PARLAMENTO
La vida en el Congreso: una rueda de prensa permanente con paradas para dormir
Casi 200 periodistas cubren a diario, minuto a minuto, las negociaciones de investidura desde el Parlamento
Habitualmente es difícil prever lo que depara un día en el Congreso de los Diputados. Ahora es prácticamente imposible . Periodistas y políticos comparten estos días un terreno de juego desconocido donde la vida de ha convertido en «una rueda de prensa permanente con paradas para dormir», como la definía hace unos días un portavoz parlamentario. El fondo sigue siendo el mismo: una aritmética parlamentaria endiablada que hace casi imposible un acuerdo estable de Gobierno . Pero la forma cambia cada día con cada acuerdo que se baraja y cada movimiento que se produce. El ritmo informativo es trepidante y las noticias caducan en horas sobrepasadas por nuevos acontecimientos.
Las ruedas de prensa se convocan, se modifican y se anulan sobre la marcha. Se solapan unas con otras en la sala de prensa principal. No ha acabado la primera y el siguiente portavoz espera en la puerta en su turno. Otras veces no es tan ordenado y dos portavoces de dos partidos distintos convocan a la prensa a la misma hora y en distinto sitio. A veces, en el patio. Otras en el escritorio. Y alguna en los pasillos. Nadie quiere quedar dar una imagen de inacción por eso PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos comentan cada detalle de una situación que cambia cada día y mantiene en vilo al país entero . Detalles, que no información.
En una negociación, nadie enseña sus cartas ni desvela su estrategia. Tampoco en política. Solo tres o cuatro convocatorias han contenido anuncios de peso, como la renuncia de Mariano Rajoy a ser candidato, las propuestas de Gobierno de Podemos o Ciudadanos o la aceptación del encargo del Rey por Pedro Sánchez. Todo lo demás son declaraciones condicionales sobre previsibles o futuribles, susceptibles de ser modificadas por la fuerza de los acontecimientos. Ningún político se cree hoy rehén de sus posiciones anteriores. Aún así, la población las devora ávida de saber quién y cómo será su próximo presidente del Gobierno .
La información empieza cuando se apagan los micrófonos . Entonces, los líderes abandonan su pose y cuentan el partido con más sinceridad, nunca con toda. Dan pistas sobre su próximo movimiento y sobre los puntos débiles del contrario. Entonces entra en juego el «off the récord». El periodista tiene la noticia entre las manos, le quema, pero no la puede contar... Pero lejos de ser frustrantes, estas confidencias son claves para interpretar correctamente la realidad que existe tras las declaraciones públicas y, por qué no decirlo, para intentar que otra fuente le cuente lo mismo y le deje publicarlo.
Y cuando los políticos no quieren hablar, los periodistas tienen el deber de preguntarles. Las negociaciones de todos con todos han convertido al Congreso en el epicentro de la información política. La petición de acreditaciones para trabajar desde el Parlamento se ha multiplicado y ahora hay más medios y más periodistas. Unos 200 casi a diario. La furiosa actividad informativa así lo requiere y la actividad de los partidos está prácticamente paralizada a la espera del resultado de las negociaciones . «La prensa está por todas partes, en las zonas que son de trabajo y en las que no lo son, comenta una ujier.
Son habituales los encuentros entre periodistas y políticos por los pasillos, la cafetería, el patio y hasta el ascensor... Es difícil escaparse. «Antes de llegar al Congreso, nosotros decidíamos cuando íbamos a realizar un canutazo (declaraciones rápidas a la prensa), ahora es la prensa la que decide cuando tenemos que hacerlo », señalaba el mismo portavoz. Son la nueva modalidad informativa: los «canutazos» por sorpresa... para los políticos. Surgen de los encuentros inesperados o del esfuerzo del periodista por estar «a la caza», esperando a un político, por ejemplo, cuando abandona su despacho para realizar entrevistas con radios y televisiones. Los líderes de las cuatro grandes formaciones son los más buscados, pero también sus portavoces y hasta los números «tres». Cualquiera que pueda dar algún detalle nuevo sobre las negociaciones. También hay búsqueda inversa. Políticos que buscan discretamente a los periodistas para saber lo que dice el contrario o para deslizar un traspié del rival . Incluso los días que habitualmente eran inhábiles en el Congreso, lunes y viernes, se han vuelto hábiles y se llenan de prensa y políticos. Son los ritmos que impone la nueva política.