Moción de censura Vox
Santiago Abascal sacará su versión «prudente» y propondrá una batería de ideas nuevas
Cerco a los populares: Vox les acusa de constituir «un grupo contemplativo» y los socios del Gobierno de coalición, de alinearse con «la ultraderecha»
Sigue la moción de censura de Vox al Gobierno de Pedro Sánchez en directo
El Santiago Abascal que esta mañana defenderá la que será la quinta moción de censura de la democracia no tirará de desmesura sino de todo lo contrario. O al menos ese es el plan con el que el presidente de Vox se subirá a la tribuna de oradores para defender por qué el Gobierno de España debe dejar de estar en manos de Pedro Sánchez y pasar a las suyas. Abascal sacará su versión «prudente y sensata» para lanzarse a la conquista de los votantes del PP a través de la pantalla del televisor . Sabe de antemano que su iniciativa nace fracasada aritméticamente, pero intentará exprimir la ventaja de hablar durante horas ante toda España para mostrarse como alternativa a un PP que ni siquiera participará en el debate el primer día y solo tendrá una participación tasada en el segundo.
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Las pistas sobre la estrategia del presidente de Vox las desgranó ayer el portavoz parlamentario del grupo, Iván Espinosa de los Monteros , en rueda de prensa en el Congreso. Fue él quien apuntó que optará por la mesura y avanzó además que su líder presentará «propuestas novedosas». «Los españoles van a escuchar a Abascal tocar temas muy variados» y «hablar de cosas de las que no están acostumbrados» . «Será muy sorprendente para quien no está acostumbrado a escuchar a Abascal en directo», aseveró .
Ataques con contenido
El presidente de Vox realizará un «análisis crítico con la situación» para justificar la pertinencia de la moción de censura, pero al mismo tiempo su exposición estará cargada de contenido. «Presentaremos un programa y un candidato alternativo con ideas mejores para España y para el conjunto de los españoles». Y todas estas recetas son, a su juicio, «mejores que las que aplica el Gobierno socialista».
En el partido de Espinosa de los Monteros aseguran estar «gravemente preocupados por la situación y el rumbo» de España , pero su portavoz hizo hincapié una y otra vez en que aún hay «tiempo de cambiar el rumbo». «Costará y no será sencillo». Eso sí, consideran que el Gobierno socialista tiene que llegar ya a su fin.
Tan deteriorada ve Vox la situación económica de España, que Espinosa de los Monteros ha llegado a agitar el fantasma de la suspensión de pagos como una posibilidad que puede hacerse realidad si el Ejecutivo no cambia . «Es posible que en 2021 entremos en una situación de insolvencia alarmante que sea cada vez mayor. España ha suspendido pagos trece veces en su historia, el riesgo de impago, aun teniendo el rescate de las instituciones europeas, sería el riesgo de empobrecimiento general». Por ello, insistió en que España está «ante el peor gobierno posible en el peor momento posible». Una idea que, probablemente, latirá también con unas u otras palabras durante las intervenciones de Abascal.
Sin embargo, no todo gira en torno al plan del candidato en una moción de censura. Este tipo de iniciativas tiene su cara y cruz como demuestra que de las cuatro mociones de censura que se han celebrado hasta ahora durante la democracia, tres de ellas han fracasado y tan solo uno de sus candidatos, el socialista Felipe González, logró el impulso que buscaba de cara a las siguientes elecciones generales. Los otros dos candidatos, Antonio Hernández-Mancha en 1987 y Pablo Iglesias en 2017, fracasaron en el cuerpo a cuerpo dialéctico tan estrepitosamente que terminaron perdiendo apoyos en los siguientes comicios . La moción de censura es un arma de doble filo y todos los grupos volvieron a recordar ayer a Vox que está solo en esta iniciativa. El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, subrayó que el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, pedirá la palabra para intervenir en algún momento de la moción para «hacer frente a Abascal», aunque no detalló cómo ni cuándo.
Y mientras Abascal ultimaba ayer su estrategia, el PP seguía enredado con la suya. Su portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, intentó desviar la atención de la prensa hacia la gestión del Gobierno durante la pandemia para despejar cada pregunta sobre su posición en la moción. No aclaró si su partido finalmente se abstendrá o votará a favor, tampoco si habrá una reunión del grupo parlamentario para fijar la postura ni si Pablo Casado intervendrá o no para replicar a Abascal. Esa presión le llegó además desde Vox con Espinosa de los Monteros asegurando no comprender sus «titubeos». Pero también desde los socios del Gobierno, que ejercieron de escuderos de la coalición y lanzaron una catarata de críticas a los populares por no haberse desmarcado aún de una iniciativa impulsada «por la ultraderecha» . ERC, EH Bildu, Más País, Compromís y el BNG cargaron contra el partido de Casado por lo que consideraron seguidismo a Vox.
El PP se encuentra, por tanto, entre la espada y la pared. Una espada que le insta a ser «proactivo» contra el Gobierno de Sánchez, y una pared que le reclama que no se ponga de perfil y que se decante por el «no» frente a «la extrema derecha».
Petición de boicot
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián , desveló ayer que incluso planteó a PSOE y a Unidas Podemos la posibilidad de no contestar a Vox y boicotear el debate de la moción de censura; un extremo que rechazó el Gobierno. Por su parte, la portavoz de EH Bildu en la Cámara Baja, Mertxe Aizpurua, sorprendió al solicitar «al resto de demócratas» -hay que recordar que Bildu sigue sin condenar el terrorismo de ETA- que hagan un frente común frente a «Vox y la ultraderecha». Un ninguneo similar al del Parlamento vasco, aunque Bildu, según confirmó ayer Aizpurua, sí participará esta vez en el debate.
«Esta moción es el estreno de Torrente 6 (...). Es una OPA hostil a Casado y a todo lo que representa», sentenció Rufián, que insistió en que la «mejor opción» para él habría sido «hacer el vacío» a Vox. Por su parte, el líder de Más País, Íñigo Errejón, tachó la moción de «fantochada» y subrayó que está pensada «para retratar al PP» . Eso sí, para Errejón «lo preocupante» no es la iniciativa en sí, sin visos de prosperar, sino «que haya generado debate en el PP». «Ninguno de los socios europeos del señor Casado tiene la actitud blanda y complaciente de Casado con la ultraderecha», zanjó.
Un mensaje repetido por Joan Baldoví (Compromís) y por Néstor Rego (BNG). De hecho, para Baldoví lo único «importante» de la moción de censura será comprobar el posicionamiento de «los partidos de la derecha», en alusión a PP y a Ciudadanos, que ayer reiteró que votará en contra de una propuesta «irresponsable».