Rota y Morón acogerán a 4.000 colaboradores afganos de EE.UU.
Permanecerán dos semanas en las bases de uso compartido a la espera de un destino en EE.UU. u otro país
Los 289 cooperantes de España acabarán hoy de ser distribuidos en nueve comunidades autónomas
A qué personas concede España protección internacional

El Ministerio de Exteriores y la Embajada de Estados Unidos firmaron ayer un Memorando de Entendimiento (MoU, en sus iniciales en inglés) por el cual las bases españolas de uso compartido de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla) acogerán hasta 4.000 colaboradores afganos de EE.UU.
«Tras permanecer dos semanas, serán transferidos a un destino en los propios EE.UU. o en un tercer país» , informan fuentes conocedoras del MoU que subrayan que aún debe realizarse un exhaustivo escrutinio de seguridad y filiación sobre la veracidad de las identidades y su relación con EE.UU. tras 20 años de intervención militar de Washington en el país centroasiático.
Este acuerdo abre las puertas a una mayor colaboración entre los Gobiernos de España y EE.UU. y es consecuencia de la conversación telefónica que mantuvieron los presidentes Joe Biden y Pedro Sánchez la noche del sábado.
El presidente estadounidense «elogió el liderazgo de España en la búsqueda de apoyo internacional para las mujeres y niñas afganas. También agradeció al presidente Sánchez la ayuda de España para albergar temporalmente en las bases militares de Rota y Morón a los afganos en riesgo que se dirigen a EE.UU.».« Todo el operativo lo financia EE.UU.», informaron fuentes gubernamentales.
La Embajada emitió un comunicado tras conocerse algún detalle del acuerdo: «Agradecemos la colaboración del gobierno español durante casi 70 años, con los últimos 20 años en Afganistán. Nuestra cooperación para poner a salvo a quienes han apoyado nuestros esfuerzos colectivos en Afganistán es un testimonio de la solidez de nuestros lazos bilaterales y de nuestro compromiso como aliados de la OTAN».
«Bastante han esperado ya». Esa es la máxima que se está aplicando con los evacuados desde Kabul. En la práctica se traduce en que hombres, mujeres y niños salgan de la base de Torrejón en el menor tiempo posible, que el tránsito sea un suspiro y se instalen cuanto antes -los que se van a quedar en España- en centros de acogida o pisos del sistema para que empiece el olvido de la pesadilla y el principio de la integraceción. Lo han hecho ya 230 de los 289 colaboradores de España (trabajadores y familiares), que han sido distribuidos en nueve comunidades, en las que serán sus casas de momento. Hoy saldrá el resto. La Comunidad Valenciana está a la cabeza, con 37 personas acogidas, seguida de Murica y Madrid. «Allí aprenden español y reciben asistencia personalizada», explicó ayer el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, que ha adquirido un papel protagonista en esta crisis.
Traductores de Policía y Guardia Civil
El periodo de 72 horas que se había fijado como objetivo se ha reducido a 48. Los datos de llegadas, acogidas y salidas son tan cambiantes como la situación que se vive en torno al aeropuerto de Kabul, pero sin el factor caos. Todo lo contrario. Un 'miniejército' de profesionales trabaja 24 horas para acortar esos plazos. Hay pequeños tropiezos, por ejemplo, por la falta de traductores afganos que hagan de enlace con sus compatriotas. «Se han producido algunos cuellos de botella mínimos y se están buscando traductores», señalan fuentes oficiales. Interior ha pedido a Policía Nacional y Guardia Civil listados de los que utilizan ellos en sus investigaciones.
El engranaje funciona. La prueba es que no paran de aumentar las personas que han solicitado protección internacional: 354 de los 555 que habían llegado hasta el domingo por la noche, según datos de Interior. Seis de cada diez. Sus familias, en caso de que sea más rápido, se acogerán a la reagrupación familiar, tal y como prevé la ley. La cifra es más llamativa aún si se pone en contexto. Desde 2014 cuando se iniciaron las gestiones para trasladar a nuestro país a los intérpretes afganos que habían colaborado con las Fuerzas Armadas españolas, 55 personas han obtenido el estatuto de refugiado, un número en el que se incluyen parentelas completas. La situación no es comparable pero en unas horas esa cifra se ha multiplicado por siete.
El ministro Escrivá anunció cuando los refugiados empezaron a llegar con cuentagotas que el sistema de acogida disponía de más de 3.000 plazas (acogida humanitaria y protección internacional). No todas pueden estar destinadas a los afganos, pero se moverán piezas si hace falta, según fuentes gubernamentales, porque además se está ante personas muy vulnerables. Hay gestantes, embarazadas casi a término y muchos niños: más de 200 han pasado ya por la base, además de 302 mujeres, algunas también niñas.
Afganos a pisos, centros, a bases militares y a Europa. Es la tercera pata, el personal que ha trabajado para otros países (145 para la UE) y que ya ha sido aceptado por alguno de ellos como Dinamarca, Alemania, Letonia y Polonia. Se les facilitó un permiso extraordinario de quince días y 78 de ellos también están ya en su destino. Hay otros 130 colaboradores de EE.UU.
«Bastante han esperado» es la máxima que se repite estos días como un mantra. Pero además hay que hacer sitio para los nuevos rescatados. Hoy mismo está previsto que lleguen otras 390 personas en tres vuelos.
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