El tesorero de Izquierda Unida se desmarca de la contratación de Neurona

El administrador se define como un contable que no conocía los servicios

A la derecha, el administrador de Neurona, Elías Castejón Isabel Permuy

Isabel Vega

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El tesorero de Izquierda Unida Carlos García Ramos declaró este viernes ante el juez que no supervisó el contrato con Neurona Comunidad suscrito por la coalición Unidas Podemos de la que era administrador mancomunado porque su papel no era ese: se limitaba a controlar el techo de gasto electoral. Según informaron en fuentes jurídicas al término de la declaración, en este caso, era un proveedor elegido por Podemos y confiaba en el buen hacer del responsable del mismo, el tesorero de la formación morada Daniel de Frutos.

García Ramos acudió al juzgado de Instrucción número 42 de Madrid en calidad de imputado ante el juez que investiga a Podemos y a algunos de sus miembros por un presunto delito electoral y/o de financiación ilegal así como de falsedad en el contexto de ese contrato por importe de 363.000 euros que la coalición Unidas Podemos no pudo justificar ante el Tribunal de Cuentas, despertando las sospechas.

De acuerdo con las fuentes presentes en la declaración consultadas por este diario, este gestor de Izquierda Unida explicó que la forma de funcionar en la campaña electoral era que ni él supervisaba los proveedores que proponía Podemos ni ellos hacían lo mismo con los que acordaba Izquierda Unida . Lo único que estaba mancomunado era el control del techo de gasto y lo demás, era cuestión de confianza. Abundó, en este sentido, en que no conoció el pormenor de los servicios encargados y prestados hasta que el Tribunal de Cuentas requirió más información a la coalición ante la pretensión de justificar los 363.000 euros de la encomienda como gasto electoral. Defendió que los servicios se prestaron y que no hubo ninguna ilegalidad.

Discordancia de fechas

Sobre aquel contrato, prestó declaración también como imputado el administrador de Neurona Comunidad, Elías Castejón . Este abogado de Sevilla defendió ante el juez que nunca fue un hombre de paja, sino un administrador de hecho de esta mercantil creada poco antes de las elecciones generales de abril de 2019 y que no tiene ni infraestructura ni empleados: se ocupaba de la contabilidad y de los impuestos. Durante su comparecencia, se centró en defender que el contrato con Neurona no fue ni de febrero, como el borrador que aportó el denunciante inicial de este asunto, José Manuel Calvente; ni de mayo , como el que presentó Podemos requerida por el Tribunal de Cuentas y después, por el juzgado. Era del día 28 de marzo y ha presentado dos correos electrónicos para acreditarlo. Se trata de intercambios con su persona de contacto, un abogado mexicano que representaba a los dos socios fundadores de Neurona Comunidad, César Hernández Paredes y Andrea Edlin, con quienes nunca tuvo un trato directo.

En el primer mensaje, le apercibía de un error en el cálculo del IVA del contrato redactado para Unidas Podemos. En el segundo, le daba el visto bueno y le urgía a enviarlo a Madrid para que lo firmase la coalición. El problema es que pidió que se le devolviese copia firmada, pero cuando en abril tuvo que preparar la factura por los 363.000 euros, aún no se lo habían enviado. Lo reclamó por escrito al abogado mexicano intermediario y se lo devolvieron con firma electrónica de mayo. Aun así, seguía apareciendo la data original y que atribuye a un error, el 27 de febrero.

Todo desde México

Más allá de las fechas, afirmó que él iba pagando a la empresa mexicana Creative Advance Interactive por orden de los fundadores de Neurona a medida que le iban dando instrucciones de cantidades y conceptos.

Descarta un fraccionamiento de los pagos porque asegura que cuando hay más de uno en el mismo día, siempre obedece a conceptos diferenciados. Entiende que esa mercantil de una barriada de Jalisco fue la que prestó efectivamente el servicio a Unidas Podemos, dado que Neurona Comunidad no tenía infraestructura ninguna.

En cuanto a la justificación de los servicios prestados, Castejón explicó al juez y la fiscal que reclamó en más de una ocasión que le acreditasen los trabajos por si Hacienda pedía analizar alguna factura o algún pago . Tras insistir, recibió un enlace con una ingente cantidad de archivos descargables, sobre todo vídeos, que explicarían lo contratado y que aún conserva. Si se ajusta o no a la realidad de lo que hicieron desde Creative Advice Interactive o cualquier otra para Unidas Podemos pasando por Neurona, no lo sabe porque tampoco era lo suyo: él se ocupaba de las cuentas y de Hacienda.

En cuanto al resto de las transferencias menores que recibió en la cuenta de Neurona en Bankinter, Castejón mencionó que podía obedecer a contratos que se firmaran para servicios menores en la campaña de las autonómicas y, en concreto, en las madrileñas; igual que le sonaba algún cargo relacionado con el grupo parlamentario en Bruselas. Sobre los gastos en restaurantes y demás, explicó que son de una tarjeta de débito del socio de Neurona.

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