Villarejo: «Mi mente está afilada y a punto como si tuviera 20 años»

Vuelve a la carga con un escrito de «autoinculpación» a la Audiencia Nacional que ataca a políticos, fiscales, periodistas y al propio juez instructor

El comisario Villarejo LaSexta

Isabel Vega

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El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha vuelto a pedir al juez que le investiga en la Audiencia Nacional que le permita prestar declaración sobre una veintena de asuntos en los que dice, está dispuesto a inculparse, aunque sea por ver si recibe el mismo trato de favor en términos penitenciarios que otros encausados por reconocer los hechos.

El escrito, 150 páginas redactadas en primera persona y dirigidas al juez Manuel García Castellón, ataca de nuevo al propio instructor, cuestionando su independencia; a los miembros de la Fiscalía Anticorrupción, a políticos, otros jueces y periodistas dejando caer que, pase lo que pase, su memoria esta fresca y ante la adversidad, «agudiza el ingenio». «Mi mente está afilada y a punto como si tuviera 20 años», asegura.

Y de lo que recuerda tan vivamente, al comisario le salen 25 temas que deberían ser, en su opinión, piezas separadas nuevas de la macrocausa y sobre las que quiere prestar declaración.

«Voy a declarar voluntariamente, en un principio sobre 25 acciones que realicé, tal y como le he solicitado, sin perjuicio de ir ampliando un testimonio hasta un mínimo de 100, contando con las que ya están abiertas y/o algunas a punto de enjuiciarse, aunque podría llegar a doblar la cifra », asegura el comisario.

No lo hace porque sí, a la luz del escrito: «Entiendo que carecería de lógica que, a cambio de declarar a algunos imputados, los fiscales les rebajen la petición de condena de casi 20 años a menos de 2 y a mí, con todo lo que voluntariamente he solicitado en reiteradas ocasiones, no disfrute de tan significativas reducciones de pena».

En la lista que ahora ofrece al juzgado figuran asuntos ya vistos y desechados por la Audiencia Nacional, como su testimonio en relación a los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que fue archivado; o el que versa sobre el chivatazo en el bar Faisán y que igualmente descartó el juez a cargo del caso.

Añade otros que sí sobrevuelan ya la macrocausa en la Audiencia Nacional, como la Operación Cataluña -supuestas maniobras de la llamada policía patriótica-, y salpica a tres grandes empresas del Ibex que no están entre las ya investigadas.

También apunta haber realizado gestiones en causas como Gürtel, Astapa y Malaya «para la posterior actuación judicial», señala «sobornos» a funcionarios de otros países, intervenciones para el «cierre de piezas judiciales problemáticas» e incluso «eliminación de sumarios».

Acusaciones a Sanz Roldán

No obstante, la enumeración de esas 25 piezas es una pequeña parte del escrito, que a lo largo de 30 epígrafes que acaba firmando con su número de abogado colegiado, aborda temas muy dispares y vierte acusaciones graves contra distintas personas.

El hilo conductor es su ya recurrente acusación de que el exdirector del CNI Félix Sanz Roldán está detrás del procedimiento en la Audiencia Nacional y que tiene la culpa, además, de la situación en que se ha visto Don Juan Carlos: le atribuye responsabilidad tanto en la grabación de Corinna Larsen como en la filtración de las cintas a la prensa. Insiste en todo el escrito, además, en que es amigo del juez instructor.

Cabe recordar que el propio Villarejo presumía en tiempos de que tenía esas cintas preparadas para que las encontrase el juez que se atreviera a registrar sus dependencias y siete copias en el extranjero. Precisamente, este viernes se verán las caras, pues Villarejo se sienta en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 8 de Madrid acusado de calumniar en televisión a Sanz Roldán y denunciar en falso al CNI. El escrito a la Audiencia Nacional lo ha presentado este jueves, justo la víspera.

«Cuando su amigo le pidió que me aniquilara en su nombre , por ser un peligro para el Estado, estaba asumiendo que lo era para él, ya que estaba y aún está convencido de que el Estado es él. Lejos de entender que mis críticas hacia sus procedimientos solo buscaban mejorar el servicio a nuestro país, interpretó mi estilo directo, sin ambages, incisivo y mordaz, incluso irónico en ocasiones, como un ataque a su autoridad y su ego eso no lo aceptó y su ira la ha terminado pagando, entre otros, y especialmente, la Corona», asegura.

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