Dos años desde el gran incendio forestal que calcinó Gran Canaria
El fuego se inició por la imprudencia de un vecino de Telde, que trabajaba con una radial cortando una puerta metálica en la zona
Solo una semana después, se declaró un nuevo incendio más peligroso que llegó al Pinar de Tamadaba, quemando 10.000 hectáreas
Más de 10.000 hectáreas quemadas , 9.000 de vecinos evacuados en ocho municipios y una cicatriz de fuego que se mantiene a día de hoy. Ese fue el precio que tuvo que pagar la isla de Gran Canaria por la imprudencia de un vecino, que a pesar de la situación de alerta por altas temperaturas usaba una radial en la zona de cumbre . Una chispa desencadenó la tragedia del primero de los tres incendios en el mismo mes, que avanzó sin control en pocas horas convirtiéndose en Gran Incendio Forestal .
Fue solo el comienzo, ya que tras controlar este primer gran incendio , un fallo en una red eléctrica volvió a conmocionar a la isla con otro gran incendio, que apenas dejaba respiro para los equipos de extinción. El segundo incendio , en Valsendero (Valleseco), se inició el 17 de agosto a las 15.45 horas y calcinó el corazón de Gran Canaria, con más de 10.000 hectáreas quemadas en un perímetro de en torno a 80 kilómetros. No se recordaba un fuego igual desde 2007 , aunque la pesadilla vivida en la misma zona en 2016 estaba aún muy reciente en las memorias de los isleños.
La noche del 18 de agosto, tras una semana de combate contra el primero de los fuegos, el panorama se volvió desolador. El jefe de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo , en su último balance del día dio la peor de las noticias. Los medios aéreos dejarían de operar en pocas horas y el fuego estaba « fuera de capacidad de extinción », ya que las llamas se habían adentrado en el pulmón verde de la isla, el parque natural del Pinar de Tamadaba . Dejar arder de manera controlada parte del pinar era la única forma de atacar el fuego, reunir efectivos, marcar una estrategia y salvar vidas, ya que entrar en ese perímetro « es un suicidio », advirtió.
La « tormenta de fuego », como la definió el jefe de Emergencias, avanzaba sin freno, obligando a evacuar poblaciones y manteniendo por 20 días a los grancanarios en vilo. El mayor despliegue organizado hasta la fecha atacaba las llamas por tierra y aire, augurando un desastre natural sin precedentes a pesar del trabajo de más de 700 personas. Un fuego «hambriento» se acercó peligrosamente a núcleos poblacionales, que vieron como las llamas iluminaban el horizonte y en el caso del casco de Tejeda, como les abrazaba dejándoles cercados en un anillo de fuego .
Los incendios de agosto de 2019, en Artenara y Valleseco, fueron dados por extinguidos 40 días después , fecha en la que inició un proceso de recuperación en las cumbres calcinadas. Actualmente, el 80% se ha recuperado , y existe un 20% del territorio en el que aún es visible el paso de las llamas.
Un tercer incendio provocado
Coetáneo a los dos incendios de Artenara y Valleseco, se declaró también un tercer fuego en la región de Cazadores , en los altos de Telde. Esta zona ya había sufrido incendios con anterioridad, siempre de pequeña dimensión, fruto de un pirómano aún sin identificar .
El temor de un nuevo foco obligó a unos equipos ya exhaustos a dividir fuerzas en tres puntos de la isla, asolada por una ola de calor. El incendio de Cazadores se logró controlar en pocos días , un respiro a una isla que veía como ardía su corazón sin control.
El pino canario, capaz de superar el fuego
El pino canario es una de las pocas especies que renace tras un fuego . Este tipo de pino, único y autóctono de Canarias , tiene la capacidad de rebrotar tras las llamas, una virtud que ha ayudado a que la cumbre rebrote verde en apenas dos años.
Esta característica ha servido al pino canario para sobrevivir en islas de origen volcánico y ahora, para resistir las llamas de los incendios forestales. Se trata de una evolución sin igual que se ha desarrollado tras millones de años y que hace posible que los bosques canarios se recuperen con el tiempo.
El secreto del pino canario para sobrevivir al fuego se encuentra en su gruesa corteza , que le sirve de armadura natural para resistir las llamas y protege el corazón del árbol mientras se quema el exterior .
Una isla en alerta constante
Desde los tres incendios de agosto de 2019, Gran Canaria volvió a ver arder su cumbre en 2020, durante el mes de febrero y ante una ola de calor y de calima que obligó a cerrar los aeropuertos por falta de visibilidad.
El incendio se declaró en Tasarte y avanzó por los barrancos camino a La Aldea obligando a la evacuación de vecinos y al desplazamiento de núcleos poblacionales a campings y zonas seguras. Unos 300 vecinos de La Aldea, en los barrios de Tasarte, Tasartico, El Hoyo y Tocodomán fueron evacuados de sus casas ante la cercanía del fuego.
#IFTasarte 20:40h / 22 febrero.
— BOMBEROS GRANCANARIA (@BomberosGC) February 22, 2020
La situación es muy complicada por el viento en la zona.
Todo el personal de @BomberosGC ha sido activado y los parques se están reforzando para dar respuesta al Incendio Forestal y las intervenciones ordinarias. pic.twitter.com/4UsolJgK4N
El fuego se declaró controlado el 26 de febrero tras afectar a cerca de 1.000 hectáreas y varias viviendas y fincas , gracias a una mejora de las condiciones climáticas que permitió la actuación de los medios aéreos. Menos calima, menos viento y el aumento de la humedad permitió controlar el fuego. Tras este incendio, Canarias ha vivido incendios en Garafía (La Palma) y Arico (Tenerife).
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