Rajoy confía a un equipo disciplinado y sin críticos la toma del poder regional en 2019
Los congresos regionales del PP se cierran con seis caras nuevas
![Rajoy, ayer, entre Cospedal y Maillo en el comité ejecutivo del partido](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2017/04/04/rajoy-kyeC--620x349@abc.jpg)
Mariano Rajoy reunió ayer en Génova a los nuevos barones territoriales del PP para felicitarles por su proclamación en sus respectivos congresos, encomendarles una renovación provincial «tranquila» y aleccionarles a trabajar «desde ya» por la victoria en las elecciones autonómicas de 2019, en las que serán candidatos, salvo contratiempo. El presidente del Gobierno y del PP reclamó a sus «peones» « unidad e integración » porque, les dijo, esa será la base que les dé fuerza para afrontar las urnas con mayores garantías. «Todos a una», fue el principal mensaje interno de Rajoy, que transmitió a sus colaboradores su optimismo por la buena marcha de la economía, lo que según sus cálculos permitirá al PP recoger sus frutos electorales.
Noticias relacionadas
A la cita solo faltó el presidente murciano , Pedro Antonio Sánchez, quien acorralado por la Justicia se quedó preparando la moción de censura de mañana que le ha preparado la oposición, tras ser involucrado en varios casos de corrupción. Nadie en la reunión aludió al asunto, aunque a la salida algunos lamentaron que episodios como este impiden al PP avanzar en su mensaje político más allá de la corrupción, el gran lastre del partido en muchos territorios. Tampoco estuvo en Madrid el líder gallego, Alberto Núñez-Feijóo, que tenía un acto en Galicia con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Pero en su caso, era el único que ya había sido renovado el año pasado, por tener elecciones.
La nueva foto de familia
En la foto de familia de Génova hubo ayer pocas caras realmente nuevas, apenas seis. Son la líder en Navarra, Ana Beltrán; el aragonés Luis María Beamonte; el balear, Biel Company, y la cántabra María José Sáenz de Buruaga, que a punto estuvo de quedarse sin silla por cuatro votos. Quien apareció en el grupo por sorpresa fue el presidente riojano, José Ignacio Ceniceros , que el sábado se impuso en sus «primarias» a la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, que era la favorita de Génova para cabeza de cartel en las autonómicas.
Hay otro nombre que se incorpora ahora al núcleo duro de barones, aunque ya era un «viejo» conocido en la sede nacional. Se trata del alcalde de Salamanca, Alfonso Férnández-Mañueco , un estrecho colaborador de Génova por su condición de responsable del comité de Derechos y Garantías del partido. Mañueco tiene la responsabilidad de suceder a uno de los «pesos pesados» hasta ahora en el PP, Juan Vicente Herrera, que dirá adiós al Gobierno de Castilla y León en 2019.
Los congresos del PP han traído consigo la jubilación de la «vieja guardia», que mandaba desde la época de José María Aznar. Además de Luisa Fernanda Rudi, Pedro Sanz y Ramón Luis Valcárcel, con el adiós de Herrera y Esperanza Aguirre se apagan las pocas voces críticas que quedaban en Génova, los únicos que se han atrevido a desafiar la autoridad de Rajoy en los últimos años. Ayer, algunos barones reconocían a la salida de la reunión que este es un Partido Popular «muy marianista». Un grupo muy disciplinado, anticipan.
Pero aunque el apoyo cerrado al jefe está garantizado, entre el conjunto de nuevos dirigentes del PP han surgido referentes distintos, como el que representa Cristina Cifuentes en Madrid, o Isabel Bonig en Valencia. Las dos se han marcado el reto de «refundar» sus partidos, seguramente los dos más aquejados por la lacra de la corrupción interna. Cifuentes, que gobierna en Madrid con el apoyo de Ciudadanos, se exhibe como el espejo en el que Rajoy debe mirarse en su coexistencia con Albert Rivera. Y es el puntal de políticas que rompen con el corpus ideológico tradicional del PP, acercándole a sectores sociales hasta ahora alejados, como los homosexuales.
Regiones estratégicas
También Bonig ha impuesto su propio estilo rompiendo con el anterior PP de Valencia, incluida Rita Barberá, en aras a la «regeneración» política. Este domingo dio claras muestras de audacia reclamando al «jefe» en persona que cuide más al que es uno de sus principales graneros de voto. En Génova hubo quien se sorprendió porque le pidiera a la cara a Rajoy inversiones para evitar el «contagio» de nacionalismos en su tierra. Tras la lluvia de millones en Cataluña, solo Herrera se atrevió a pedir equidad.
Otro de los barones que está llamado a consolidar su voz propia dentro del PP, por la delicada situación política en Cataluña, es Xavier García Albiol. El exalcalde de Badalona ha sido proclamado en el congreso nuevo presidente heredando plenos poderes de Alicia Sánchez Camacho. «Ahora ganará en autonomía y se tiene que notar», señalan desde Génova, donde reconocen que es «crucial» que el PP recupere terreno electoral en Cataluña.
Quien también mantiene su peso específico es el líder del PP vasco, Alfonso Alonso , a quien Rajoy encomendó la restauración del partido tras la estampida de Arantza Quiroga. Alonso debe cuidar además el flanco con el PNV, aliado estratégico para el Gobierno en esta legislatura. El presidente del PP de Guipúzcoa, Borja Sémper, se estrenó ayer en Génova llevando una mochila.
Solo tres personas continúan al lado de Mariano Rajoy desde su ascenso al poder en el tumultuoso Congreso de Valencia de 2008. Una de ellas es la secretaria general, María Dolores de Cospedal , que ha ganado en galones tras asumir el Ministerio de Defensa y retener el PP castellano-manchego, aunque todo ello a costa de perder presencia en la sede nacional. El otro «barón de barones» sigue siendo Feijóo, líder indiscutible por ser el único que gana por mayoría absoluta.
También se mantiene José Antonio Monago , que volverá a intentar gobernar en Extremadura tras lograrlo por primera vez para el PP en 2011. En un escalón más bajo de antigüedad figuran la asturiana Mercedes Fernández, «Cherines», y el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno , en el que muchos creen que va ganando ascendencia en Génova pese a su fría relación con la secretaria general. Moreno tiene aún que ganarse la autoridad que le concedería la victoria en Andalucía tras intentarlo sin éxito frente a Susana Díaz en marzo de 2015.