Economía

Aragón encara el verano con 3.000 empleos menos y casi 30.000 desocupados más que antes del Covid

A los 78.974 parados se les añaden casi 11.000 afectados por los ERTE

Aragón ha comenzado junio con 80.000 parados, 18.200 más que a principios del último junio antes del Covid. Imagen de archivo de parados a las puertas de una oficina del Inaem F. S.
Roberto Pérez

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Aragón encara el segundo verano de la crisis con graves cifras de paro y ocupación. Casi un año y medio después de que estallara la crisis del Covid, la recuperación sigue viéndose lejana . En la provincia de Huesca, por ejemplo, a estas alturas no han recuperado ni la mitad de los empleos que se llevó por delante la pandemia. Y en la provincia de Teruel solo han recuperado uno de cada cuatro puestos de trabajo que destruyó la irrupción del Covid en la primavera de 2020.

Aragón ha comenzado junio con 2.979 empleos menos que en las mismas fechas de 2019, es decir, casi 3.000 ocupados menos de los que había a principios del útlimo junio antes del Covid. En las listas del paro hay 18.200 desempleados más , y casi 11.000 aragoneses siguen atrapados en los ERTE .

«Fuerte reducción del paro registrado en mayo», titulaba este martes el comunicado lanzado por el Gobierno de Javier Lambán para vender la cara menos cruda de las demoledoras estadísticas de paro y destrucción de empleo. Pero en la misma nota se reconocía que la actual situación es incluso peor que hace un año. Y eso que hace un año se estaban sufriendo las consecuencias laborales de lo peor de la pandemia .

Ahora, un año después, lejos de haberse aliviado las cifras del paro, han empeorado. Aragón cerró el pasado mes de mayo con 450 parados más que en el mismo mes del año pasado. Y eso a pesar de la masiva contratación de interinos por parte del Gobierno regional, que le ayuda a edulcorar la escalada del paro en las empresas.

El problema de ese hundimiento del empleo está siendo doble en Aragón, porque a los que han perdido el trabajo se suman los que se incorporan de nuevas al mercado laboral aragonés y no tienen forma de obtener un contrato laboral. Por eso, el pasado mes de mayo se cerró con 18.200 parados más de los que había en el mismo mes de 2019, el último mayo antes del Covid. Y a ellos hay que sumar 10.760 trabajadores que siguen atrapados en el penoso limbo de los ERTE: no son parados, pero no pueden ir a trabajar, a la espera de que su empresa pase el bache y pueda reincorporarlos a la normalidad o se vea forzada a prescindir definitivamente de ellos.

Entre el aumento en la cifra de parados y los que están en ERTE, Aragón tiene en estos momentos casi 30.000 desocupados más que a las puertas del último verano sin Covid.

El inicio de la campaña de recolección de la fruta, el pasado mes de mayo, ha dado un respiro a las cifras del paro, por la cascada de contratos temporales que conlleva tanto en el campo como en naves de manipulado.

Pero la situación sigue siendo especialmente complicada en las provincias de Huesca y Teruel, donde ni siquiera eso ha servido para que las cifras de paro mejoren. De hecho, ambas provincias terminaron el pasado mes de mayo con más parados que en mayo de 2020, y eso que en aquel momento se estaban viviendo las consecuencias laborales de lo peor de la pandemia. En la provincia de Huesca este junio ha comenzado con 700 parados más que hace un año, y Teruel con 271 más.

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