El pulso por el control de la gestión del coronavirus provoca la descoordinación del Gobierno
El Gobierno sitúa a Illa como única voz tras el choque con Trabajo y los pulsos internos por dirigir la crisis
La comisión interministerial que debía pilotar Calvo solo se ha reunido presencialmente una vez
La portavoz atribuye a «un exceso de celo» y a las ganas por «contribuir» la posición de Trabajo
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¿Quién lidera la gestión de la crisis del coronavirus? La cuestión causa controversia. Y tras la primera descoordinación grave al afrontar esta situación, con la que la oposición no está haciendo sangre, se ha puesto de manifiesto una descoordinación que, como mínimo, se da en términos de gestión de los tiempos y la comunicación.
El pasado 26 de febrero se constituyó la comisión interministerial para afrontar la crisis del coronavirus. Un órgano conformado por 14 ministerios y presidido por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo . Aquel día esa primera reunión se celebró a continuación del Consejo de Ministros y la lideró el propio presidente del Gobierno. Según confirman desde La Moncloa esta fue la única reunión «presencial» de este órgano. Aunque se insiste en que se ha reunido «varias veces» con carácter telemático. Y se insiste en que han tenido lugar «reuniones técnicas, con otros representantes de distintos ministerios». En este formato técnico se han celebrado ya dos y hoy mismo tiene lugar una nueva videoconferencia.
Fuentes con trayectoria y experiencia en cuestiones de seguridad y de resolución de crisis apuntan a las ya tradicionales pugnas entre la vicepresidenta Calvo y el jefe de gabinete de la presidencia del Gobierno, Iván Redondo . Desde su área ha salido hace días informaciones que apuntaban a un control de esta crisis por su parte. Estas fuentes destacan además que el Consejo de Seguridad Nacional, que se reunió este miércoles presidido por el Rey, es un foro adecuado para abordar estas crisis. Un espacio en el que Iván Redondo sí tiene asiento. Pero no la ministra de Trabajo. Y, efectivamente, en la reunión celebrada esta semana, según fuentes presentes, el ministro expuso la situación.
Pero ayer, en todos los estamentos del Gobierno quiso salir un único mensaje:el responsable es el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Evitando situar ningún órgano o persona por encima de su autoridad. Desde Moncloa ayer se lanzaba un mensaje claro: «En el trabajo diario es Sanidad quien asume la responsabilidad». Mientras que desde la vicepresidencia primera del Gobierno se apuntaba la misma idea. « El día a día lo hace el ministerio de Sanidad . Ahí tenemos a su portavoz o incluso al ministro con comparecencias diarias». Pero ayer nadie reivindicaba para sí el liderazgo de la gestión. Ni se remitía a esa comisión interministerial como máximo órgano para resolver la crisis.
Un espacio interministerial tiene como función la perfecta coordinación entre los diferentes ministerios implicados. Pero ayer, la secretaría de Estado de Comunicación, que en última instancia dirige Iván Redondo, tuvo que lanzar un mensaje a los medios a primera hora de la mañana en el que señalaban al ministerio de Sanidad como autoridad máxima para abordar esta crisis.
El motivo era reconducir una situación de «alarma excesiva» después de que en la víspera se conociera la guía de actuación en el ámbito de la empresa, elaborada por parte del Ministerio de Trabajo, y en la que ya se apuntaba a la paralización de la actividad laboral en los centros de trabajo. Tras el enorme impacto que tuvieron estos planteamientos en los medios de comunicación, desde la secretaría de Estado de Comunicación se ha emitido un mensaje a primera hora de esta mañana en el que se recuerda que «las indicaciones sobre la evolución del coronavirus y las medidas a tomar en España las está ofreciendo el Ministerio de Sanidad ».
Todos los ministros que ayer tuvieron delante un micrófono repitieron ese mensaje. Lo hizo la ministra de Educación, Isabel Celaá, que aseguró que seguirá las recomendaciones de Illa y su departamento a la hora de plantear el cierre de aulas en el territorio nacional. También la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, planteó ayer que todos los departamentos del Gobierno «tienen que estar a disposición» del Ministerio de Sanidad . Y cuando se le preguntó específicamente por la guía del Ministerio de Trabajo, su mensaje fue muy nítido: «Todos queremos contribuir, todos tenemos un exceso de celo a la hora de hacer posible el extremar las medidas en cada uno de nuestros departamentos pero lo lógico, lo correcto es que sea el Ministerio de Sanidad el que establezca las medidas que se requieran cara a las empresas, cara a la economía o cualquier otra cuestión que pueda verse afectada por la expansión del coronavirus».
La corrección era clara. La propia Díaz intentó zanjar la cuestión asegurando que «no se debe causar alarma». Pero a la vez dejando claro que «la guía es una traslación de las normas que están en nuestro ordenamiento vigente». Y también insistiendo en que no actuó libremente porque «esta situación está coordinada por Moncloa, con el presidente y el ministro de Sanidad a la cabeza».
Desde su departamento no se considera en absoluto el comunicado de La Moncloa como una desautorización, sino como un intento por reducir la alarma. Desde Trabajo se insistió en que no hay ningún problema con el contenido de la guía, explicando que La Moncloa ya conocía previamente su contenido . Además de que aseguraban de que antes del comunicado emitido por la secretaría de Estado de Comunicación existió un contacto previo entre ambas partes. Lo que pone de manifiesto precisamente que el comunicado nace por la guía de Trabajo. El problema no era el contenido de la guía, sino la inoportunidad de que se conociese. Lo que apunta a descoordinación en la emisión de mensajes y en la gestión entre departamentos.
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