Podemos se enfanga: El entorno de Iglesias, apartar a Errejón y el relevo de Carmena
Críticas cruzadas, trapos sucios y regalos envenenados marca la semana previa a Vistalegre II, poniendo de manifiesto una lucha de poder que ha alcanzado a la gestión del núcleo más cercano a Iglesias
![Íñigo Errejón en el acto de este fin de semana](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2017/02/07/errejon-podemos-iglesias-kE0C--620x349@abc.jpg)
Cuando Íñigo Errejón terminó de ver la película «Política, manual de instrucciones» tuvo claro que le iba a costar un disgusto. El docuemntal de Fernando León de Aranoa es un retrato del surgimiento de Podemos y de sus primeros pasos como formación política, resultado de 500 horas de grabación durante 15 meses. Demasiado tiempo para que lo que allí se ve sea fruto de la casualidad.
Viendo la película se constata un protagonismo absoluto de Errejón en lo que se refiere a la construcción de la estructura del partido desde las elecciones europeas de 2014 hasta las elecciones municipales y autonómcias de un año despúes. Pasando por la organización del primer Vistalegre.
Ese es su aval ante los suyos, que le identifican como el artífice de aterrizar la hipótesis populista a un partido político en España y como el arquitecto de la formación. Por contra, ese mismo protagonismo es el que ha generado enormes recelos de quienes ahora componen «el nuevo entorno» de Iglesias , que creen que Errejón aprovechó esa tesitura para dotar a su secretaría política de una estructura desmedida.
La frase «Iñigo creó el partido mientras Pablo estaba en Bruselas» es habitual escucharla en Podemos. Unos la dicen en positivo y otros en negativo. Iglesias compró hace tiempo ese argumento de su equipo de confianza, que tiene a Irene Montero a la cabeza y en papeles clave a Rafael Mayoral y Juanma del Olmo. Y ahora también a Pablo Echenique. Lo demostró cuando en un acto en verano criticó la creación de corrientes y «partidos dentro del partido». Lo que preocupa es que Errejón tiene un poder interno y una proyección mediática que no va en consonancia con lo que debería ser un número dos.
La alcaldía de Madrid
En el sector errejonista se han tatuado hace un tiempo esta frase: «El problema en Podemos no es un número dos que quiera ser número uno, sino muchos números tres que quieren ser número dos». Se apunta sin disimulo a Montero y Mayoral . Una idea que se refuerza despué s de que uno de los fundadores, Luis Alegre, apuntase a ellos con dureza en una carta publicada este fin de semana en la que dice frases como esta: «desde que fundamos Podemos, no me he encontrado con nada tan dañino para Pablo y para el proyecto como la camarilla que, a día de hoy, está dispuesta a destruirlo todo con tal de no perder su condición de cortesanos». Ayer mismo, Errejón denunció claramente que este grupo trabaja por restarle poder : «El nuevo entorno de Pablo no me quiere en posiciones tan relevantes» .
Los inscritos en Podemos votan desde este sábado la nueva dirección y el rumbo político. Errejón ha optado por una campaña que llame a recuperar «el tándem» que formaban él e Iglesias. Pero el actual líder parece convencido de que el rumbo debe hacerlo con su nuevo equipo.
A todos los periodistas que siguen la información de este partido les había llegado por una u otra vía que Iglesias, en varias comidas supuestamente oof the record, estaba trasladando que había ofrecido a Errejón ser el candidato a la alcaldía de Madrid en 2019, como sustituto de Manuela Carmena. «Es intoxicación», «No merece la pena ni consolidarlo», resumen desde el entorno de Errejón. Y van más lejos: «Es una bomba de humo. Es una barbaridad ir rifando posiciones que no le pertenecen a uno». Quedan tres días para Vistalegre y las posiciones están más tensas que nunca.
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