Sánchez asegura que garantizará el orden público ante la "minoría violenta" en el paro de los transportistas
El presidente evita vincular el paro de transportistas con la ultraderecha
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha evitado vincular hoy los paros en el sector del transporte con la «ultraderecha», como ayer hicieron varios miembros de su Gobierno. El Ejecutivo anticipa una movilización importante este fin de semana. Y aunque considera que Vox la está alimentando, Sánchez ha evitado poner el foco en ello una vez que las primeras consecuencias de los paros ya se dejan sentir.
Sánchez, eso sí, ha planteado que la obligación del Gobierno es garantizar el orden público «incluso ante determinadas conductas que son minoritarias y que actúan de manera vandálica, si no violenta». Así lo ha manifestado el presidente desde Roma tras su reunión con los líderes de Italia, Grecia y Portugal . El Ejecutivo defiende que ya ha venido tomando medidas para hacer frente al alza en los precios de los suministros que viene fraguándose en los últimos meses: «Nosotros llevamos desde el año pasado en un diálogo constante , casi diario, con las asociaciones del sector, un diálogo que está abierto y, gracias ello, logramos un acuerdo en diciembre cuando se planteaba por el sector un paro que finalmente no se llevó a cabo como consecuencia de un acuerdo importante«, ha querido destacar Sánchez.
El Gobierno recuerda que en ese acuerdo pactado con las principales organizaciones empresariales del sector ya se pactó se aplique una cláusula de revisión de precios, lo que incluye el precio de los hidrocarburos. Por eso el Ejecutivo ha pedido a los convocantes de estos paros «empatía» y que no se «caiga en una dinámica de violencia que contravenga la convivencia».
Sánchez ha insistido en que «lo importante es garantizar que productores, distribuidores, transportistas y consumidores, tengan toda las garantías, que la economía se pueda realizar de la manera más normalizada posible», ha añadido, mientras insistía en «garantizar el orden público ante determinadas conductas». El Gobierno ha coqueteado con la idea de restar trascendencia a la movilización. Pero empieza a asumir ya un escenario muy distinto. La decisión de Sánchez de esperar a que pase el próximo Consejo Europeo (24-25 de marzo) para adoptar medidas no facilita que las aguas vuelvan a su cauce.
«Yo no me voy a sentar con un grupo de radicales que están actuando con violencia», defendía este jueves la titular de Transportes, Raquel Sánchez, en referencia a la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías. No se la considera representativa del sector y se les considera responsables de los piquetes. La afectación a los suministros en las plataformas de alimentación va en aumento.
El presidente ha adoptado hoy otro tono. Aunque lo hacía en términos más genéricos, el presidente ha manifestado «absoluta empatía y disposición a continuar el diálogo» para consensuar las medidas que incluirá en el Real Decreto del próximo 29 de marzo. Un diálogo con los partidos políticos, con los agentes sociales, con otros actores económicos y «también a ese sector», se refería Sánchez hoy.
En línea con la ministra de Transportes, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, definía este paro como «un boicot en toda regla alentado desde el odio y las posiciones de extrema derecha». Sin que sirva de precedente, en esta ocasión la ración de pragmatismo al Gobierno se la ha tenido que poner el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Pablo Echenique: «Que la ultraderecha esté aprovechando el malestar de algunos sectores para infiltrarse y para desgastar al Gobierno no significa que los problemas de esos sectores no sean reales. Muchos lo son, y el Gobierno debe resolverlos «.
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