Sánchez advierte de una «emergencia económica y social» pero insiste en esperar a la UE: «No se puede responder de 27 maneras distintas»
El presidente del Gobierno sella la alianza con Italia, Portugal y Grecia antes de viajar esta tarde a Alemania. La semana que viene se verá con Macron. El objetivo es reformar el sistema europeo de fijación de precios del mercado eléctrico.
Pedro Sánchez reconoce ya que la situación derivada de la invasión de Rusia sobre Ucrania ha derivado en una «emergencia económica y social» que ha dicho, «no podemos tolerar más». El presidente del Gobierno ha reclamado a la Unión Europea «urgencia en abordar la escalada de precios» que ha considerado «inasumible» para los ciudadanos y el tejido productivo.
Pero a la vez, insiste en priorizar esa respuesta europea sin aplicar respuestas nacionales previas como sí hacen otros países del entorno. Sánchez ha vuelto a defender la necesidad de aplicar «respuestas europeas a problemas europeos» porque un problema que afecta a toda la Unión Europea «no puede ser respondida de 27 maneras distintas».
Con el ánimo social comenzando a caldearse, Pedro Sánchez transmite la sensación de urgencia a la UE , pero recela de nuevas medidas en el ámbito de su competencia: primero respuesta europea y a partir de ahí la nacional. Esta mañana ha tenido lugar una cita muy relevante en Roma. Con los jefes de Gobierno de Italia, Portugal, Grecia y España sellando una alianza de cara al próximo Consejo Europeo que tendrá el foco puesto en la respuesta a la crisis energética. Los cuatro países mediterráneos han reclamado una acción urgente y aparecen coordinados en las medidas que tiene que tomar la UE.
Sánchez quiso enrolarse en la bandera de esta gira europea desde la pasada semana en la cumbre de Versalles. Hoy el primer ministro italiano, Mario Draghi , le ha reconocido la iniciativa de esta gira europea. Tras esta cumbre con los países más cercanos a España, esta tarde llega el otro hito clave de la gira: encuentro con el canciller alemán, Olaf Scholz . Alemania ha venido oponiéndose en los últimos meses a esta propuesta que España estaba intentando abanderar. El Gobierno recela del impacto fiscal de las medidas que haya que tomar, porque justifica que las bajadas fiscales ya aprobadas para limitar la subida en el precio de la electricidad ya tienen un coste de entre 10.000 y 12.000 millones de euros para las arcas públicas si se extendiesen todo el año.
Por eso Sánchez quiere esperar a ver qué decide la UE . Si la respuesta va en línea de lo que quieren los cuatro países reunidos hoy en Roma, la respuesta en clave nacional será más limitada . Sin quitar gravedad a la situación, el presidente sigue defendiendo que la respuesta tiene que ser europea: «La guerra ha demostrado que solo con respuestas europeas vamos a resolver este problema europeo. Vamos tarde, debíamos haberlo hecho antes. No podemos esperar ni un día más», ha dicho, en referencia a la necesidad de «fortalecer el mercado energético europeo». Ha reclamado corresponsabilidad al resto de países con las consecuencias de la crisis. Planteando que en el plano migratorio España está dispuesta a recibir a todos los refugiados procedentes de Ucrania que sean necesarios.
El Gobierno de España lleva días planteando la necesidad de reformar el sistema de fijación de precios del mercado eléctrico, desacoplando el precio del gas del precio final de la electricidad . Un modelo que a España le perjudica y que Sánchez ha criticado por ser disfuncional. Pero si la respuesta inmediata a Vladimir Putin por parte de los países de la UE, en forma de sanciones, fue rápida y sin muchas fisuras, en la respuesta a las consecuencias económicas y especialmente a la grave situación en el mercado energético, se está haciendo patente la diferente realidad de cada país.
El Gobierno de España apuesta todo a esa reforma del sistema de fijación de precios . Y a la posibilidad de fijar un tope al precio del megavatio/hora en el mercado mayorista, como propuso ayer la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera. Y por eso justifican que es necesario esperar hasta el Consejo Europeo de la semana que viene (24-25 de marzo) para aplicar las medidas nacionales que sean precisas el día 29 de marzo, con un real decreto que aprobará el Consejo de Ministros. La respuesta, por tanto, en un momento en el que se consolidan los paros en diferentes sectores económicos, no es inmediata. El Gobierno se afana en prometer que bajará los precios de la luz, el gas y la gasolina sin más detalles. «Tiene que estar alineado con lo que se decida en Bruselas. Por eso tenemos que hacerlo así», ha justificado hoy Sánchez.
Sánchez considera que lo más importante y efectivo para aportar una solución estructural tiene que ver con esa medida. Mientras que recela de la bajada de impuestos, a la que se comprometió en la Conferencia de Presidentes Autonómicos , o las subvenciones a los carburantes porque entienden que no solucionan el problema de raíz. Y además compromete los ingresos del Estado. Porque en el Gobierno no se habla de reducción de gasto.
El apoyo de Draghi y los dos grandes obstáculos
Los cuatro líderes destacaron que la Unión Europea debe dar una respuesta rápida. «Debemos intervenir de inmediato -subrayó el primer ministro italiano, Mario Draghi- hay en todos nosotros el sentimiento de que algo sustancial, significativo, debe hacerse de inmediato. Debemos apoyar el poder adquisitivo de las familias, especialmente de las más vulnerables, y de nuestras empresas».
El mandatario italiano, apoyo trascendental para Sánchez en esta batalla energética, planteó que «tenemos muchos desafíos comunes a los que queremos encontrar respuestas conjuntas con los demás socios de la Unión Europea», señaló, destacando que «el desafío más apremiante en esta reunión ha sido el de la energía». El primer ministro italiano, anfitrión de la cumbre celebrada en Villa Madama defendió que «una gestión común del mercado energético es conveniente para todos».
El primer ministro Draghi había sido más explicito solo unas horas antes de la reunión sobre los dos objetivos fundamentales y más urgentes que pretenden conseguir en el Consejo Europeo del 24 y 25 de marzo, concretamente sobre el tope al precio del gas y la reducción del coste de energía eléctrica: «Es un hecho -dijo Draghi- que el precio del gas europeo es superior al precio del gas en todas las otras partes del mundo. Por tanto, hay una necesidad de afrontar la especificidad del mercado del gas europeo y nosotros estamos convencidos sobre la necesidad de que haya un techo al precio del gas. El segundo aspecto -añadió el primer ministro italiano- se refiere al hecho de que el precio de la energía eléctrica está formado sobre la base del precio del gas y no sobre la base del precio bajísimo de las energías renovables. En un mundo, incluso en el actual pero también en perspectiva, la contribución principal vendrá de las energías renovables, por lo cual habrá que llegar a una separación de las dos fuentes de energía, gas y renovables, para determinar el precio de la energía eléctrica». Para España que ésta sea la posición de Italia es muy importante. Porque las posiciones en este asunto han estado muy alejadas en los últimos meses.
Mario Draghi subrayó que una gestión común europea sobre la energía, con una sola voz y una propuesta única, favorece a toda la UE, aunque no ocultó que «otros países tienen necesidades diferentes e infraestructuras diversas», en un mercado muy grande como el europeo. En efecto, algunos países, especialmente Países Bajos y Alemania ponen obstáculos. En el primer caso porque en Amsterdam se fija el precio del gas y con ello obtiene un beneficio, sobre todo si, como ocurre ahora, los precios son muy altos. Por su parte, Alemania se resiste porque ya tiene contratos a largo plazo con Rusia. Otros países apoyan la propuesta de desvincular el precio del gas al de la electricidad, como es el caso de Francia, aunque no está muy implicado porque apuesta por la energía nuclear. Sánchez ha anticipado hoy que se verá con Emmanuel Macron la próxima semana, antes del Consejo Europeo para intentar sumar al francés a este bloque.
Defensa europea, complementaria a la OTAN
Además de la crisis energética, la cuestión de la seguridad europea fue también central en la reunión de Roma. «Hemos confirmado -dijo Draghi- la plena convergencia sobre la contribución a la defensa europea. La guerra de Ucrania ha demostrado cómo se ha convertido en un objetivo fundamental la defensa europea, de forma plenamente complementaria con la OTAN. Una defensa europea más fuerte hace más fuerte a la OTAN», precisó Draghi.
Por su parte, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis . Insistió en la urgencia de una respuesta común por parte de la UE, porque «ningún país por sí solo puede afrontar esta crisis energética». Según el Mitsotakis, la crisis de la energía amenaza la recuperación y «puede despertar la pesadilla del populismo, que en Grecia lo pagamos caro y no querríamos volver a verlo», subrayó el conservador Mitsotakis. Mientras llega la decisión de la UE, el primer ministro griego destacó que se deben aprobar medidas nacionales para familias y empresas, como hizo Atenas. Aquí se constata una diferencia clara con la retórica de Sánchez . Aunque el Gobierno de España defiende que ya ha tomado medidas en las últimas semanas, se resiste a aplicar ahora subvenciones o rebajas fiscales. Hasta conocer cómo se mueve la UE.
Lo que ha planteado Grecia es lo que ha hecho también el gobierno italiano, destinando 16.000 millones de euros , medida anunciada por Draghio el pasado 9 de marzo en el parlamento, para sostener a familias y empresas. Cifra que se suma a otras cantidades importantes en meses pasados para contener la subida de precios de la energía. Esta tarde, en un Consejo de ministros, se aprobarán, entre otras medidas, la eliminación de los cargos del sistema (los impuestos especiales en la factura) para los usuarios domésticos de electricidad y para las empresas, y la reducción del IVA al 5 por ciento para los usuarios de gas. Además, volverán a aumentar los subsidios energéticos para las familias más desfavorecidas.
En definitiva, nace en Roma un frente de países mediterráneos formado por Italia, España y Grecia junto a Portugal para coordinar su posición en el Consejo europeo del 24 y 25 de marzo, con el objetivo fundamental de poner un tope al precio del gas y rebajar también el coste de la energía eléctrica. Hablar de un frente mediterráneo en este caso significa, además de un mayor poder negociador en Bruselas, tener próximos yacimientos de gas y petróleo, en particular de Argelia y Libia, y tener mayor fuerza negociadora en la política energética. No en vano Mario Draghi ha recordado que los combustibles que vienen del norte de África deben ser transportads a través de Italia, España, Grecia «al centro y norte de Europa». «La Unión Europea -añadió el expresidente del BCE- reaccionó con unidad y determinación ante la agresión rusa. Debemos mostrar la misma cohesión y convicción en proteger nuestras economías de las consecuencias de la guerra, en particular de los aumentos de energía ''.
Esta reunión de Roma es, sin duda, la más importante en la gira que realiza Pedro Sánchez por diversas capitales europeas . Algunas de estas propuestas, como el eventual tope al precio de gas, es una idea lanzada ya hace meses por el gobierno italiano. Ahora Mario Draghi, llevado por su pragmatismo, se une y propugna también un eje mediterráneo, en particular con Madrid, como propusieron sus antecesores en la jefatura del gobierno.
Para Mario Draghi supone un cierto giro, o al menos un complemento, al diseño que hasta ahora ha marcado su política exterior. Cuando Draghi se dirigió por primera vez al país, en el discurso programático en el Senado, el pasado 17 de febrero, ya destacó cuáles eran los aliados estratégicos de Italia: Se refirió a Francia y Alemania, limitándose a hablar de colaboración con España: «Italia debe de estructurar y fortalecer la relación estratégica imprescindible con Francia y Alemania, así como consolidar la colaboración con Estados con los que compartimos una sensibilidad mediterránea específica por problemas medioambientales y migratorios: España, Grecia, Malta y Chipre». Ahora, la crisis energética, agravada por la guerra de Ucrania, obliga a Draghi a centrarse en un frente o alianza mediterránea para negociar con más fuerza ante la oposición de países nórdicos y en este caso muy especialmente Alemania y Holanda.
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