Pedro Sánchez, sobre el estado de alarma en Madrid: «No podíamos quedarnos de brazos cruzados»
El presidente del Gobierno español justifica el cierre de la capital desde la cumbre hispanolusa en Guarda (Portugal), que comenzó con protestas por la eliminación del tren Lisboa-Madrid y por los altos peajes de autopista
« La situación era muy preocupante y no podíamos quedarnos de brazos cruzados », dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para justificar el estado de alarma decretado en la Comunidad de Madrid . Unas palabras que pronunció al final de la cumbre hispanolusa de Guarda, localidad portuguesa que dista 160 kilómetros de Salamanca, donde también se mostró convencido de que bastará con 15 días para rebajar los altos niveles de contagio.
«La disyuntiva que teníamos después de la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid era o no hacer nada o aplicar el estado de alarma para aplicar ese confinamiento perimetral », ha recordado.
«Se lo dije a la presidenta (Isabel Díaz Ayuso) en la puerta del Sol: Nosotros no venimos a imponer, ni a tutelar ni a juzgar , sino a cooperar y colaborar», ha continuado el preidente del Gobierno. «Pero en el momento en que no se toman las decisiones que se deben tomar desde el punto de vista de la ciencia y la técnica, no podemos mirar hacia otro lado».
Uso partidista de la pandemia
No obstante, Sánchez ha calificado de «sorprendente» la decisión de la Comunidad de Madrid de no invocar la ley general de Sanidad de 1986 ante la decisión del TSJ, «como sí ha hecho en situaciones anteriores», lo que habría permitido «actuar con un amparo jurídico sólido ante confinamientos perimetrales como el que estamos planteando en Madrid».
No ha querido dejar de denunciar «el uso partidista que se está haciendo de la pandemia por parte de los actores politicos», y ha afirmado que el gobierno lucha por «abonar la unidad»: « Es una batalla epidemiológica, no ideológica », ha subrayado. «Pido luchar (contra el virus) desde el punto de vista técnico y científico (...) y ser conscientes de que hay que anteponer la salud pública y la defensa de la vida ante cualquier otra consideración».
Cumbre hispano-lusa
Con el ‘leit motiv’ de la cooperación transfronteriza, la cita comenzó este sábado 10 de octubre con protestas de varias decenas de personas, que se concentraron ante la reunión del primer ministro del país vecino, Antonio Costa, y del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.
Y todo porque diversos colectivos se dieron cita en los alrededores para proferir gritos y exhibir pancartas en contra de los (altos) peajes en las autopistas que unen las dos naciones y para exigir que vuelvan a circular trenes que crucen la frontera.
Esta última reclamación se produce después de que Renfe suprimiera la conexión ferroviaria Lisboa-Madrid, focalizada en el Lusitania Exprés, un vetusto tren que tardaba 10 horas y media en hacer el recorrido pero que al menos permitía una alternativa al transporte aéreo.
La eliminación de la línea forma parte de las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, especialmente cuando se aplicó el estado de alarma en marzo tanto en Portugal como en España.
Renfe aduce que no es rentable , pero cuesta creer que lo fuera empleando una noche entera para completar un trayecto que requeriría solo dos horas y media con un hipotético AVE.
Igualmente, quedó suspendido el tren de Oporto a Vigo , aunque ha vuelto a estar operativo recientemente, no así el trazado entre las capitales de ambos países.
Es esta una circunstancia que solivianta a cientos de ciudadanos portugueses y españoles, que llegaron a creer que algún día podría concretarse la alta velocidad Lisboa-Madrid.
No se contempla la alta velocidad Lisboa-Madrid
Nada más lejos de la realidad, como se encargó de subrayar la ministra lusa de Cohesión Territorial, Ana Abrunhosa, al margen de la cumbre. Y es que, mientras las sonrisas arreciaban en Guarda, la integrante del gabinete de Costa se descolgaba con este jarro de agua fría: «No se contempla la alta velocidad entre Lisboa y Madrid. Ya existe una buena conexión por vía aérea».
La única medida positiva que anunció Abrunhosa hacía referencia al denominado «carné transfronterizo», un instrumento que permitirá el acceso a los hospitales públicos, escuelas, guarderías y residencias a todos esos trabajadores (y sus familiares cercanos) que viven en territorio portugués pero desempeñan sus funciones laborales en suelo español.
La cumbre, mientras tanto, arrancó con más de una hora de retraso debido a la niebla, que impidió el aterrizaje en hora de los helicópteros que transportaban al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a parte de la delegación española.
La anécdota de la cáscara de plátano
La anécdota del día tuvo como protagonista a la embajadora de España en Lisboa, Marta Betanzos, que se encontraba conversando sin máscara con los ministros Arancha González Laya y Fernando Grande-Marlaska.
Pocos segundos después de quitarse la máscara, la diplomática socialista recibió el impacto de una cáscara de plátano, en protesta por el hecho de que hubiera decidido despojarse de ella.
El detalle no pasó desapercibido para las cadenas de televisión del país vecino, que difundieron un vídeo con el momento en cuestión, antesala para que circulara por internet a través de las redes sociales.
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