El PP intenta que Vox no se autoexcluya de la Mesa del Congreso
Abascal rechaza el reparto propuesto por Casado y facilita que la izquierda tenga un miembro más
Pablo Casado tendió ayer la mano a Ciudadanos y a Vox para unir sus votos en la elección de los miembros de la Mesa del Congreso , que se constituye hoy. Sin pacto entre ellos, el PP lograría dos representantes de un total de nueve, y los partidos de Arrimadas y Abascal probablemente ninguno. Con acuerdo, los populares seguirían teniendo dos miembros, pero Ciudadanos y Vox conseguirían otro cada uno. El PP, como se ve, no variaría su número de representantes. ¿Qué gana pues? «Gana España Suma», explicaron fuentes parlamentarias.
El posible acuerdo a tres bandas se complicó ayer por la tarde, cuando Vox comunicó a Ciudadanos que no colaboraría para que este partido tuviera representación en la Mesa . Desde Génova señalaron que intentarán hasta el último minuto que el acuerdo acabe siendo posible, pero dejaron claro que un rechazo de Vox supondría su autoexclusión y permitiría a la izquierda tener un miembro más.
En su intervención ante el Grupo Popular, Casado rechazó imponer un cordón sanitario a Vox y ofreció un pacto a «los partidos» de España Suma , en plural. A Ciudadanos y a Vox, desde el liderazgo del PP «en el centro y en la derecha». El presidente del PP encargó al secretario general, Teodoro García Egea , que se hiciera cargo de las negociaciones.
El PP presentará a Ana Pastor como candidata a la Presidencia del Congreso, aunque no tenga los votos suficientes. Luego volverá a proponerla como vicepresidenta. El otro candidato del PP a la Mesa será Adolfo Suárez Illana .
De entrada, el PP se encontró con las reticencias de Vox, convencido de que le corresponden dos puestos en la Mesa porque sí, por su resultado en las elecciones. Aunque en este órgano del Congreso la votación es diferente y por ellos mismos no lograrían ningún representante.
Vox, sin embargo, argumenta que si cada partido se vota a sí mismo, les corresponde una vicepresidencia y una secretaría, y sugiere al PP que ceda uno de «sus puestos» a Ciudadanos.
Si Vox rechazase la propuesta del PP, este intentaría pactar con Ciudadanos , para que tuviera un representante. Eso sí, ahí los de Arrimadas necesitarían también votos del PSOE. Los populares seguirían con dos puestos en la Mesa, y Vox se quedaría fuera al negarse a pactar.
Pacto «in extremis»
En Cs está liderando los contactos José María Espejo-Saavedra , hombre que el partido quiere situar en la Mesa del Congreso por su experiencia como vicepresidente segundo en el Parlamento catalán en el punto álgido del «procés». Por la mañana Arrimadas decía que no había «resultados novedosos» en las conversaciones, pero Espejo-Saavedra recibió por la tarde un sonoro portazo de Vox.
En Cs tampoco son partidarios de ningún cordón sanitario y defienden que cada partido negocie para obtener representación en la Mesa, pero fuentes de esta formación reconocían ayer que «parece difícil» que salga adelante la «propuesta generosa y constructiva» anunciada horas antes por el presidente del PP.
«Normalmente, estas negociaciones se hacen hasta el último momento», avisó Arrimadas, con esperanza en que hoy mismo se pueda cerrar un pacto «in extremis». Si Vox no rectifica, Cs no descarta entablar conversaciones con los socialistas para tener representación. Los liberales quieren además grupo propio en el Senado.
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