Sánchez justifica el acuerdo porque la crisis con Marruecos era «insostenible»
El presidente reconoce que en los últimos diez meses había «poca o ninguna comunicación» con Marruecos
Insiste en que el pacto se hace pensando en la «seguridad y estabilidad» de Ceuta y Melilla. Justifica que sobre el Sahara lo que ha hecho el Gobierno es «profundizar» en la decisión de otras grandes potencias
La visita a Ceuta primero y Melilla después persigue trasladar la imagen del respaldo gubernamental a los dos ciudades autónomas, las que con más angustia y preocupación viven la tensión con Marruecos. Tras una primera reacción un tanto expectante, el Gobierno contacto con sus presidentes, Juan Jesús Vivas (PP) y Eduardo de Castro (ex de Cs). Ambos han avalado el plan de Moncloa. Algo que ha sido especialmente patente en el caso ceutí, con Vivas agradeciendo reiteradamente al presidente su presencia y que con ello, ha dicho, se lance un mensaje de que el Estado protege la integridad territorial de Ceuta como una población española más.
En Melilla, Sánchez ha anunciado que será tras la próxima visita de Albares a Rabat cuando se proceda a la apertura de fronteras, ya que en las negociaciones se incluye la normalización de los pasos marítimos y el diseño del operativo de la Operación Paso del Estrecho.
Durante una comparecencia junto al presidente de la cuidad autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas , Sánchez ha insistido en varias ocasiones en que el futuro de las dos ciudades autónomas pasa por garantizar previamente su «seguridad y estabilidad». Preguntado directamente por las garantías con las que cuenta de que Marruecos olvidará su ánimo expansionista sobre las dos ciudades autónomas, Sánchez no ha especificado cuáles. Y en la carta que se ha conocido hoy a través del diario 'El País' no se hace mención expresa a Ceuta y Melilla .
Pero el presidente ha respondido haciendo referencia al respeto a la «integridad territorial» a la que se alude en la carta y en el comunicado emitido el viernes por el Gobierno. La referencia al «control de los flujos migratorios» . La mención que sí queda explicitada en el acuerdo, y sobre la que pivota el cambio de Marruecos, es en el reconocimiento por parte de España del plan de autonomía marroquí como la propuesta más viable. Lejos de los esfuerzos estériles de su partido por intentar convencer a la opinión pública de que no hay cambio de postura , Sánchez ni se ha molestado en negar ese cambio. «El Gobierno de España ha seguido la posición que también han manifestado otras naciones potentes en europa, Alemania, Francia o la propia Comisión Europea manifestando el respaldo que no deja de ser una de las propuestas recogidas dentro del Consejo de Seguridad de la ONU (…) El Gobierno no ha hecho sino profundizar en una postura manifestada por otros gobiernos de distinto color. Y sin duda alguna seguir con la línea de otras grandes potencias dentro del marco de la ONU».
El presidente ha justificado que «existía una crisis que no podía sostenerse en el tiempo», y que era perentorio resolverla después de 10 meses con «poca o ninguna comunicación» con Marruecos. Sánchez ha alabado el trabajo de las partes empezando por su ministro de Exteriores , José Manuel Albares , porque el resultado es un buen resultado: «Cerramos una crisis que tuvo su visibilización el 18 de mayo. Sentamos las bases de una relación mucho más sólida con el reino de marruecos», ha dicho Sánchez, destacando «aspectos que se consolidan como la seguridad o el control migratorio».
En su comparecencia en Melilla, Sánchez ha venido a reconocer que la situación con Argelia se ha complicado en los últimos días: «Haremos todo lo que esté en nuestra mano para que, efectivamente, podamos recuperar esas relaciones diplomáticas que por desgracia se han viso alteradas en los úlimos días».
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