Sociedad
Aragón se blinda contra la bacteria «Fastidiosa» que seca los árboles
El Gobierno regional pone en marcha un plan de inspecciones para la detección precoz de este microorganismo
Que una bacteria lleve por nombre «Fastidiosa» ya dice mucho. Y ese es el caso de la que ha puesto en alerta a las autoridades agroambientales aragonesas. Se trata de la «Xylella fastidiosa», una bacteria que no tiene peligro para los humanos pero sí -y mucho- para las especies vegetales .
En España se ha detectado en Baleares, y el resto de comunidades autónomas han empezado a poner en marcha planes de contingencia para, en coordinación con la Administración del Estado, frenar su expansión por el resto del país.
El plan de contingencia frente a la bateria «Fastidiosa» que se ha diseñado en Aragón va a desplegar, de inmediato, un extenso programa de inspecciones entre los más de 200 viveros de la región que comercializan variedades vegetales que pueden ser portadoras de este microorganismo. Las inspecciones se extenderán también a fincas de cultivo de las variedades de más riesgo ante esta bacteria: almendro, cerezo, melocotonero, vid y olivo . Asimismo se realizarán controles en masas forestales de espacios naturales protegidos .
La «Xylella fastidiosa» provoca el secado de hojas y puede acabar causando la muerte del árbol o planta a la que ataca. El riesgo biológico se traduce en un riesgo económico directo.
Esta bacteria fue aislada e identificada en 1987, aunque la enfermedad que produce es conocida desde 1892. Se detectó en California (Estados Unidos).
Actualmente está extendida en numerosos países. En Europa se detectó por vez primera en el año 2003. Se localizó al sur de Italia y, posteriormente, en la isla de Córcega y en la Costa Azul, desde donde ha llegó a tierras mallorquinas.
La «Xylella fastidiosa» afecta a más de 300 especies vegetales, entre los que se encuentran cultivos de gran peso en el sector agrícola aragonés como el viñedo, el olivo, el almendro, los frutales o la alfalfa.
Esta bacteria, que se transmite a través de los insectos, invade los vasos del xilema de las plantas huéspedes y puede llegar a taponarlos, impidiendo el flujo de savia bruta, lo que puede acabar matando a la planta.
Desde el Gobierno aragonés subrayan que «este patógeno supone una gran amenaza para España y existe un riesgo importante de aparición en nuestro territorio, por lo es fundamental extremar las precauciones» y establecer un plan de vigilancia para la detección precoz.
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