Puigdemont, listo para ser el gancho electoral de JpC
Los Verdes dan el portazo definitivo al fugado en su intento de sumarse a su grupo
Cuando la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) habilitó a Carles Puigdemont como eurodiputado, el prófugo de la Justicia española anunció su voluntad de concentrar su actividad política en el ámbito europeo. Resuelta su situación económica y con entrada franca en el Europarlamento, incluso la posibilidad de un adelanto electoral en Cataluña parecía alejarse. No obstante, el giro que comenzó a darse en el Parlamento catalán el pasado lunes, confirmado ayer con el anuncio por parte de Quim Torra de elecciones en diferido, vuelve a poner al expresidente en clave autonómica. Puigdemont regresa a la guerra local, más aún cuando su trayectoria europea cosecha un fracaso detrás del otro: el último, la negativa del grupo de los Verdes a aceptarlo entre sus filas.
Fuentes políticas apuntaban ayer que fue el propio Puigdemont quien convenció a Torra para que no convocara elecciones de inmediato, confirmándose la preferencia del primero por lo que va a ser una larga precampaña electoral -la idea es cocer a ERC a fuego lento-, y donde él se dispone a ser el principal reclamo de JpC. Aunque sin posibilidad de volver a España, la libre circulación que le permite la sentencia del TJUE ya ha llevado a sus acólitos agrupados en el llamado Consell per la República a organizar un mitin en Perpiñán (Francia) el próximo 29 de febrero que se prevé masivo.
Será, de hecho, el primer acto de la precampaña de las autonómicas , una cita en la que Puigdemont podría concurrir como cabeza de cartel aún sabiendo que su regreso al Parlamento catalán es imposible. Una oportunidad también para pasar el cepillo y recoger donativos para hacer frente a los 4,14 millones malversados el 1-O que el Tribunal de Cuentas le reclama a él y a otros 19 dirigentes.
Ayer, precisamente, se confirmó que los Verdes europeos cierran la puerta a Puigdemont , que en el último momento había decidido retirar su petición para ser aceptado en el grupo parlamentario. Los verdes son un grupo muy heterogéneo, en el que hay muchos nacionalistas radicales de territorios que cuesta encontrar en el mapa y excéntricos como los del Partido Pirata. También está ERC, que en estos momentos no ha ayudado mucho. Y menos aún Ernest Urtasun, que tiene mucha influencia en este colectivo desordenado. Pero la voz más sólida para rechazar a Puigdemont ha sido la del belga Philip Lamberts, que desde el primer momento le cerró la puerta a Puigdemont por sus relaciones con los independentistas flamencos.
La situación ha desembocado en un amago de crisis dentro del grupo de los Verdes, que está también pendiente de decidir si acepta a los diputados italianos de los antisistema de 5Estrellas. «Lo último que querríamos es entrar en un grupo después de un proceso que haya provocado serias discrepancias entre sus miembros y que nuestra aceptación sea un elemento de discordia en un espacio político que sentimos como propio» decía Puigdemont en la carta en la que retiraban su petición.
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