Sánchez pone a prueba en Bruselas su manual de resistencia en un momento crítico

Prepara su plan contando con que la UE permita poner un tope al precio del gas

Sánchez se ve forzado a explicar la cesión del Sahara en el Congreso, pero sopesa diluir el debate

Sigue en directo la última hora sobre la guerra en Ucrania

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ayer en Bruselas mientras atendía a los medios de comunicación EFE
Víctor Ruiz de Almirón

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Pedro Sánchez se encuentra inmerso en 24 horas determinantes. Lo son para el país, para el desarrollo de la segunda parte de la legislatura y para la imagen internacional del presidente del Gobierno español. La respuesta que acuerde el Consejo Europeo respecto a las consecuencias energéticas de la invasión de Ucrania es determinante, así lo ha querido vincular el Gobierno, para la respuesta nacional que se aprobará el próximo martes en el Consejo de Ministros. Sánchez avanzará algunas de esas medidas el próximo lunes en una conferencia.

El Consejo Europeo arrancó ayer, tras la cumbre extraordinaria de la OTAN. Pero en el día de ayer, con la excepcional presencia en la cumbre de líderes europeos del presidente de Estados Unidos, Joe Biden , la primera sesión estuvo dedicada a cuestiones más vinculadas con las acciones de respuesta a la guerra . La previsión es que las discusiones sobre la crisis energética se produzcan hoy.

Y aunque en las últimas horas se esbozan ya algunas posiciones claras, en el Gobierno advertían estos días que los debates se podían prolongar hasta el sábado. España ya da por sentado que el Consejo Europeo no aceptará desacoplar el gas del precio de la electricidad, que ha sido la propuesta estrella que Pedro Sánchez ha llevado por toda Europa durante su gira por varias capitales europeas.

Alemania y Países Bajos han dejado claro que van a bloquear el plan original de Sánchez. Y ya se trabaja en abonar el escenario de una alternativa que el Gobierno pueda vender como un éxito.

Tope para limitar el gas

La solución que el Gobierno va a plantear es que la Comisión Europea permita que España y Portugal puedan establecer un tope para limitar al precio de gas y romper el vínculo alcista al resto de la energía que se utiliza en la generación de electricidad.

En La Moncloa defienden que esta medida tendría efecto inmediato y permitiría una bajada drástica de la tarifa de la luz. «Tenemos unas particularidades específicas, muy concretas, que nos dañan a la hora de ver cómo se agrava aún más en términos relativos a otros países europeos el alza del precio del gas», por lo que «nos podría también a ambos gobiernos dar la capacidad para responder de manera mucho más contundente a este precio del gas y a su traslación al precio de la electricidad», señaló Sánchez al llegar al Consejo Europeo. Se espera también que se acuerde la posibilidad de que los Estados miembros hagan compras conjuntas de gas para obtener un mejor precio en los mercados. España quiere destacar que esa propuesta lleva su sello desde el pasado mes de septiembre. La defenderá, pero advierten de que no tendrá un efecto inmediato en los precios.

El Gobierno va ultimando en paralelo un programa de respuesta económica del que cada vez se va soslayando más la posibilidad de una gran bajada fiscal. A ello se comprometió en la Conferencia de Presidentes Autonómicos. Y en el Ejecutivo no se descarta todavía alguna, pero se lleva días destacando que el gran esfuerzo fiscal ya se ha realizado para contener la escalada del precio de la luz desde hace meses. De prorrogarse hasta final de año, tendría un coste para las arcas públicas de hasta 12.000 millones.

Esfuerzo fiscal

El Gobierno llevas semanas insistiendo en esa cifra. Consolidando la idea de esa prórroga, pero a la vez queriendo trasladar que el esfuerzo fiscal ya se está realizando. Sánchez no quiere conjugar la palabra recortes de gasto en este trance. Pero tampoco comulga con las recetas que está poniendo su socio encima de la mesa, lo que dificultará de entrada el apoyo de los socios habituales del Ejecutivo, que de por sí está bastante caro.

Este escenario se combina con la crisis política derivada del acuerdo del Gobierno con Marruecos, que implica un cambio de postura sobre el Sahara Occidental. Los aliados habituales van a forzar votaciones en el Congreso que van a visibilizar la falta de apoyo del Gobierno. El miércoles la comparecencia en el Congreso de los Diputados abordará todos estos asuntos y servirá para medir la fuerza del Gobierno en un momento clave de la legislatura.

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