Rivera pide el relevo de Rajoy y elogia el acuerdo con el PSOE

Hizo exactamente lo que se esperaba de él. Apenas había pasado medio minuto desde su primera aparición en la tribuna de oradores del Congreso, Albert Rivera hizo valer el periodo de la Transición como un tiempo en el que «hombres de Estado supieron poner en común lo que nos unía». Fue un discurso templado que se extendió durante algo más de media hora y que se estructuró en dos partes bien diferenciadas: elogio del acuerdo alcanzado con el PSOE -la mayor parte del discurso- y críticas a Podemos y al PP.

Superado el ecuador de su intervención, el presidente de Ciudadanos culminó una estrategia labrada desde hace meses. Rivera, reticente hasta ahora a pedir abiertamente el relevo de Mariano Rajoy , fue ayer claro como pocas veces. Si bien de su boca no salió todavía algo tan contundente como un «¡váyase, señor Rajoy!». Mano dura con Rajoy, pero a la vez tendida al PP, desde cuyas bancadas se escucharon gritos de «traidor». « Traición -replicó Rivera- es lo que hicieron ustedes pactando con los Pujol ».

Rivera espetó a Rajoy que «no es creíble para encabezar la nueva etapa política», y apeló al movimiento interno en el PP para provocar el debate sobre el relevo del presidente en funciones. «Hay gente en su partido que quiere luchar contra la corrupción, que usted no lo ha hecho», dijo, porque «no comparte que España tenga que ser reformada».

Atacó Rivera por el flanco que cuestiona el proceder del PP tras los comicios generales, de los cuales Ciudadanos entiende que «la lectura del resultado es cambio y diálogo». Y se dirigió directamente a Rajoy: «No es tiempo de pereza. No es tiempo de decirle no al Rey». Rivera aseguró que «los siete millones de votantes del PP no lo han entendido». Y le cuestionó «¿por qué tengo que pensar que al que le da pereza formar Gobierno va a ser valiente para reformar España de arriba abajo?». Llamó a su vez a los diputados del PP a «que se regeneren, que sean valientes para cortar por lo sano» , tras los casos de corrupción, que definió como «cestos enteros de manzanas podridas».

Antes de llegar al punto de la confrontación con el presidente del Gobierno -que complica las relaciones entre ambos partidos a partir de la próxima semana- Rivera utilizó los primeros veinte minutos de su intervención para destacar los principales puntos de un acuerdo cuyo « principal objetivo es recuperar a la clase media y trabajadora ».

Seguido atentamente desde la tribuna por su pareja, Rivera habló en primer término de las propuestas en materia laboral para cambiar un modelo «que ha fracasado». Habló con especial vigor del pacto por la Educación -«ya basta de una ley del PP y otra del PSOE»-, de la reforma de los autónomos, la ley de segunda oportunidad o la política fiscal -« no vamos a machacar con más impuestos a los españoles »-.

Rivera fue de nuevo elocuente sobre lo que opina de la posibilidad de que Rajoy reedite mandato: «A los que les dé pereza dialogar les vienen tiempos muy oscuros [...] Lo mejor que le puede pasar a España es que haya cambio». También tuvo tiempo Rivera para criticar a Pablo Iglesias, del que dijo que estaba «indignado» porque «no había asalto al poder» y que lo que no le gustaba del acuerdo es que no había referéndum para Cataluña. «El artículo 1 de la Constitución, señor Iglesias, no es papel mojado».