Podemos traslada ya a Errejón la presión para unir la izquierda
Monedero cuenta cómo le pedían «unidad» en 2017 y Belarra y Montero se abren a sumar con Más Madrid
«Hay uno al que en Vistalegre II le recibieron gritándole ‘unidad, unidad’. No hizo maldito caso. Luego perdimos el ayuntamiento de Madrid . Vox entró al Congreso con 52 diputados. Hoy sigue insultando a la unidad. Anda que no tiene razón Yolanda Díaz con los egos en la política ». Son palabras de Juan Carlos Monedero en Twitter, el pasado 2 de octubre. Y es un hachazo a Íñigo Errejón, que a primeros de mes defendió su propio «espacio» y «recorrido» preguntado por el «frente amplio» que pretende la vicepresidenta.
Monedero es el presidente del ‘think tank’ de Podemos. Un ‘think tank’ es un ‘laboratorio de ideas’ con intención de influir y donde se generan debates. Recuerden estos dos datos cuando un dirigente de Podemos suelte algo así como que no importa lo que diga porque no tiene un cargo orgánico. Monedero no lo tiene, es cierto, pero claro que importa lo que dice. Primero, porque sigue siendo un reclamo entre las bases. De hecho, tuvo varias ponencias en la «Universidad de Otoño». Segundo, porque el partido le terminó dando un toque de atención por el ruido externo que desató su polémica columna comparando el plan de Yolanda Díaz con Manuela Carmena .
Podemos ya trabaja en trasladar la presión de la unidad de la izquierda a su excompañero Errejón. Cualquier embrollo los penaliza en este momento de debilidad y rearme ideológico. Monedero es el caso más manifiesto de esta estrategia, pero hete aquí más ejemplos.
De tripas, corazón
Hace unos días, a la ministra de Igualdad y número dos de Podemos, Irene Montero, le preguntaban en ‘Público’ si compartiría otra vez candidatura con Errejón. «Por supuesto —respondía ella, haciendo de tripas corazón, dado que es conocida su mala relación—. Y, además, si hay alguien que puede conseguir eso es Yolanda Díaz». Con este mensaje, Montero descargaba la responsabilidad en su excompañero. También la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, insistía la semana pasada en el cierre de la convención de Podemos en que deben apoyar a Díaz , «ensanchar el espacio político» y «abrir nuevos horizontes». De sus palabras no se pudo extraer ni un ápice de aversión a Errejón y Más País. No les convienen esos lodos. Belarra tiene interiorizado que no hay otra alternativa para ellos que aportar al proyecto de Díaz, aunque eso signifique perder identidad en un proyecto heterogéneo.
Monedero dejó otros recados a su excompañero durante la ‘Universidad de otoño’ del partido. «Siempre hay familias en los partidos», reflexionaba en alto, para resolver que, en ese proceso de reunificación de la izquierda, «quienes han acumulado mucha ira contra otras familias tienen que ponerse un poco de lado». No obstante, Errejón concurrió hermanado con Compromís , y lo que decida estará muy marcado también por la opinión de ese socio que tiene su microcosmos y sus discordancias en torno a este asunto. El sector de Mónica Oltra siempre estuvo más dispuesto a seguir con Podemos, mientras que el Bloc, los de Joan Baldoví, quisieron romper con ellos.
«Familias políticas»
El equilibrio en Podemos mientras Díaz monta su proyecto será un elemento de tensión interna de cara al próximo ciclo electoral. Como explicó ABC la semana pasada, el peso que tengan ellos complicará su capacidad aglutinadora. Porque un fuerte protagonismo de los morados alejará a Errejón. El caso es que no entierran el hacha de esa batalla de familias políticas de la que hablan. Tanto es así que Tania Sánchez, diputada de Más Madrid, ex de Podemos, respondía al tuit de Monedero citado al inicio de esta página con más reproches: «Vox llega al Congreso después de que Podemos y PSOE no llegaran a un acuerdo de Gobierno. Dos meses después se firmó el acuerdo con una diferencia, un secretario general que no iba a ser ministro acabó de vicepresidente. Los egos son tan fuertes que algunos reescriben la historia». Desde Más Madrid, partido creado por Errejón, germen de su sello electoral Más País, defienden que han emprendido un camino propio y que hay espacio suficiente para dos marcas a la izquierda del PSOE porque ya no es época del 15-M. E insisten además en que el principal problema de la vicepresidenta para la unidad es Podemos.
También esgrimen esta premisa anterior para defender la decisión de Mónica García de rechazar el abrazo del oso de Pablo Iglesias el 4-M. Tras esa negativa, Más Madrid superó en votos al PSOE y Podemos se pegó el golpe. En cambio, Podemos sigue criticando que las tres papeletas de la izquierda (hablan de división) le entregaron las llaves de Madrid a Isabel Díaz Ayuso.
Este viernes la alcaldesa de Barcelona y líder de los Comunes, Ada Colau, defendía la unidad de estas fuerzas a su manera. Colau dijo en la ‘Ser’ que caminará junto a la vicepresidenta en lo que haga y que las «marcas» tienen que estar al «servicio» del proyecto y no al revés, por lo que rechaza los «personalismos». Hay voces en Podemos que interpretan que la ambigüedad del discurso de Díaz (nunca reveló por quién iba lo de «egos») es para que Errejón y sus simpatizantes se sientan interpelados y fuercen movimientos. Otros, en cambio, lo entendieron como un aguijón a la Ejecutiva de Podemos que sirvió para apagar el ruido y empujarlos a la unificación. Aunque desde el entorno de la vicepresidenta se rechazan que su mensaje vaya por ahí.
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