El PSC plantea por primera vez revisar la inmersión lingüística
El partido cambia de criterio y reconoce el «uso partidista» que se ha hecho del catalán
El PSC rompe el tabú de la inmersión lingüística. Tras décadas de apoyo al modelo educativo catalán, el PSC abandona el «consenso» respecto al blindaje de la lengua en la escuela y en el documento marco que presentará en su 14 Congreso (13-15 de diciembre) cuestiona el sistema y admite abiertamente que el «pacto de convivencia en materia lingüística» que ha funcionado hasta ahora en Cataluña se ha roto por la «instrumentalización» política del idioma por parte de los nacionalismos -en plural-, el proceso independentista y el uso «partidista» que se ha hecho del catalán «especialmente en las aulas».
En un giro en su política lingüística, el PSC aboga por un modelo «plurilingüe» de «convivencia» y respeto entre las dos lenguas oficiales, más «flexible» que el vigente en las aulas, donde la lengua hegemónica es la catalana. La propuesta de modular la inmersión, adelantada ayer por «La Vanguardia», y a falta de que se presenten enmiendas y de su ratificación en el congreso, implica un cambio en el PSC, cuya histórica defensa de la inmersión, entre otros motivos, fue el germen del nacimiento de Ciudadanos.
«Nos sentimos orgullosos de haber promovido la inmersión y de su utilidad, pero la sociedad es distinta y es oportuna una revisión», explica a ABC la portavoz del PSC en el Parlamento catalán, Eva Granados. «Entendemos que el modelo lingüístico debe ser un instrumento para que los niños dominen el catalán, el castellano y el inglés. Lo que no debe ser es un objetivo en sí mismo», defiende Granados. «La lengua ha quedado a merced de los nacionalismos. Por un lado hemos tenido un ministro que decía que había que españolizar a los niños catalanes, y por otro aquí se ha querido hacer de la escuela un elemento para la construcción nacional», añade. «Sin renunciar a que el catalán, que aún debe ser protegido, siga siendo el centro de gravedad del sistema educativo, hay que aplicar el sentido común», concluye Granados, cuyo partido defiende también el «reconocimiento y preservación del plurilingüismo» en el ámbito estatal.
Incumplimiento
Actualmente, la presencia del castellano es de dos horas a la semana en la Educación Primaria y de tres en la Secundaria. La propuesta de los socialistas pretende en realidad aplicar de manera efectiva el modelo teórico que defiende el Govern de que sea «la realidad sociolingüística de los centros» la que marque el proyecto lingüístico.
Eso, sobre el papel y en relación al castellano, supone que en los colegios en entornos mayoritariamente catalanohablantes hay vía libre para reforzar el castellano. En la práctica, y según demuestra la revisión de los proyectos lingüísticos que presentó el pasado año la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), «esto se incumple y solo un 7,7 por ciento de los colegios y un 0,2 por ciento de los institutos imparten alguna asignatura no lingüística en español», apunta en declaraciones a ABC Ana Losada, responsable de la AEB.
Losada ve en el giro de los socialistas «una puerta de esperanza», aunque expresa sus recelos respecto a que esa realidad acabe materializándose en las aulas. «Para que eso ocurra y haya una convivencia y un respeto entre las dos lenguas oficiales deben darse más horas de castellano y cambiar muchas cosas que dudo que vayan a cambiar», apunta la responsable de la AEB, que ve con desconfianza algunos puntos del documento. «En el apartado 35 del texto, el PSC advierte del riesgo de que una lengua materna acabe siendo un factor de división social. Está claro que el tiempo verbal se ha usado mal porque esto lleva años sucediendo. Lo que ahora plantean los socialistas es simplemente que se cumpla la ley después de años de incumplimientos», aclara Losada. Interpreta también que el socialismo debería reproducir ese «cambio de rumbo» en su política lingüística en otros territorios con dos lenguas oficiales como Baleares o Valencia.
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