Sánchez defiende una reforma laboral que «trasciende ideologías» e insiste en que no habrá elecciones hasta 2024
El presidente del Gobierno abre su plan legislativo a todas las fuerzas para lograr «el mayor apoyo posible» mientras Unidas Podemos vive con preocupación la fractura del bloque de investidura
Las cartas están ya sobre la mesa. El Gobierno no va a ceder en el último momento. La reforma laboral se somete mañana al debate de convalidación en el Congreso de los Diputados y en el trámite se va a sustanciar la ruptura del bloque de investidura . Pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , no ha dado muestras de que la cuestión altere su hoja de ruta. Más bien, parece que está decidido a utilizarlo en favor de un relato que pretende situar al Ejecutivo como adalid de las reformas y la estabilidad. Frente a la oposición pero también ahora frente a algunos de los socios habituales del Ejecutivo.
Durante una conferencia de prensa durante su visita para presidir el Día de España en la Expo Universal Dubái 2020 , Sánchez ha defendido una vez más no tocar el acuerdo suscrito por el Gobierno con los sindicatos y la patronal empresarial. Precisamente el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi , acompaña al presidente en este viaje. Sánchez ha defendido un acuerdo que supone «recomponer consensos que se habían roto». El presidente ha defendido lo que define como «un acuerdo de país» que «nos representa a todos» porque «trasciende siglas, trasciende ideologías».
Sánchez pretende poner en valor esa desideologización en beneficio propio, para presentar al Gobierno como un actor dialogante . Y como una forma de intentar despojarse del marcado carácter izquierdista de sus socios. Pero es precisamente esa superación ideológica lo que incomoda a Unidas Podemos y lo que va a hacer que ERC y Bildu no apoyen la convalidación y que ésta tenga que salir adelante gracias a Ciudadanos , como clave de bóveda de una nueva mayoría completada por partidos minoritarios. Pero sin PNV, ERC y Bildu, que son los principales aliados del Ejecutivo.
Eso sí, el Ejecutivo evita exasperar por completo a sus aliados naturales. Esta alianza con Ciudadanos no se considera estructural. Hay voces en el PSOE preocupadas por un enfrentamiento abierto con ellos si lo que se pretende es agotar la legislatura . Más cuando el calendario electoral endurecerá las posiciones de todos. Por eso el presidente evitó un agradecimiento explícito a los liberales, que aparecen en esta jugada como el elemento que genera un gran malestar en sus socios. Ni tampoco quiso plantear que esta ruptura con ellos suponga un cambio en la proyección de la legislatura. Es más, reiteró un calendario que llevaría a las urnas a comienzos de 2024. «El Gobierno tiene como propósito, como objetivo, como determinación, culminar su legislatura una vez termine la presidencia española de la UE en 2023», dijo el presidente. Eso son sus planes.
Las recientes elecciones en Portugal no suponen para Sánchez una tentación para convocar elecciones. En La Moncloa siempre han diferenciado la situación política de ambos países. Desde un principio las encuestas siempre situaban al Partido Socialista portugués a las puertas de la mayoría absoluta. Aunque en las últimas semanas los sondeos se habían torcido, finalmente Antonio Costa revalidará como primer ministro y con mayoría absoluta. Pero sí se extrae una lección: «Aquellos partidos políticos no tanto a la izquierda sino también a la derecha que no han contribuido a la estabilidad han salido perjudicados. Ahora mismo los ciudadanos lo que quieren no son elecciones sino partidos que arrimen el hombro».
Toda la estrategia de Sánchez para la segunda parte de la legislatura se sostiene sobre esa afirmación. Y aunque en el Gobierno no quieren hablar de un cambio de socios, sí que la parte socialsita abre sus puertas a nuevos entendimientos con el precedente de la reforma laboral. «Todos los partidos políticos», dijo Sánchez, tienen que «garantizar» que «importantes reformas que cuentan con un respaldo social y por tanto con una legitimación incuestionable, como pueda ser la reforma laboral, cuenten con un amplio respaldo por parte de las Cortes Generales». Mientras Unidas Podemos se afana en recomponer el bloque de investidura, el PSOE abre el foco para sacar adelante sus proyectos «con el mayor posible».
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