Ejército y equipos de emergencia se afanan para salvar de la riada a los pueblos ribereños del Ebro
Las autoridades prevén que sea similar a la de 2015: cubrió 40.000 hectáreas y dejó más de 200 millones en pérdidas
Las brigadas de trabajo refuerzan motas para proteger los núcleos habitados junto al tramo aragonés del Ebro, pero también tienen diseñados planes inmediatos de evacuación por si es necesario activarlos
La Unidad Militar de Emergencia (UME), los equipos de Protección Civil, bomberos y brigadas de obras se afanan por proteger a los pueblos ribereños del Ebro ante la devastadora riada que avanza desde el viernes. Las autoridades calculan que es de envergadura similar a la que se produjo en 2015 , que anegó 40.000 hectáreas de campos y dejó más de 200 millones de euros en pérdidas , entre infraestructuras públicas, explotaciones agropecuarias y propiedades privadas.
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De confirmarse esta previsión, se convertirá en una de las tres peores crecidas del Ebro de los últimos 50 años. Hasta la fecha, las dos más devastadoras fueron las ocurridas en 1961 y en 2015.
En el dispositivo que se ha desplegado en Aragón participan la Administración del Estado, la autonómica, la Diputación de Zaragoza y los ayuntamientos directamente afectados. Los pueblos ribereños del Ebro en Aragón son los más expuestos a la crecida . Esta la región más afectada, por ser la que tiene más kilómetros de río y en la que confluyen los caudales recogidos en toda la cuenca situada aguas arriba, en los afluentes de la cabecera y de Navarra, fundamentalmente, a los que se suman los que llegan desde el Pirineo aragonés. Cataluña, sin embargo, queda protegida por el gran embalse de Mequinenza (Zaragoza) , situado en el límite entre ambas regiones y que actúa como gran presa de contención de riadas.
Miles de habitantes en vilo
La inquietud cunde de forma creciente en los pueblos ribereños, en vilo ante el riesgo de que se tengan que producir evacuaciones de núcleos habitados . Es una posibilidad que no se descarta y todo dependerá del caudal con el que finalmente avanzará la riada en suelo aragonés. La punta de la crecida entrará en el tramo zaragozano del Ebro este domingo por la tarde.
Mientras tanto, la UME y del resto de equipos que participan en el dispositivo que se ha desplegado centran sus esfuerzos en reforzar las motas, las márgenes que se levantan para proteger de las aguas a los cascos urbanos . El objetivo prioritario es evitar que la riada entre en los pueblos, pese a que ya está anegando decenas de miles de hectáreas. De hecho, esa inundación de tierras ayuda a extender las aguas y a amortiguar la violencia de la riada, aún a costa de dañar al sector agropecuario, del que depende la vida en los municipios aragoneses situados junto al Ebro.
Además, los equipos de emergencia han planificado dispositivos de evacuación, para tenerlos perfectamente listos por si se tuvieran que activar. Y también han colaborado con ganaderos en el desalojo de granjas, como los terneros que este sábado fueron trasladados en lanchas de los bomberos de la Diputación de Zaragoza.
Malestar entre los afectados
«Nos abocamos a una riada similar a la de 2015», reconoció este sábado el presidente de Aragón, Javier Lambán (PSOE), durante su visita a Luceni, uno de los municipios ribereños amenazados por la riada, zona en la que desde hace muchos años cunde el malestar con las administraciones públicas ante la falta de limpieza y dragado del cauce del Ebro . Las cada vez más frecuentes y dañinas riadas llevaron a los lugareños a unirse en la Asociación de Afectados por las Riadas del Ebro (Asafre). Se quejan de la sobreprotección medioambiental del río, que evita limpiezas en profundidad del cauce, lo que hace que riadas de menor envergadura que antaño provoquen inundaciones extraordinarias.
Hace escasos meses, en julio pasado, Asafre criticó el Gobierno de Lambán por sus raquíticas ayudas contra las inundaciones . Criticó al Ejecutivo regional por el escaso importe que repartió, que dejaron fuera a la mayoría de municipios que habían solicitado esas subvenciones para realizar obras de protección frente a las riadas.
Mientras tanto, Zaragoza capital también ha activado su dispositivo de emergencia y protección, no solo para hacer frente a las posibles afecciones a su paso por el casco urbano de la ciudad sino, también, por el riesgo que supone el Ebro para barrios rurales que forman parte del término municipal. El alcalde, Jorge Azcón (PP), visitará las zonas ribereñas para supervisar los trabajos que se están realizando para hacer frente a la crecida.