Opinión

«Lo único que necesita Pablo Casado para ganar es que le escuchen todos»

Si algo ha caracterizado el primer año del líder del PP ha sido su hiperactividad pública, a veces excesiva, pero absolutamente necesaria

Pablo Casado, durante una rueda de prensa en la sede del PP
Juan Fernández-Miranda

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Un exministro de Mariano Rajoy asistió a un mitin de Pablo Casado en Roquetas de Mar cuando restaban cuatro días para la celebración de las primarias del PP, ahora hace un año. Mientras escuchaba sorprendido al joven candidato, susurró a uno de sus hombres de confianza: «Lo único que necesita para ganar es que le escuchen todos los afiliados». Y así fue: en esa campaña, el joven dirigente del PP había viajado más que todos sus rivales juntos, una estrategia que ilusionó en las primarias y que no interrumpió como presidente del partido. Si algo ha caracterizado el primer año de Casado ha sido su hiperactividad pública, a veces excesiva –no hay ningún tema sobre el que no haya ofrecido su parecer a los cinco minutos–, pero absolutamente necesaria: rearmar ideológicamente al partido era una imperiosa necesidad para confrontar el discurso de las izquierdas. «Que le escuchen todos», que diría el exministro.

A pesar del monumental batacazo en las elecciones generales, los partidos políticos son instrumentos de poder y hoy el PP gestiona más administraciones que hace un año, con menos concejales y menos diputados autonómicos, pero con más alcaldes y más presidentes. A veces la política se escribe con renglones torcidos, de modo que esa contradictoria realidad supone para Pablo Casado el aval necesario para seguir en la planta séptima de la calle Génova –si es que no decide vender tan simbólica sede– todo un ciclo electoral.

Transcurrido un año, Casado se ha consolidado, a pesar de que el sorayismo se fue sin despedirse y a pesar de que Ciudadanos y Vox no van a regalarle nada. Superados los «match-ball» interno y externo, Casado sabe que el final de trayecto se llama La Moncloa y que ahormar una alternativa al proyecto Sánchez le llevará tiempo. La magnitud del reto es similar, si no mayor, que la refundación de los años 90. La buena noticia para el presidente del PP es que en este primer año se ha ganado al menos otros tres, y que lo ha conseguido –como le dijo Fraga a Aznar–, sin tutelas ni tutías. El partido no ha hecho más que empezar.

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