El recelo de Alemania diluye la alianza mediterránea impulsada por Sánchez para reformar el mercado energético
La unidad del sur para exigir a la UE acciones contundentes choca con la posición de Olaf Scholz
Sánchez se reunirá con Macron antes del Consejo Europeo para que la respuesta comunitaria limite la acción nacional
La alianza mediterránea de los países del sur de Europa vivió ayer un momento dulce. Con un protagonismo renovado y en una situación muy diferente a la pasada década en la que los mismos cuatro países (España, Italia, Grecia y Portugal) se convirtieron en los patitos feos de la Unión Europea. Con el primer ministro italiano, Mario Draghi , como anfitrión y con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, como impulsor-así se lo reconoció el mandatario italiano- los cuatro países del sur escenificaron posición común sobre la reforma del mercado energético para desacoplar el precio del gas del precio final de la electricidad. Pero, como en el pasado, en el mismo día volvió a hacerse evidente la discrepancia con el norte. Y en particular con Alemania. Las respuestas a la pandemia y la invasión de Ucrania han reforzado los lazos. Pero la UE sigue representando a 27 países y un puñado de sensibilidades (y necesidades diversas). Cara y cruz en el mismo día .
Durante la comparecencia conjunta de los cuatro líderes mediterráneos, Sánchez reconoció que la situación derivada de la invasión de Rusia sobre Ucrania ha derivado en una «emergencia económica y social» que «no podemos tolerar más» . Y apeló a la Unión Europea «urgencia en abordar la escalada de precios» que ha considerado «inasumible» para los ciudadanos y el tejido productivo. El Gobierno de España no cambia el rumbo y Sánchez volvió a defender la necesidad de aplicar «respuestas europeas a problemas europeos» porque un problema que afecta a toda la Unión Europea «no puede ser respondida de 27 maneras distintas».
La Moncloa recela del impacto fiscal de las medidas que haya que tomar, porque justifica que las bajadas fiscales ya aprobadas para limitar la subida en el precio de la electricidad ya tienen un coste de entre 10.000 y 12.000 millones de euros para las arcas públicas si se extendiesen todo el año. Por eso Sánchez quiere esperar a ver qué decide la UE en el Consejo Europeo del próximo 24-25 de marzo . Si las decisiones van en línea de lo que quieren los cuatro países reunidos ayer en Roma, la respuesta en clave nacional será más limitada. Draghi trasladó esa misma sensación de premura a la UE: «Hay en todos nosotros el sentimiento de que algo sustancial, significativo, debe hacerse de inmediato . Debemos apoyar el poder adquisitivo de las familias, especialmente de las más vulnerables, y de nuestras empresas». El mandatario italiano planteó que «tenemos muchos desafíos comunes a los que queremos encontrar respuestas conjuntas con los demás socios de la Unión Europea», destacando que «el desafío más apremiante en esta reunión ha sido el de la energía».
El primer ministro italiano, anfitrión de la cumbre celebrada en Villa Madama defendió que «una gestión común del mercado energético es conveniente para todos» . subrayó que una gestión común europea sobre la energía, con una sola voz y una propuesta única, favorece a toda la UE, aunque no ocultó que «otros países tienen necesidades diferentes e infraestructuras diversas». Hablar de un frente mediterráneo en este caso significa, además de un mayor poder negociador en Bruselas, tener próximos yacimientos de gas y petróleo, en particular de Argelia y Libia, y tener mayor fuerza negociadora en la política energética. No en vano Mario Draghi ha recordado que los combustibles que vienen del norte de África deben ser transportada a través de Italia, España o Grecia «al centro y norte de Europa» .
Sánchez se encontró en Roma con el apoyo claro de estos tres países. Singularmente clave es el de Italia, por la importancia del país y por el respeto que emite la figura de Draghi. La próxima semana pretende verse antes de la cumbre europea con el presidente francés, Emmanuel Macron. Que no se opone al planteamiento del sur pero cuya implicación es menor, dada su apuesta y dependencia por la energía nuclear. España y Francia tienen otros asuntos que abordar en la cuestión energética, como el de las interconexiones.
Ya por la noche, en Berlín, llegaba lo más complicado de esta gira. Y por tanto lo más importante. El encuentro con el canciller Olaf Scholz . Y sucedió lo previsible. Una breve declaración conjunta de ambos líderes antes de una reunión de trabajo que distaba mucho de la calidez y sintonía vividas unas horas antes en Roma. Convencer a Alemania no es un objetivo que pueda darse por cumplido. Sánchez insistió antes de la cena con el canciller en la idea de «una respuesta común», y volvía a sonar apremiante: «Debemos hacerlo ya por el bien de nuestras familias, nuestras empresas y nuestras economías», apuntando a que la próxima semana es necesaria «una respuesta conjunta e inmediata». De entrada sus argumentos no convencieron a Scholz, que en su breve intervención siguió refiriéndose a «estrategias nacionales» para paliar los precios de las energías. El consejo de ministros alemán ha aprobado ya alivios para las personas con ingresos de hasta 10.347 euros anuales después de impuestos para quienes tengan que trasladarse a su trabajo a más de 21 kilómetros, que podrán deducir en su declaración de hacienda 38 céntimos por kilómetro recorrido en 2022. Se estima que la medida ahorrará unos 4.500 millones de euros en combustibles a la población. El Ministerio de Finanzas cuenta ya además con consenso, dentro de la coalición de socialdemócratas, liberales y verdes, para subvencionar el precio de los combustibles entre 30 y 40 céntimos por litro, con el objetivo de los precios no superen los 2 euros por litro. En este caso sería reembolsada la ayuda a las estaciones de servicio sobre el total de combustible vendido. Scholz ha pasado de puntillas sobre la oferta de un acuerdo europeo y ha dicho que «estamos revisando nuestras estrategias nacionales e intercambiando estrategias para que la UE sea más
Noticias relacionadas