Así pasa el confinamiento Adolfo Suárez Illana
«Si no participamos todos es imposible cortar el contagio»
Entrevista a Adolfo Suárez Illana, secretario cuarto de la Mesa del Congreso
Coronavirus España, últimas noticias del COVID-19

Adolfo Suárez Illana (Madrid, 1965) cree que la clave en estos días es organizar bien el tiempo. «No son vacaciones, ni sabemos cuándo va a acabar, pero puede ser largo», avisa. Recomienda también conocer las necesidades que puedan tener vecinos o familiares, bien por estar solos o incapacitados para ayudarles. «Ya sea con una llamada o comprando alimentos o medicinas», pide. Su receta para sobrellevar el confinamiento son altas dosis de paciencia, tolerancia, respeto, cariño y un buen pellizco de imaginación.
- Sigue yendo a los plenos del Congreso siendo una persona de riesgo...
Para mí, el único riesgo importante que corro es no hacer bien lo que me toque hacer. Sea lo que sea. En evitarlo, pongo toda mi atención y dedicación posible. Es tiempo de olvidarse de uno mismo y pensar en el bien común. La prudencia no está reñida con la responsabilidad.
-Las restricciones de confinamiento para una población como la española tan acostumbrada a la vida exterior son difíciles ¿qué le parece el comportamiento que está viendo?
-En términos generales, creo que la población está comportándose muy bien, siguiendo las recomendaciones que se han dado y ayudando en lo que pueden a los que lo necesitan.
-¿Qué mensaje le gustaría trasladar a los ciudadanos?
-Que es fundamental la participación de todos. Es imprescindible el estricto cumplimiento de las medidas de aislamiento para reducir el número de contagios en un mismo tiempo y, eventualmente, para cortar la cadena de transmisión lo antes posible. No es una tarea sencilla entre todos. Sin la participación de todos, imposible.
- ¿Y un consejo para sobrellevar estos días de encierro?
- Organizar bien el tiempo. No son vacaciones, ni sabemos exactamente cuándo va a acabar, pero puede ser largo. Es importante ser capaz de atender todas las necesidades. Para ello debe planificarse bien un tiempo de trabajo o estudio, un tiempo de ocio, de formación, de ejercicio. Es también importante conocer las necesidades que puedan tener vecinos o familiares, bien por estar solos o incapacitados, para ayudarles, ya sea con una llamada o comprando alimentos o medicinas. Para todo ello van a ser necesarias unas altas dosis de paciencia, de tolerancia de respeto y cariño. A todo ello sería bueno añadir un buen pellizco de imaginación para gestionar todo ese tiempo en común que no estamos acostumbrados a compartir en un espacio reducido.
- La realización de pruebas del coronavirus a políticos por haber estado en contacto con contagiados, pero no hacerlas a ciudadanos con síntomas ha generado un fuerte malestar entre la población, ¿qué opinión tiene usted?
-Una de las cosas que estamos aprendiendo de esta pandemia es que cuantas más pruebas se hagan, más rápido y mejor se corta la cadena de contagios.
- ¿Cómo reparte el tiempo estos días, cuáles son sus labores?
-Mi primer cometido es atender a mis obligaciones como miembro de la Mesa; el Parlamento no está cerrado y aunque no esté funcionando a pleno rendimiento sigue cumpliendo su función tal y como establece la Constitución para estos casos excepcionales. Luego despacho los asuntos del Grupo Parlamentario que toquen. Dedico también mucho tiempo a estudiar y leer cosas que normalmente no puedo. Y la otra parte importante de mi tiempo la dedico a las tareas de familia y amigos, que incluyen ocio, ejercicio, charla, llamadas, «WhatsApp» y muchas bromas. El humor es buen compañero estos días... El confinamiento es también una oportunidad para hacer cosas y compartir ratos a través de los medios que hoy tenemos que, de otro modo, es muy difícil. Al acabar el día, solemos rezar un Rosario en familia por todos.
- ¿Tiene algún caso de contagio en su entorno?
-Ana Pastor y Alberto Fabra han sido los dos únicos con los que tuve contacto hace más de dos semanas y, por lo visto, antes de que contrajesen el virus. Tengo también casos de conocidos, compañeros del parlamento o amigos como Isabel Díaz Ayuso o Eugenia Carballedo entre otros, pero con los que no he estado contacto físico en estos días. En mi entorno familiar, afortunadamente, ninguno por el momento.
- ¿Qué es lo primero que hará usted cuando termine el confinamiento?
-Dar gracias a Dios. Luego, a todos los han aportado lo que estaba en su mano para superarlo. Dentro o fuera de casa.
- ¿Qué lecciones nos deja esta crisis?
-La primera es que el hecho mismo de la vida es un riesgo permanente y que el problema no es que se acabe, cosa segura, sino cómo la vives, la compartes y entregas.
Otra, que España está llena de héroes anónimos que no necesitan más que una oportunidad para entregarse a los demás. Ocurre cada día, está crisis solo ha puesto de manifiesto a muchos de ellos.
Y una tercera, que las sociedades modernas sólo pueden avanzar y prosperar con la colaboración de todos. Es tiempo de dejar atrás los sectarismos y de unirnos. Estos días estamos viendo cómo la iniciativa privada se une a las instituciones públicas para ayudar en todo lo que está en su mano. Sólo con la colaboración de todos: hombres y mujeres, instituciones y ciudadanos, empresas privadas y gobiernos, podremos superar con éxito los retos que se nos plantean como sociedad.
-¿Cuál sería la primera propuesta para la España post-coronavirus?.
-La vida siempre nos sorprenderá con nuevos retos, eso es inevitable, pero nunca debería sorprendernos con asuntos ya vividos. Debemos repasar cada una de nuestras actuaciones durante esta crisis para ver qué se puede mejorar, qué hemos hecho bien y qué no debemos repetir.
Noticias relacionadas