Cae la emisión de dióxido de azufre en un volcán que «pierde energía» pero no acabará aún

Desde ayer lunes 15 se ha registrado un repunte en la señal del tremor, que será vigilada en las próximas horas

Vista del volcán desde Tacande por técnicos del iGME IGME

Laura Bautista

El volcán de La Palma confirma su tendencia a la baja , con una emisión de dióxido de azufre en el penacho que confirma que la erupción está perdiendo energía . A pesar de que los valores son descendentes o en disminución, la portavoz del comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias y directora del IGN, María José Blanco, ha adelantado que eso no significa que la erupción vaya a terminar «en el corto plazo ».

Hay una disminución de todos los parámetros, a excepción de un repunte en la señal del tremor observada desde ayer lunes al mediodía que será «vigilada» en las próximas horas. Por su parte, la sismicidad ha disminuido en su zona intermedia en número de sismos y magnitud, al igual que la profunda, que ha tenido un máximo de magnitud 3,8 a 38 kilómetros de profundidad.

El dióxido de azufre asociado al penacho ha sido de entre 3.000 y 3.500 toneladas diarias , pero Blanco ha insistido en que esa tendencia es «lenta» y requiere que llegue a niveles más bajos aún. El volcán «se apagará en algún momento» ha dicho la directora del IGN y aunque está en una fase «más estable» y con nivel más bajo, «a corto plazo no va a terminar» la erupción.

En lo relativo a la superficie afectada por la lava, como ha señalado el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha crecido en algunos rellenos de la zona de colada 2, y avanza en la fajana, que ha sumado (13.15 hora canaria) un nuevo punto de contacto con el mar y tiene ya una dimensión de 42 hectáreas . La anchura máxima entre coladas ha crecido en relación aa este nuevo punto de conexión lava-mar y asciende a 3.200 metros en la distancia de coladas en su cota más baja

La afección en superficie ha dañado a 1.462 edificaciones, 1.181 de ellas de uso residencial , según los datos de catastro. El satélite Copernicus eleva este número a las 1.042 hectáreas y 2.618 construcciones. La superficie de cultivo arrasada por la lava es de 305,59 hectáreas , 10 más que en el último informe y principalmente de tipo platanera.

Lluvia de ceniza

La calidad del aire sigue siendo un motivo de preocupación, aunque el empuje de los vientos han desplazado la lluvia de cenizas al lado este de la isla, afectando al aeropuerto en las primeras horas de este martes 16. Preocupa especialmente que el peso de la ceniza y la lluvia depositada sobre los invernaderos colapse algunas estructuras, como ocurrió en la tarde de ayer en la zona de Charco Verde.

En lo relativo al dióxido de azufre, se han registrado « altas concentraciones » con superaciones horarias y diarias en las estaciones de Los Llanos y Puntagorda.

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