«El triángulo de la maría»: la zona donde tirotearon a tres guardias civiles
Los narcos pudieron confundir a los agentes con rivales que querían robarles la droga
Tres guardias civiles -José Antonio, Vicente y Andrés- resultaron heridos el miércoles por la tarde por los disparos de escopeta con los que los recibieron unos supuestos traficantes de marihuana en Coto de Bornos (Cádiz). Los agentes miembros del equipo de investigación de la compañía de Villamartín participaban en una operación antidroga tras tener información de que en ese lugar había una plantación de marihuana en mitad del campo.
Los guardias iban de paisano y con un coche sin distintivos cuando les sorprendieron dos invididuos apostados con un arma de caza . Los tres recibieron perdigonazos: uno en el tobillo, una herida directa, otro en un brazo y el tercero en una pierna y el abdomen.
Los agentes lograron detener a uno de los implicados, un individuo de la zona conocido por dedicarse al trapicheo de drogas. El otro logró huir y al cierre de esta edición un dispositivo de más de doscientos funcionarios lo buscaba por la sierra de Cádiz. También había sido identificado al tratarse de un viejo conocido de la Guardia Civil. Según fuentes oficiales estaba a punto de ser arrestado o de entregarse, dado el despliegue policial.
Fuera de peligro
Los tres heridos fueron trasladados al hospital comarcal; uno de ellos recibió el alta a las pocas horas. Según informó un portavoz de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), el agente más grave es el que sufrió los impactos directos por arma de fuego en el tobillo. Los tres están fuera de peligro.
Una de las hipótesis que se manejan es que los traficantes, que estaban custodiando la plantación de marihuana o en plena recogida, dada la época, confundieran a los agentes con narcos rivales que pretendían robarles la mercancía, lo que en el argot se conoce como «vuelco». Otras fuentes sospechan que sí los reconocieron puesto que se trata de investigadores de la zona y pese a ello los recibieron a tiros.
Nada más producirse el suceso, empezaron a llegar a la zona numerosos agentes del GAR, de la USECIC, del Seprona y de otros puestos, con perros adiestrados y apoyados por un helicóptero en busca de uno de los autores de los disparos. «Es una zona muy complicada y ellos la conocen como la palma de la mano porque son presuntos delincuentes criados aquí, de ahí la dificultad», explicó a ABC un portavoz de AUGC.
Agentes de Criminalística de la Comandancia de Cádiz se trasladaron también a Coto de Bornos para realizar una inspección ocular del lugar en el que se produjeron los disparos que hirieron a sus compañeros, al tiempo que se cercaba la plantación.
Tanto la asociación de guardias civiles como algunos alcaldes de la zona llevan tiempo denunciando la escasez de agentes, por un lado, y la proliferación de plantaciones de marihuana en la sierra de Cádiz a la que ya apodan «el triángulo de la maría» (marihuana) en referencia a los terrenos plantados que existen entre Grazalema, Bornos y Villamartín, un terreno propicio por orografía y clima.
En ella se han llevado a cabo varias operaciones contra el tráfico de este cultivo al aire libre, una de las últimas en pleno confinamiento, cuando fueron detenidas tres personas que transportaban 12 kilos de cogollos de marihuana en dos furgones, con emisoras de radio instaladas en su interior.
Hace justo un año, la Guardia Civil desmanteló otras cinco plantaciones de droga, cuatro de ellas en Bornos. Y en Jerez de la Frontera se encontraron 4.200 plantas camufladas en una explotación ganadera donde se detuvo a diez personas. Contaban con una compleja estructura de equipos de aire acondicionado y sistemas de extracción que tuvo que desmontar una empresa especializada. La juez del caso autorizó el montaje de los modernos aparatos en un colegio de Puerto Serrano.
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