La pandemia desploma la delincuencia un 20 por ciento en los primeros nueve meses del año

La única excepción son las tentativas de homicidio doloso y los asesinatos consumados que crecen más de un 15 por ciento en ese periodo

Operación conjunta de la Policía y la Guardia Civil ABC

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El único efecto positivo de la pandemia se refleja en la criminalidad. En los primeros nueve meses de este año el número de infracciones penales ha descendido un 20,2 por ciento respecto al año anterior. Los expertos policiales advierten de que a medida que la crisis sanitaria permita volver a la normalidad este indicador aumentará y es previsible que alcance las cotas anteriores a la situación actual .

De hecho, en el primer semestre del año ese desplome fue de casi un 25 por ciento -un 24,8 para ser más precisos-, pero hay que tener en cuenta que esos meses fueron los del confinamiento . La relajación de las medidas a partir de ese momento han estado acompañada por un lento, pero inexorable aumento de la criminalidad.

El descenso se ha producido en la gran mayoría de los tipos penales , como los homicidios dolosos y asesinatos consumados (-6,8%); los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria (-17,3%); el secuestro (-14,1%); el conjunto de los delitos contra la libertad e indemnidad sexual (-12,2%); los robos con violencia o intimidación (-27,1%); los robos con fuerza (-26,2%, en domicilios -26,8%); los hurtos (-41,4%); las sustracciones de vehículos (-25,9%), y los delitos relacionados con el tráfico de drogas (-0,2%).

Este último dato no es especialmente positivo, ya que los delitos conocidos en este campo son, en gran medida, producto de investigaciones. Por tanto, la pandemia también ha provocado una estabilización en la lucha contra el narcotráfico , en lo que también ha influido la menor capacidad de movimiento de las mafias de la droga por las restricciones a la movilidad.

Como excepción al descenso generalizado de los delitos, se produce un incremento de un 15,6% en las tentativas de homicidio doloso y asesinato consumado (98 casos más que en el mismo período de 2019), aunque como se ha señalado el conjunto de los delitos contra las personas disminuye.

Especialmente llamativos por su incidencia en la tasa de criminalidad y la sensación de inseguridad que provocan en los ciudadanos es el descenso de más de un 26 por ciento de los robos con fuerza en viviendas, establecimientos y otras instalaciones, así como el de las sutracciones de vehículos, de un 25,9 por ciento. Los hurtos caen aún más, por encima de un 41 por ciento.

Los delitos contra la libertad sexual, que antes de la pandemia tenían un crecimiento preocupante -entonces se intentaba explicar en parte por el hecho de que cada vez más mujeres denunciaban- se han desplomado más de un 12 por ciento, aunque algo menos las violaciones, que lo ha hecho cerca de un 9.

Los datos, por tanto, son positivos en su conjuntos, aunque desde Interior nadie lanza las campanas al vuelo porque se es consciente de que en buena medida se explican por la crisis sanitaria.

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