Pablistas contra el entorno de Iglesias

Las cartas de Alegre y Fernández Liria animan al errejonismo a hablar sin tapujos del equipo del líder de Podemos

Víctor Ruiz de Almirón

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«Un día me desperté y de repente era errejonista» . El reconocimiento de un miembro del Consejo Ciudadano que ahora apoya a Errejón pero no forma parte de su círculo más íntimo de confianza pone de manifiesto cómo viven algunos miembros del partido la realidad que vive hoy la formación. Partida en dos. Con muchos obligados a tomar partido.

En los últimos días, dos artículos han llamado la atención sobre una cuestión: gran parte del conflicto estaría producido por el entorno de Pablo Iglesias y su voluntad por controlar el partido y el rumbo político de la formación. Los firman Luis Alegre y Carlos Fernández Liria . Lo dicen dos personas que han sido firmes defensores de Iglesias y a los que en más de una ocasión éste había presentado como referentes intelectuales.

Desde el errejonismo siempre han apuntado en privado a la hostilidad con ese nuevo núcleo duro, pero ahora los comentarios se hacen en público. El propio Errejón reconocía este lunes, recordando la campaña decontra él del día de nochebuena, que «el nuevo entorno de Pablo no que quiere en posiciones tan relevantes» . Ayer insistía en esa idea la número dos de Errejón, Rita Maestre: «La dinámica de filtraciones indica que hay un entorno de Pablo Iglesias que quieren apartar a Errejón. Indica que hay un entorno que quieren apartar la naturaleza transversal de Podemos».

Lo piensan los errejonistas. Pero también personas que históricamente han apoyado a Iglesias y que se enfrentaron política e intelectualmente a Errejón. El texto de Alegre, ex secretario general en la Comunidad de Madrid, pone además luz sobre una cuestión que es debate de actualidad en Podemos: ¿Quién representa la versión original del partido? Alegre es claro sobre esta realidad y sus consecuencias: «El actual equipo de Pablo Iglesias (que no conserva ya a ni una sola de las personas que le hemos acompañado desde el principio) entró en Podemos con un objetivo que sólo podía conducir a la destrucción del proyecto. Entraron tarde y entraron mal, con la intención de excluir a todos los que no formaran parte de su pandilla. No son más de 4 ó 5 personas, pero suficientes para dar al traste con todo ».

En la misma línea, el filósofo Fernández Liria escribió ayer en «Cuartopoder» un texto en el que insistía en esta línea: «Al final, han acabado siendo ‘errejonistas’ casi todos los que construyeron Podemos y la mayoría de los que formaron el equipo de Pablo Iglesias antes de que Rafael Mayoral, Irene Montero, Juanma del Olmo, Fran Casamayor y Marco Candela decidieran que Podemos se podía arreglar en un pis pas, por los mismos procedimientos en que antaño arreglaban las cosas en las Juventudes Comunistas». Y terminaba con el mensaje que dijo darle a Iglesias hace ya meses: «En la guerra contra su magnífico equipo inicial, contra sus mejores amigos y su mejor proyecto de partido político, no puedo acompañarle».

Ambos artículos son demoledores en pleno proceso de votación de los documentos y la dirección (los inscritos lo hacen desde el pasado sábado) y a tres días para que arranque Vistalegre II. Estos artículos han venido motivados después de que Carolina Bescansa y Nacho Álvarez anunciasen que no se integrarían en ninguna lista para la futura dirección.

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