa Espejo Público , que se solicita para su examen como una nueva prueba. La entrevista no se añadió al procedimiento en aquel entonces porque no se le investigaba como sospechoso.

Antonio Ojeda estaba en las inmediaciones del lugar, voluntariamente se personó para dar información sobre el caso y llama la atención, como explica el escrito de solicitud de reapertura, que aún 6 meses después de los hechos mantenía convicción de fechas y horas. Hizo lo mismo en 2012 con el otro niño con el que fue enjuiciado , con una condena de cinco años por haber agredido sexualmente a un niño de 12 años en julio de 2012 en El Doctoral y por el que ya ha sido puesto en libertad .

Antonio Ojeda, «el Rubio», en un video del juicio donde se le condenó por abusar de otro niño AT

Estos datos se suman a detalles concretos, que no son pruebas en sí mismas pero forman «una cadena de indicios » que es digna de estudio.

El coche de la huída

«El Rubio» no solo fue condenado por un caso similar, sino que se le define por los profesionales como una persona introvertida, huraña, con problemas con el alcohol y agresivo . Del mismo modo, era cliente habitual de un bar desde donde se ve el descampado a apenas unos metros, y según su expareja y conocidos siempre llevaba una gorra como parte de su indumentaria.

Este es uno de los detalles que recordó uno de los testigos , un niño en aquel entonces con 11 años de edad . El menor identificó al conductor del coche como un varón con gorra y recordaba una pegatina con palmeras en la parte posterior del vehículo. Sin embargo, algunas contradicciones en su declaración debilitaron su testimonio. El escrito recuerda que tenía 11 años en el momento de los hechos, por lo que estas manifestaciones contrarias no son tal.

En este sentido insiste en que la identificación de la pegatina es relevante la pegatina porque «la reconoció sin genero de dudas» y aunque es una pegatina común el testigo identificó esa y no otra . El niño, según el bufete de abogados, «no tiene conocimientos necesarios para diferenciar perfectamente modelos de coches ya que dijo que se trataba de un Opel Corsa blanco», pero «no declara que se trate exclusivamente de este, como modelo único y exacto sino refiriéndose a un coche similar a ese» como es el Renault 5 Oasis de «El Rubio» con una pegatina con iconos de palmeras en la parte posterior y que él mismo sitúa en el lugar de los hechos.

Renault 5 Oasis Archivo

Esta declaración « se redujo al absurdo para debilitar la prueba », explica el escrito.

Se trata de « un elemento más que se suma a otros » y que el bufete de García Montes Certeza entiende como una serie de indicios verdaderos que forman una cadena, y que obedecen a un pensamiento lógico y racional que a falta de prueba precisa deben ser analizados para una prueba «de cargo».

Cartel de promoción del rENALT 5 oasis con las palmeras identificativas Archivo

Además, el escrito afirma que no procede el sobreseimiento provisional y archivo de las presentes actuaciones , habida cuenta de la necesidad de que se practiquen diligencias de prueba.

Nuevas solicitudes

El bufete de abogados que representa a la familia de Yéremi Vargas ha solicitado al tribunal que se pida la entrevista de Espejo Público grabada en marzo de 2015 y emitida en marzo de 2016 y que se efectúe una pericial sobre la veracidad de las manifestaciones vertidas, así como un perfil psicológico del sujeto y los lapsus lingue que haya cometido en el video.

También presentan el expediente medico de Yéremi donde se verifica la afectación cardiopulmonar que sufría el pequeño y pide que se acuerde la testifical ampliatoria del reo que prestó declaración y del funcionario.

De esta forma, el bufete espera que se pueda efectuar la reapertura del presente procedimiento y que se acuerde la práctica de las diligencias solicitadas además de la pericial psicológica y psicografológica del sujeto.

Pérdida de imparcialidad

En el escrito el bufete que lidera Marcos García Montes apunta a que el caso se vio afectado por una «pérdida de imparcialidad objetiva del magistrado instructor de la investigación hasta el decreto de sobreseimiento provisional», que llevó «una interpretación personalista y subjetivista cargada de falta de objetividad, extendiendo su limite jurisdiccional a posturas inadmisibles» por parte de Hermo Costoya .

Como ha recordado, ya se dieron con anterioridad posturas similares como el maltrato al coronel jefe la Unidad Central Operativa (UCO), Manuel Sánchez Corbí . y varios mandos de la Guardia Civil que conllevó una sanción de 500 euros del Consejo General del Poder Judicial.

Además, asegura este documento, «existe una mala relación con la familia del menor», con «consideraciones subjetivas metaprocesales y fuera de los limites jurisdiccionales».

En este sentido, cabe recordar que el titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de San Bartolomé de Tirajana, Juan Manuel Hermo Costoya, no solo faltó al coronel sino que incluso criticó que los agentes a su cargo estuviesen forzando la investigación para incriminar a «El Rubio» , cuando a su juicio no había indicios de su participación en el secuestro del niño.

La relación entre ambos era complicada y llegó incluso a una tensa discusión por teléfono hasta que en octubre de 2017, Hermo Costoya archivó de manera provisional la causa . En el auto de sobreseimiento del caso, el juez cuestiona la investigación de la UCO desde el año 2007 cuando se produjo la desaparición.

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