Rajoy aumenta la presión sobre Rivera al presentarse «por encargo del Rey»
Recuerda a sus rivales que se acabó «el tiempo de las arengas» y es «hora de construir»
La jugada de Rajoy y su aceptación a medias del encargo del Rey como candidato a la investidura le va a servir de momento para ganar tiempo en la negociación , pero también para marcar territorio frente a la formación de quien puede obtener la fuerza suficiente para gobernar: Ciudadanos.
Ante todos sus rivales políticos, con los que dice que ha estado hablando durante semanas, se presenta ahora como el encargado por el Rey para formar gobierno. Así lo puso él mismo de manifiesto reiteradamente durante la intervención ante la prensa que celebró tras su encuentro con el Monarca en el Palacio de la Zarzuela.
No es una cuestión sin importancia: en su día, cuando el líder de Ciudadanos apoyó el acuerdo con Pedro Sánchez para la investidura fallida de marzo de este año, Albert Rivera apeló repetidas veces a la legitimidad que suponía que el secretario de los socialistas fuera la persona designada por el Rey como candidato. Ahora, es Rajoy esa persona, lo que sin duda incrementa la presión sobre el líder de la formación naranja, que ya ha virado desde su inicial «no» a Rajoy a una abstención «por sentido de la responsabilidad», como ha manifestado.
Un «sí» que vale un gobierno
El PP sabe que si consigue los votos de Ciudadanos, unidos a sus 137 escaños, ya dispondrá de una cifra de apoyos suficientemente amplia -170- para que el PSOE deba cuestionarse su propio «no » y cambiarlo por una abstención. Es decir, el «sí» de Ciudadanos le garantizaría en la práctica el Gobierno a Rajoy.
Pero está el problema del vet o: el que la formación naranja ha mantenido sistemáticamente contra el presidente en funciones, durante toda su campaña electoral e incluso ahora. Ayer, en su encuentro con el Rey, Rivera explicó que le había hablado de dos posibilidades: gran coalición PP-PSOE-Ciudadanos sin Rajoy, o gobierno popular en minoría.
Sin embargo, Rajoy no quiere hacer sangre; no en este momento, al menos. Ayer, prefirió obviar el asunto del veto , quitarle hierro, y se limitó a decir que «a mí (Rivera) nunca me lo ha dicho en las conversaciones que tenemos. Los vetos -añadió- son los que deciden los españoles y el 26-J ya dieron su opinión».
Rajoy se siente fuerte con los casi ocho millones de votos conseguidos en las últimas elecciones, 660.000 más que en las anteriores. Por eso, recordaba ayer que su partido «ganó las elecciones con más apoyos y mucha más distancia sobre sus rivales que en diciembre», todo un «mensaje de los ciudadanos».
A continuación, recordó que lleva manteniendo contactos «públicos y privados» para evitar el bloqueo político. Recordó que él es responsable, como líder de la formación más votada, en la formación del nuevo gobierno, pero no es el único: «Todos los dmeás también tienen que colaborar» porque «no nos podemos permitir una nueva legislatura fracasada y una nueva frustración».
Apoyándose en los buenos datos de la última Encuesta de Población Activa y en la decisión final de la UE de no multar a España por incumplir el déficit, recordó la necesidad urgente de un gobierno para cumplir plazos ineludibles para fijar el techo de gasto, la senda de cumplimiento del nuevo objetivo del déficit o los presupuestos de 2017 -que deben estar aprobados y en Europa a mediados de octubre-.
«Es la hora de la política» , dijo a los otros partidos, a quienes recordó que «ya no es tiempo de arengas para conseguir votos; es tiempo de construir».
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